martes, 23 de octubre de 2012

El más puro final

 Desaparezca aquí (Nacho Vegas, 2005)
 

CANCIÓN DE AUTOR. "Y entonces nos precipitamos en brazos de la catarata, en la que se abrió un abismo para recibirnos. Pero he aquí que surgió en nuestra senda una figura humana amortajada, de proporciones mucho más grandes que las de ningún habitante de la tierra. Y el tinte de la piel de la figura tenía la perfecta blancura de la nieve."

El final del viaje, como en este relato de Edgar Allan Poe, que podría describir este disco inmenso. La perfecta y eterna blancura, la muerte son las inspiradoras de esta obra en la que el cantautor invoca a sus referencias más obvias (Nick Cave, Leonard Cohen, Bob Dylan, John Lennon...) y las baña de su estilo único para convertirlo en una celebración de la experiencia. La experiencia, como la vida, es dolorosa y es leve. Las aspiraciones no se ven colmadas ("El hombre que casi conoció a Michi Panero"). Las relaciones son superficiales y las charlas, fachada para calmar al monstruo de la convención ("Nuevos planes, idénticas estrategias"). El amor está hecho de ruinas ("Ocho y medio"). Y la muerte es lo único cierto ("La noche más larga del año").

Desaparezca aquí es la obra cumbre de Nacho Vegas. Por su negrura insondable. Por esa cruel resignación con la que nos toca en lo más hondo. Por muchos motivos, por la redondez de unas canciones entre el pop y el rock que nos asedian con una misma idea: caminamos hacia el abismo. Ya lo sabemos, pero no está de más que nos lo recuerden con el éxito absoluto de un disco soberbio en todo su exceso. Un disco que huele, sabe y se siente como un clásico.

"Esto he grabado en la montaña, y mi venganza está escrita en el polvo de la roca."
 
 ★★★★
 
1 Maravillas de la condición humana (introducción) 2:04
2 El hombre que casi conoció a Michi Panero 5:45
3 Ella me confundió con otra persona 6:36
4 Nuevos planes, idénticas estrategias 5:51
5 Cerca del cielo (canción de Juanito Oiarzabal) 6:26
6 Perdimos el control 4:44
7 Ocho y medio 6:53
8 Al norte de mí 6:16
9 Autoayuda 6:01
10 La noche más larga del año 7:40
Total: 58:16

Ya lo he citado en la reseña, pero es que es inevitable volver a incidir en el influjo que La narración de Arthur Gordon Pym (1838), la única novela de Edgar Allan Poe, tiene en un disco maldito y condenado. O será que me lo parece a mí, pero no veo la posibilidad de que mi cerebro separe ambas obras. Por su brillo malsano, por ese avance inexorable hacia la eterna oscuridad en el que parecen sumirnos las dos. Será cosa mía, pero que Nacho se fijara en los más grandes le hizo entregar los mejores versos de su carrera. Ya lo hizo con Moby Dick en Cajas de música difíciles de parar (2003) y redondea la jugada en esta negrísima continuación. O blanquísima, sí, mejor.

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