sábado, 20 de diciembre de 2025

Camino de perfección

Lux (Rosalía, 2025)

 

ART POP & FLAMENCO. Rosalía se plantea este álbum como el de la revelación, el de la oveja descarriada que por fin ha visto la luz. Por ello, se nos sitúa fuera de este mundo, al margen del caos y el vendaval de los tiempos. En una maniobra sorprendente y discutida por muchos por las diversas contradicciones que podemos encontrar entre la espiritualidad y lo económico. Esto último en unas dimensiones absolutamente masivas. Estamos hablando de unos gastos promocionales solo superados por unas ganancias astronómicas directamente conectadas a unos precios prohibitivos si quieres ver a la artista en directo.

Algo que genera controversia, pero que no es nuevo. Ya lo hemos visto en numerosas ocasiones, como cuando discutíamos el abrazo a lo étnico por parte de un Paul Simon que con Graceland (1986) rompió la banca. O en esos Rage Against the Machine que también ganaron lo suyo —si bien mucho menos— mientras despotricaban contra el capitalismo. Una acusación que no comparto de ninguna manera, y menos aún en unos tiempos en los que la exposición pública de artistas y anónimos por voluntad propia está a la orden del día. Rosalía tiene el derecho a sentirse como le toque y a tener la espiritualidad a flor de piel, cantarle a eso y venderlo sin tener que sentirse culpable por ello. Máxime cuando la calidad de lo que propone se sale del parchís, como ocurre con una obra tan bien hilada, tan bien rematada y tan brillante como este álbum.

Y es que Lux es un disco que parece pensado al detalle. En sus cuatro movimientos podemos apreciar una evolución fluida y cristalina. Desde el ajuste de cuentas con el pasado a la escenificación imaginaria de la muerte de la propia artista. Una narración coherente y bien cohesionada a partir de una imaginería religiosa que trata de congraciar lo humano con lo divino, a Bowie y Enrique Morente, dejando claro, eso sí, que son prácticamente irreconciliables. Hay que decidirse entre la tierra y el cielo y yo he elegido el segundo, parece decirnos.

Además, aparte del concepto temático, esta sugerente narrativa se beneficia del eclecticismo sónico de rigor. La barcelonesa siempre se ha caracterizado por especiar sus trabajos con mil olores y sabores, pero aquí hay una cierta contención y un equilibrio que no encontraba en ese chorreo infinito que fue Motomami (2022). Unas formas que riman con lo sacro, pero también con lo ultramoderno, ambientes opuestos en los que Lux parece respirar sin esfuerzo alguno. Flamenco, art pop, trap y música clásica para tratar de explicar el revoltijo emocional y espiritual que bulle en una artista que parece querer dar la espalda al mundo material. Y sí, sabemos que toda esta maniobra tiene mucho de contradictorio, pero está tan bien pensada, tan bien ejecutada, que nada puede importarnos menos.

★★★★☆

Mov I
1 Sexo, violencia y llantas 2:20
2 Reliquia 3:50
3 Divinize 4:03
4 Porcelana 4:08
5 Mio Cristo piange diamanti 4:29

Mov II
6 Berghain 2:58 feat. Björk & Yves Tumor
7 La perla 3:15 feat. Yahritza y su Esencia
8 Mundo nuevo 2:20
9 De madrugá 1:44

Mov III
10 Dios es un stalker 2:10
11 La yugular 4:18
12 Sauvignon blanc 2:42

Mov IV
13 La rumba del perdón 4:11 feat. Estrella Morente & Sílvia Pérez Cruz
14 Memória 3:45 feat. Carminho
15 Magnolias 3:14

Total: 49:27 

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