jueves, 4 de enero de 2018

Bola de fuego sin control

Fireball
(Deep Purple, 1971)

HARD ROCK. Resulta bastante chocante pero el álbum posterior a ese puñetazo que fue "Deep Purple in Rock" (1970) significó un frenazo notorio en la carrera explosiva que el grupo había iniciado. No en ventas, ya que el éxito del disco anterior todavía coleaba y había ganas por descorchar la continuación al mismo. Sin embargo, en lo artístico falló, porque "Fireball", aunque correcto, no pudo invocar la flama que se esperaba del grupo y se quedó en poca cosa, en una obra muy tibia que parecía emborracharse en la grandilocuencia por encima del sonido directo y grasiento que los había empezado a hacer grandes.

Los males del disco están en su tono y principalmente en dos temas que lo lastran irremisiblemente. Estos son "No No No" y esa fantasía folk con la que nadie sabe qué pretendían, "Anyone's Daughter". Da igual que te guste lo acústico, si quieres folk del bueno ya hay decenas de artistas que te lo pueden ofrecer. Deep Purple intentó salirse del redil y la jugada le salió mal, así sin eufemismos, simplemente se equivocaron y ya sabemos cómo se las gasta un fan descontento. Más aún, un fan al que se le había puesto el caramelo en la boca con el adelanto de esa turgente "Strange Kind of Woman" que incluirían en la edición norteamericana del álbum en lugar de, snif, "Demon's Eye".

De todas formas no debemos olvidar que este disco se encuentra en el núcleo del período más excitante y efervescente de la banda. El grupo, entre 1970 y 1972, fabricó sus mejores trabajos, aquellos por los que siempre serán recordados y que son la base para su directo. Así las cosas, algo bueno debía haber en "Fireball" (1971). Y lo hay, ciertamente. El tema titular es, como su nombre indica, una bola de fuego de energía en bruto, "Demon's Eye" tiene ese ritmo entre perverso y sexual que la hace uno de sus mejores temas, "The Mule" es una pieza semi-instrumental para lucimiento de Ian Paice que ha acabado siendo clave en su canon y "No One Came" cierra con potencia con lo que el sabor de boca mejora sensiblemente.

En resumen, el quinto disco de Deep Purple, segundo con su formación mítica, mantiene las constantes vitales del grupo si bien no lo impulsa a la conquista del mundo. Al final, y a pesar de sus fallos, hay que admitir que es un buen disco, ofrece disfrute en pequeñas dosis y nos prepara para la descarga brutal que le seguiría unos meses después. Sí, a pesar de los pesares, le tengo cariño. 

★★★☆☆

A1 Fireball
A2 No No No
A3 Demon's Eye
A4 Anyone's Daughter
B1 The Mule
B2 Fools
B3 No One Came
 
Total: 40 min. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario