jueves, 7 de septiembre de 2017

La edad de oro

Buena Vista Social Club (Buena Vista Social Club, 1997)
 

CUBA. Proyecto personal de Ry Cooder que rescata y pone en valor todo un tesoro olvidado de la música cubana. A algunos puede que les escueza pero tuvo que llegar un gringo, californiano para más señas, para descubrirnos a todo un elenco de artistazos que parecía haberse tragado la tierra y que demuestran aquí que todavía tenían mucho que decir.

El disco, que después se convertiría en película dirigida por un tal Wim Wenders, en gira mundial y en disco en directo desde el Carnegie Hall, no hace más que revalorizarse con el tiempo. Pocos podrían adivinar el impacto de un proyecto bautizado como el popular club de La Habana que viviera su época dorada en las décadas de los 30 y los 40 del pasado siglo y que llevaba cerrado casi 50 años.

La labor de Ry Cooder fue prácticamente de caza y captura, localizando y reclutando artistas cubanos que habían disfrutado de su gloria en décadas pasadas pero que en su mayoría no se encontraban ya en activo o eran bastante irrelevantes para el público. Así, Cooder consigue reunir un elenco espectacular que incluye a Omara Portuondo, Ibrahim Ferrer, Eliades Ochoa, Compay Segundo, Barbarito Torres, Rubén González, Pío Leiva, Puntillita y Orlando "Cachaíto" López entre otros.

Todos a una se conjuran para derramar sus dotes y su arte en un documento irrepetible rebosante de latinidad, donde apenas se nota la mano de un Cooder más forjado en las músicas de raíz norteamericana. Algún bottleneck o algún arreglo por su parte se cuela aquí o allá pero lo que manda aquí es el son, la guajira, la salsa, el jazz afrocubano y el bolero, con mención especial para las descargas, esa traslación del concepto de jam a la música salsera. Estas estallan en plenitud en dos temazos espectaculares como son "Candela" y "El cuarto de Tula", monumentos al ritmo con la pulsión sexual a tope.

Tampoco querría dejar de mencionar mis otros dos temas favoritos, "Chan Chan" y "El carretero", donde podemos disfrutar del arte de Compay Segundo y Eliades Ochoa y donde podemos regocijarnos en la autenticidad de un proyecto que bebe de la tradición más enraizada para refrescarla y mostrarla a un mundo sediento. Un mundo que descubrió en este disco a Ibrahim Ferrer, quizás mi favorito entre los demás, un cantante versátil que lo mismo te destroza con un bolero que se mete a dar caña en una descarga implacable. Su voz es dulce como la caña, dúctil, cálida y acariciante, una de las mejores voces que servidor haya escuchado jamás. Sin alardes ni aspavientos, un auténtico bálsamo curativo.

"Buena Vista Social Club" podría verse como algo oportunista, como el timo de la estampita con el que Ry Cooder quiere dárnosla con queso. Me parecería un craso error no apreciar sus enormes virtudes. Ya sé que están demasiado claras y eso siempre resulta sospechoso, pero es que es tan evidente que su autenticidad te deja estupefacto. Lo que ves es lo que hay. Gente enamorada de la vida tocando la mejor música del mundo. Punto.
 
★★★★
 
1 Chan Chan 4:16
2 De camino a la vereda 5:03
3 El cuarto de Tula 7:27
4 Pueblo nuevo 6:05
5 Dos gardenias 3:02
6 ¿Y tú qué has hecho? 3:13
7 Veinte años 3:29
8 El carretero 3:28
9 Candela 5:27
10 Amor de loca juventud 3:21
11 Orgullecida 3:18
12 Murmullo 3:50
13 Buena Vista Social Club 4:54
14 La Bayamesa 2:50
Total: 59:43

El Buenavista Social Club fue un local nocturno de La Habana fundado en 1932 y en el que vibraban cada noche las clases más populares de la isla. Cambió de ubicación y fue un hervidero de artistas y aficionados, sobre todo afrocubanos, que impulsaron el desarrollo de la guajira, el son montuno y el bolero.

En su honor, Ry Cooder reúne a estos músicos para tratar de reverdecer los laureles de una época olvidada que hay que sacar de las tinieblas para que nunca olvidemos la gracia embriagadora de esas noches interminables.

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