Decidida evolución de los reyes del tecnopop romántico. En su recién estrenada alianza con los sonidos metalúrgicos de la música industrial, afinan mucho más y se dan de bruces con un buen puñado de hits en potencia. En una escucha apresurada podría parecernos que aquí es donde reventaron por fin... Pero cuando te lo pones con calma se ve muy claro. No lo consiguen, simplemente, porque no cuidan los detalles.
Y es que el cuarto disco del grupo posee sus canciones más redondas y clásicas hasta ese momento - "Blasphemous Rumours", "Something to Do", "People Are People", "Somebody" o "Master and Servant". El listado acojona por acumulación. Lo malo es que casi todo lo demás es relleno. Una lástima, ya que si hubieran cuidado un pelín más la segunda línea, ahora estaríamos hablando de un clásico inapelable.
"Some Great Reward" siempre me ha parecido un poco decepcionante, eso creo que lo he dejado claro. Lo que no quita que le reconozca su enorme valor como piedra de toque y como un gran salto adelante para los de Basildon. O más bien podría verse como el trampolín que catapultó al siguiente disco y los dejaría a las puertas del cielo durante el último lustro de los 80, su auténtica edad de oro. Casi hacen "Black Celebration" (1986) dos años antes, pero se quedan en el intento.
★★★☆☆
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