martes, 2 de enero de 2018

Mejor arder que desvanecerse

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Rust Never Sleeps (Neil Young, 1979)


FOLK ROCK. Con el ansia que sólo tienen los más grandes, Neil Young parte y reparte y cierra su década más gloriosa con otra muestra de genio y por ende la mejor. Rust Never Sleeps es un directo trucado con adiciones de estudio, que está entre lo mejor de la historia de cualquier artista. La autenticidad se mide por otras cosas y de eso Neil siempre ha ido sobrado. Por eso y por el resultado, este es mi disco favorito del canadiense. Una obra ante la cual se agolpan las palabras y no salen como deberían, se atascan.

Su octavo disco de estudio combina dos caras bien diferentes. La primera, acústica prepara el ritual. La segunda, desata la furia eléctrica en un vendaval increíble. El disco se abre y se cierra con sendas versiones de la misma canción, lo que lo hace redondo desde el mismo concepto. Un sello que repetiría sucesivamente, porque este disco se convirtió en el molde al que ha recurrido siempre el cantautor cuando ha querido noquear con una nueva obra magistral. ¿De dónde vienen Freedom (1989) o Ragged Glory (1990) si no?
 

¿Y de qué habla esta obra capital? De ríos, de bosques, de ecologismo, de nostalgia y de miedo por un futuro dispuesto a devorarnos. Un futuro que engulle los logros pretéritos sin piedad. Por eso clama por Elvis y aúlla que el rock nunca morirá, recadito incluido para Johnny Rotten. Neil ejerce de profeta y sanador, de chamán y visionario, y trabaja sus canciones con la madera y la tradición, pero también con el alarido y el calambre. Todo le sirve para expresarse. Incluso el punk al que ataca le echa una mano para componer "Sedan Delivery", así como el que no quiere la cosa, sin despeinarse, como diciendo que eso lo hace cualquiera. Sellando un disco que se convierte en testigo y guardián de toda una época.

Así es difícil decidirse. No se puede escoger una canción u otra. ¿"Pocahontas"? ¿"Thrasher"? ¿"Powderfinger"? ¿"Hey Hey, My My (Into the Black)"? Imposible. Tampoco sé cuál es la piel de Neil que más me gusta. Porque al final todo acaba siendo lo mismo, cuando te susurra al oído te crees que lo hace sólo para ti y cuando se abre el pecho y las venas electrocutado por esa electricidad que parece sacar de la misma tierra, todos querríamos estar en primera fila, inmolándonos en su aquelarre.
 
Porque Neil Young demuestra aquí mejor que nunca que puede ser crudo y sensible, que puede decir las cosas a la cara. No lo olviden, el óxido nunca duerme, hay que estar siempre alerta. Neil nos muestra el lado oscuro, pero con él no nos da miedo, siempre vamos a querer más. 
 

 
A1 My My, Hey Hey (Out of the Blue) 3:45
A2 Thrasher 5:38
A3 Ride My Llama 2:29
A4 Pocahontas 3:22
A5 Sail Away 3:46
B1 Powderfinger 5:30
B2 Welfare Mothers 3:48
B3 Sedan Delivery 4:40
B4 Hey Hey, My My (Into the Black) 5:18
Total: 38:16

El título del disco fusila el eslogan de una famosa marca de pinturas y barnices protectores. Nada filosófico hasta que Young lo emplea para atacar el inmovilismo. Un inmovilismo al que siempre ha sido alérgico y que le ha permitido hablar desde el conocimiento sin pontificar, dando un ejemplo inmaculado y sólido como la roca.
 
 
"Thrasher" describes Young's parallel artistic quest in an extended metaphor that also reflected the album's overall theme -- the inevitability of deterioration and the challenge of overcoming it" (William Ruhlmann - www.allmusic.com)
 
"Rust Never Sleeps tells me more about my life, my country and rock & roll than any music I've heard in years" (Paul Nelson - Rolling Stone Magazine)
 
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