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Dirt (Alice In Chains, 1992) ♠
GRUNGE METAL. Demasiado, demasiado pronto. El grunge estaba en la cresta de la ola y Alice in Chains, más que surfearla, se dejó zarandear con una violencia que por poco no termina con ellos. Grabado entre Seattle y California, entre revueltas raciales, visitas al desierto, peleas con el productor, alcohol y drogas duras, lo extraño no es que llegara a buen puerto, sino que todos se mantuvieran con vida al final de su grabación.
Así salió lo que salió. En Dirt, los vaqueros metálicos subliman un estado de ánimo y una tortura que debía arder como el núcleo terrestre en sus almas atormentadas. O eso es lo que se extrae de la supervivencia a una escucha poderosa y exigente a través de un periplo arduo por canciones largas y riffs con exceso de feedback. Una distorsión y un tono idolatrados por muchos y que fueron creados en el estudio combinando tres amplificadores para un efecto devastador.
Todo un sobrepeso que se torna obsceno a la vista y al oído. Un vacío en el que se despeña todo intento de placer hedonista y la heroína se hace dueña del sinsentido y la desgana. Electricidad, arena, paisajes volcánicos y la aridez de la existencia conforman el escenario de esta tragedia. Todo demasiado detallado, demasiado exagerado y demasiado estremecedor.
★★★☆☆

GRUNGE. Un EP que es más bien un miniálbum, con sus treinta minutazos, y que representó un giro inesperado en la banda de Seattle. Después del aplastamiento eléctrico y emocional que supuso Dirt (1992), se ve que necesitaban respirar un aire algo más fresco. De ahí el tono acústico de un disco que involuntariamente prologaba la trágica muerte de Kurt Cobain y del grunge propiamente dicho.
De todas formas, lo del aire fresco con estos es una pura utopía. Empezar el disco con "Rotten Apple", como Black Sabbath tocando country gótico, no es el colmo de lo liviano ni de lo optimista precisamente. Tampoco la melancolía terminal de "Nutshell", una de las mejores composiciones de la banda. No sacan tampoco la sonrisa con una intensa "I Stay Away", por muchas cuerdas que le añadan, ni con uno de sus mayores pelotazos, esa "No Excuses", un medio tiempo capaz de salvar cualquier disco de la quema.
Hasta aquí cumplen con creces a pesar de la falta evidente de diversión, cosa que nunca han prometido, por otra parte. Sin embargo, la cara B es bastante más discreta. Se abre con una "Don't Follow" que calificaría como folk con armónica sacado de la banda sonora de "Doctor en Alaska". Y con todo, cumple más que bien, debiendo haber sido el digno cierre en lugar de una "Swing on This" en la que tratan de salirse de su terreno sin éxito. Un disco que iba para simple curiosidad y que ha acabado encaramándose a lo mejor que hayan publicado nunca los de Seattle.
★★★☆☆
1 Rotten Apple 6:56
2 Nutshell 4:16
3 I Stay Away 4:13
4 No Excuses 4:15
5 Whale & Wasp 2:35
6 Don't Follow 4:21
7 Swing on This 4:01
Total: 30:37
Sé que estoy rizando el rizo con una comparación tan elevada, pero la portada lunar, la desolación extrema y toda la decadencia que me transmite el segundo disco de Alice in Chains guarda su semejanza con "The Wasteland", el poema "narrativo" que T. S. Eliot publicara en 1922, piedra angular del postmodernismo literario. Un poema que se nutre de la desesperación y el páramo moral y vital surgido tras la Gran Guerra. Una desolación emocional y un hambre de valores y pan que Alice in Chains, probablemente sin saberlo, comparten en su obra más dura y más atroz."(...) If there were water


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