Por lo demás, entre el glam y el art rock, este estilo vivió su época de mayor esplendor desde que se lo inventaran en los 50. Seguimos teniendo innovaciones y rupturas en el jazz con una tendencia a la fusión, a la electrificación y mirando aunque sea de reojo a la pista de baile. Pop, funk y casi cualquier estilo buscó en el jazz la forma de renovarse.
Será por toda esta efervescencia, será por una mayoría de edad que ya se ponía seria, pero esta es la época en la que siempre me ha resultado más difícil hacer una selección de lo mejor. No digamos ya si limitamos las opciones a solo diez álbumes. Sin certeza alguna, pero con la tranquilidad de leer los nombres tan gigantescos que propongo, este es mi veredicto (a día de hoy, claro).
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10 London Calling (The Clash, 1979)
He leído por ahí que este disco debe escucharse una vez al año por cuestión de higiene musical. Atinado comentario en mi opinión. Esta obra CAPITAL se merece eso y más. Desde la mítica portada a los últimos acordes de "Train in Vain" estamos ante un disco doble sin desperdicio. De esos en los que entrar es una gozada y salir un duro golpe. (...)
Desde el sótano de las guitarras asimétricas hasta los confines del cosmos, los ecos contaminados de Marquee Moon resuenan en un recordatorio de nuestra caducidad. La naturaleza perecedera del ser humano se ve más clara tras la escucha de este monumento de Tom Verlaine y los suyos. En el año del punk destrozaron cualquier expectativa con esta maravilla de rock de vanguardia que podrá llamarse así por muchos años que le caigan encima. (...)
8 Never Mind the Bollocks Here's the Sex Pistols (Sex Pistols, 1977)
Hay obras con las que siempre te vas a quedar corto al calificarlas. Esta es una. Un trabajo fundacional y cataclísmico por lo que significó para la industria y para la música popular. Por ello lo podemos colocar sin miedo entre los 2 ó 3 discos más importantes de la historia. Y es que en su seno nos encontramos un auténtico grandes éxitos del punk para la eternidad. (...)
El estreno de los Ramones es uno de esos discos que todo aficionado a la música debería tener y atesorar como lo que es: uno de esos escasos momentos de catarsis auténtica, un instante cataclísmico que puso patas arriba el mundo como lo conocíamos antes de él.
Hay quien coloca el inicio del punk en la poesía maldita de Horses (Patti Smith, 1975). Otros se decantan por el cortocircuito glam de los New York Dolls. No estoy de acuerdo. (...)
6 Horses (Patti Smith, 1975)
¿Cómo venzo el pavor de la página en blanco mientras me enfrento a la osadía de glosar las glorias de un monumento como Horses? Sencillamente, no se puede, porque ni siquiera cuando acabe voy a sentir que he hecho justicia a una obra casi sobrehumana. Y aun así, me tiro al barro y con un "que sea lo que dios quiera" confío al menos en aliviar el ardor que me recorre en estos momentos. Un ardor que se repite con cada escucha de un disco irrepetible. (...)
Berlin es la historia trágica de JIm y Candy. Una historia de perdedores crónicos en la decadente capital alemana. Antihéroes urbanos tan reales que asustan. Él, proxeneta, ella, prostituta y ambos, politoxicómanos. Aquí está su historia sin ornamentos ni hazañas. Una narración seca y purulenta llena de callejones malolientes, habitaciones frías, amor helado y cuchillas de afeitar. (...)
4 Funhouse (The Stooges, 1970)
Fun House fue un paso adelante decidido y basado en los delicados intereses de Iggy. Su gusto por el free jazz, el funk y la vanguardia logró teñir de negro un disco de rock tenso y abrupto. La inclusión de un saxo beodo y descarrilado en algunos temas añadió voltaje a la tormenta y el producto que salió se venera hoy como uno de los logros más impresionantes del rock libre y obsesivo. Una joya inmarchitable que yo colocaría en la cima de todo lo que han hecho, de todo lo que se hizo en 1970 y (casi) de todo lo que se hizo en la década. Apabullante. Tan solo hay que echarle un ojo a temazos del calibre de "Down On the Street", "Loose", "TV Eye", "Dirt" o "1970". (...)
Escribir sobre What's Going On es hacerlo sobre una de las maravillas del siglo XX. Un disco surgido de la mente y el alma de uno de los artistas más definitivos que haya habido. Se suele cometer el error de aprisionar a Gaye en el redil respetable pero pequeño de esos intérpretes negros, esos soulmen que, aunque destacados, no pueden competir con "auténticos" songwriters blancos como Dylan, Cohen, Waits, etc. Nada más lejos de la realidad. Se trata de una de tantas injusticias sufridas por su raza. Un ninguneo que hace daño. Sobre todo cuando comprobamos que Marvin, como mínimo, coescribió todos los temas de este álbum (alguno hay enteramente suyo) y lo produjo. Una tónica que se repetiría de manera más o menos constante a lo largo de su carrera.
Este disco superlativo surgió en un momento convulso. Los primeros setenta, con los conflictos bélicos que surgían en diversas partes del mundo como tumores, no eran el mejor momento para que el público diera su beneplácito a un disco tan espiritual como este. Y sin embargo lo hizo. Resulta que Gaye sabía lo que hacía falta en ese momento, al menos lo que a él le hacía falta, y lo soltó en este poema continuo (las canciones se enlazan sin interrupciones) en el que reverencia el amor, la infancia, al Altísimo, y en definitiva, al género humano. Sin ironías. De manera directa y avasalladora. Por eso la gente abrazó esa energía curativa como si de maná se tratara. (...)
2 Blood on the Tracks (Bob Dylan, 1975)
Blood on the Tracks es una declaración a corazón abierto de un hombre roto, un hombre que tampoco ha sido un santo, pero que se lame las heridas escupiendo bilis sin importarle a quién le caiga. Por su honestidad brutal, por su pornografía emocional sin filtrar y por su fiereza lírica, estamos ante una de las mejores obras de Dylan, de los 70 y de la historia. Un disco con un influjo tan malsano como cegador.
No es propiamente un disco de divorcio, como muchos afirman. No narra el dolor tras la separación. Más bien glosa la pena inmensa que produce el comprobar cómo el amor, tan fresco y rozagante al principio, se va marchitando con el paso del tiempo de manera inexorable. Es un lamento sin duda inspirado por el mal momento que Dylan y su mujer, Sara Lownds, llevaban tiempo atravesando, pero el divorcio todavía tardaría en llegar. (...)
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1 The Rise and Fall of Ziggy Stardust and the Spiders From Mars (David Bowie, 1972)
The Rise and Fall of Ziggy Stardust & the Spiders from Mars es una monstruosidad. Con todas las letras de su título enjoyado, el mejor disco de David Bowie, el mejor de los 70 y uno de los dos o tres mejores discos de la historia. Con todas sus letras, sí.
Podría haber dado más rodeos, pero no, porque hay muy pocas joyas del calibre de esta obra magna de la música popular. En ella Bowie juega con la creación de esos personajes que tanto juego le dieron y se estrena con Ziggy Stardust, guitarrista medio alienígena, inspirado en Hendrix, insolente, juguetón y sobrenatural. Una segunda piel que le otorgó réditos increíbles y lo encumbró hasta niveles insoportables. Tanto que tuvo que "matar" al personaje al final de la gira del disco.
A veces me pregunto por qué es tan grande este disco y no encuentro una respuesta clara. Algo habrá en su sonido, brillante pero sucio a la vez, atmosférico pero directo como un gancho a la mandíbula. Es rock, pero la brillantina hace que puedas confundirlo con el pop más ligero. Una confusión grave delante de la electricidad radiante y atronadora de "Moonage Dream", "Ziggy Stardust" o "Suffragette City", pruebas incontestables de que esto es rock del duro. Golpes maestros asestados para no morir ahogados por la belleza más ultraterrena, esa que revolotea feroz y pura en joyas como "Five Years", "Starman", "Soul Love", "Lady Stardust" o "Rock 'n' Roll Suicide".
Todo esto me lleva a la palabra "equilibrio", sí quizás ahí resida el secreto de su impacto y su longevidad infinita. En este disco Bowie supo como en ninguno dar con las dosis justas, equilibró las fuerzas contrarias y pudo fusionarlas en lugar de dejar que colisionaran. El resultado es creación por encima de la destrucción, belleza rozándose con el ruído, agresividad disfrazada de las palabras más dulces. Esto es un uno entre un millón, una obra magistral, una obsesión y un estilo de vida. El glam no sería nada sin Ziggy Stardust... y nosotros seríamos mucho peores de lo que somos. A veces me lo pongo y pienso que, no sé, tal vez Dios exista.
AÑO A AÑO
1970
5 Moondance (Van Morrison)
Segunda obra magistral consecutiva. El disco más disfrutable de Morrison en tanto en cuanto supera a su predecesor en concreción y jitazos. Canciones que enseñan a vivir y a componer. Un auténtico manual referencial para cualquiera que pretenda juntar dos notas y un dechado interpretativo de niveles ultraterrenos. (...)
4 Paranoid (Black Sabbath)
Electricidad mórbida, tierra de cripta, veneno rítmico y toda la parafernalia mortuoria al servicio de un heavy blues que nunca ha sonado tan vicioso, sanguinario o letal. Por mucho que sus acólitos lo hayan intentado todo, desde subir el volumen hasta lo insoportable, exagerar lo demoníaco hasta lo ridículo o aplicar una guturalidad de orco que más de una vez ha acabado dando más risa que otra cosa. (...)
3 Bitches Brew (Miles Davis)
Este es el disco más aventurero, adictivo y salvaje que se haya grabado jamás. No sé si exagero, es difícil saberlo ante tamaño coloso de la música popular. Lo cierto es que la obra maestra de Miles Davis no envejece ni un minuto desde ese lejano 1970 en el que se parió. Y fue un parto difícil. Ni el público ni el entorno del trompetista acababan de verlo con buenos ojos, pero por suerte eso no iba a detener a Miles en la culminación de su reinvención como Apolo eléctrico en plena celebración de su negritud. (...)
2 Cosmo's Factory (Creedence Clearwater Revival)
Cinco discos en dos años. Las locuras que se hacían entonces. ¡Y qué cinco discos! Cinco álbumes impecables de blues rock entre la pradera y el pantano. De ellos este es su colofón, la obra magistral, el espejo, la joya. La crítica y el público coinciden en que después de este Cosmo's Factory se iniciaría el declive. (...)
1 Funhouse (The Stooges)
(Ver arriba).
1971
5 Led Zeppelin [IV] (Led Zeppelin)
Led Zeppelin IV. El disco. El mito. Es bueno hacer esta diferenciación antes de enfrentarse a la obra magna del que fuera grupo de hard rock por excelencia durante un par de lustros. Tampoco voy a decir que la opinión sea unánime. Nunca lo ha sido ni lo será con el mejor álbum de uno de los grupos más adorados y vilipendiados de la historia. Dicho esto me gustaría aclarar que Led Zeppelin ha caído bastantes peldaños en los últimos años en mi escalafón personal de leyendas. (...)
4 Tago Mago (Can)
Can, ese organismo pulsante y poderoso, se erige desde los rincones más oscuros del Inner Space (su estudio y base de operaciones) como la célula de exploración sónica definitiva. En su tercer disco sellan para la eternidad una forma de explorar los límites del sonido y la conciencia. Can, los más grandes psiconautas que haya dado el rock experimental, ofrecen en Tago Mago un viaje mental hacia los confines de lo desconocido. (...)
3 Who's Next (The Who)
Esta es la obra maestra de los Who. Por encima del venerado Live at Leeds (70). No sigue la linea conceptual iniciada en Tommy, aunque apuntada de alguna forma en The Who Sell Out (67), pero pudo seguirla. Y es que el proyecto inicial era un espectáculo de "música total" ideado por Pete Townshend que superara el concepto de disco argumental. Película, teatro... Demasiado gordo para llevarse a cabo. (...)
2 Blue (Joni Mitchell)
Con Blue Joni Mitchell sublima su aproximación al folk y culmina todo un estilo de canción que había ido evolucionando a lo largo de las dos décadas anteriores. Su trino imposible se impone extático a unos arreglos exiguos, delicados y sugerentes que adornan y acompañan sin atosigar. Así consigue que su voz vuele libre, sin ataduras, alcanzando notas escondidas arriba en los cielos, acariciando rincones abisales en nuestras almas.
1 What's Going On (Marvin Gaye)
(Ver arriba).
1972
5 Neu! (Neu!)
La metronómica e inexorable "Hallogallo" marca la pauta. Señala hacia donde soplan los vientos de este disco, que estrenaba el concepto de 'motorik rock' con el que uno de sus creadores lo definió. Una etiqueta algo limitada si sopesamos el conjunto, con los ambientes fantasmagóricos de "Sonderangebot" y "Im Glück". (...)
4 Sail Away (Randy Newman)
El caso abierto del maestro de la música americana. Inclasificable. A primera vista parece solo un artesano de pequeñas canciones adhesivas, lo cual no sería poco, si no fuera porque su talento rebosa esa simple definición. Como Tom Waits es el amo y señor de un swing ligero, cortante a veces y siempre emocionante. Preña sus canciones pop de veneno negro y les da una bonita apariencia de tonada amable. La ironía pura. (...)
3 Transformer (Lou Reed)
Lou Reed nos mira desde esa portada como un Frankenstein afeminado, con la arrogancia de saberse peligroso, con un pasado maléfico y embriagador y dueño de un futuro apasionante y al que no se le intuye límite. Así nos lo encontramos en otra de esas portadas icónicas que el rock nos ha dado. Una portada que empata en grandeza con el contenido de este clásico incontestable. (...)
2 Exile on Main St. (The Rolling Stones)
Y en esta carrera, llegaron a la cima absoluta con su mejor disco. Mientras huían de la justicia fiscal inglesa se instalaron en una villa francesa donde Richards asumió los mandos en la que iba a ser su obra más salvaje y excesiva (y la mejor). Un disco que rezuma sudor, whisky y cristales rotos. Un plato obligado en la dieta de todo rockero que pretenda saber algo de esto. Alta graduación. (...)
1 The Rise and Fall of Ziggy Stardust and the Spiders From Mars (David Bowie)
(Ver arriba).
1973
5 Raw Power (The Stooges)
El grupo quedó hecho cenizas tras el disco anterior y no parecía posible que volvieran. Hasta que un tal Bowie mostró interés por las andanzas de la iguana y después de varios intentos con diversos músicos, el de Detroit decidió reflotar la banda con la inclusión de James Williamson a la guitarra. El bajo recaería en el antiguo guitarrista Ron Asheton. (...)
4 Catch a Fire (The Wailers)
El tamaño colosal de esta obra se mide directamente por el agujero que dejó tras su impacto. Sus dimensiones sobrepasan toda explicación porque no hay manera de encontrar un porqué a la conjunción de astros que crearon el disco que iba a proyectar al reggae a escala mundial. Para ello Marley y los suyos se atrevieron a enturbiar la pureza ruda de su roots reggae y gracias a esos toques de rock y soul, de ese subir la guitarra en la mezcla en los momentos clave. (...)
3 New York Dolls (New York Dolls)
El jaleo que armaron estas putazas fue de traca. Y no me extraña tras ingerir su debut, en el que bulle el cruce infecto entre Stones y Stooges. Ataviados con las mejores galas que pudieron sacar de las alcantarillas, se regodean en un rock 'n' roll voluptuoso que hace trizas el glam de manera salvaje. (...)
2 Innervisions (Stevie Wonder)
Resulta costoso encontrar los apelativos ante obras como esta. Lo primero que me viene a la mente es que es un clásico eterno, y aun así me parece poco premio. No lo duden ni un instante, este disco es de lo mejor que pueden agenciarse para introducirse en el soul. La voz de Stevie me parece indescriptible y los temazos se suceden sin pausa alguna. En los dos primeros temas se entrega al jazz con ese toque de fusión que otros convertirían en algo digno de bostezo, pero que él sabe dejar en el sitio justo. Como los temas funk, los más movidos y atractivos o esas baladas de rompe y rasga que ponen el vello de punta. (...)
1 Berlin (Lou Reed)
(Ver arriba).
1974
5 Elis & Tom (Elis Regina & Antonio Carlos Jobim)
Elis siempre había anhelado hacer un disco con canciones del gran Antonio Carlos Jobim. Concretamente, junto a su marido, el pianista César Camargo Mariano, sentía adoración por el disco "Por toda a minha vida", grabado por Lenita Bruno en 1959. Este disco, compuesto íntegramente por Jobim y Vinícius de Moraes, fue la inspiración para esta colaboración que está entre lo mejor que se haya grabado en Brasil si hablamos de música popular. (...)
4 Natty Dread (Bob Marley & the Wailers)
Bob Marley toma las riendas más que nunca y eso se refleja en la misma portada, con ese fantástico dibujo de su rostro en primer plano y con esa firma que cambia ese "The Wailers" por "Bob Marley & The Wailers". También en la autoría de unas canciones que, aunque aparecen firmadas por mil manos, muchas veces parientes o amigos, no dejan de ser obra exclusiva de Marley. (...)
3 On the Beach (Neil Young)
Su visión del blues. Este es un disco triste hasta el escalofrío. La pérdida de Danny Whitten, guitarrista original de Crazy Horse marcó esta época del canadiense con obras taciturnas y de una profundidad abisal, obras de grandísimo nivel como Harvest (1972) o Tonight's the Night (1975). Aún así, me quedo con este que fue grabado con posterioridad al último mencionado, aunque se publicara antes que él. (...)
2 Red (King Crimson)
Los ángulos torcidos de King Crimson se dibujan aquí en todo su esplendor, en un disco que no solo puede rivalizar con In the Court of the Crimson King
(1969) como mejor obra del combo, sino que en muchos aspectos la
supera. Así de rotundo es el séptimo disco de los dioses del prog. (...)
1 Rock Bottom (Robert Wyatt)
Todo aquí suena a mar. Y sin efectos simplones de olas ni glú glú. Desde "Sea Song" (la canción más evocadora del océano jamás escrita) hasta "Little Red Robin…" disfrutamos de un trayecto inolvidable por el fondo del rock. Y en ese fondo nos encontramos jazz, experimentación y vanguardia sobre un arenoso manto bucólico, casi folk. Folk obtuso y nada convencional, de acuerdo, y único, personalísimo. Al final resulta que de rock no hay casi nada en este disco. (...)
1975
5 Down By the Jetty (Dr. Feelgood)
Dr. Feelgood podría haber sido un grupo del montón, de esos cientos que tocan en los pubs ingleses sin pretensiones ni nada especial. Si no fuera por la rabia que transmitía su rhythm & blues, el sudor que supuraban sus interpretaciones, el ácido vocal de Lee Brilleaux, un frontman muy consciente de lo que hay que tener para serlo, su armónica frenética, y sobre todas las cosas, ese demonio de Tasmania que tenían a la guitarra, Wilko Johnson. (...)
4 Zuma (Neil Young & Crazy Horse)
Neil Young renueva su alianza con los Crazy Horse y tras fichar a Frank Sampedro a la guitarra, vuelven a galopar juntos y facturan un discazo eterno. Variada, ecléctica y brillante, esta obra supuso una nueva cumbre. Lo mismo podemos regocijarnos en el adhesivo casi pop de joyas como "Don't Cry No Tears" o "Lookin' For a Love" que caer en la hipnosis de ese rock solemne y eléctrico que implosiona en "Danger Bird" o ese tótem que es "Cortez the Killer". (...)
3 Born to Run (Bruce Springsteen)
Un clásico norteamericano. Poco se puede añadir sobre una obra que rasca los cielos como las montañas rocosas. Sudor, soul y rock de los de verdad. El disco de la épica urbana, de los personajes anónimos que salen de trabajar cada noche con solo un deseo... Vivir. Un disco que da voz a los héroes de la clase obrera y que sirve de goce y desahogo para ellos y el mundo. Nos lo entregó todo en sus surcos. Generoso, te debemos diez mil... (...)
2 Horses (Patti Smith)
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1 Blood On the Tracks (Bob Dylan)
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1976
5 Zombie (Fela Anikulapo Kuti & Afrika 70)
Zombie fue sin duda el disco más decisivo en la carrera de Fela Anikulapo Kuti. "El que lleva la muerte en su bolsillo" se zambulle de lleno en una crítica abrasiva y sin brida contra los excesos de un gobierno en el que primaba la corrupción, los escándalos y que utilizaba la violencia como medida coercitiva para el control de cualquier atisbo de disidencia. (...)
4 Radio Ethiopia (Patti Smith)
Patti Smith demuestra con su segunda entrega que estaba en su mejor momento. Después de despellejarnos con Horses osa repetir la jugada con un disco volcánico donde se presenta como la predicadora definitiva. Una predicadora que no nos amenaza con la condena, sino que vierte su alma en unas soflamas destinadas a curarnos. (...)
3 Songs In the Key of Life (Stevie Wonder)
Se podría decir mucho de Songs In the Key of Life. A pesar de que se ha dicho ya muchísimo, este disco, que resiste clasificaciones, es un clásico tan inmenso, tan repleto, tan desbordado, que nació empeñado en alcanzar la eternidad. Con esa idea fija grabada a fuego en sus surcos nos asedia y nos inunda como un torrente que todo lo devora. Así es esta obra magna de la cultura popular. (...)
2 The Modern Lovers (The Modern Lovers)
The Modern Lovers supone la sublimación de lo imperfecto a través de lo crudo, lo entrañable (de entrañas), lo jocoso y lo independiente de verdad. Se trata de una obra magistral que fue la carta de presentación de todo un personaje como es Jonathan Richman. Este fue el líder, cerebro y guía de una banda cuyo mito sobrepasa por mucho su producción discográfica. (...)
1 Ramones (Ramones)
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1977
5 Brel [Les Marquises] (Jacques Brel)
(...) Jacques Brel dice adiós definitivamente con este disco una década después de su despedida oficial de la canción. Una obra que nadie esperaba ya, con el artista devorado por la enfermedad y alejado de la música desde hacía mucho tiempo ya. Demasiado, aunque no tanto como para que el mundo se hubiera olvidado de él. Un millón de copias, nada menos, se prensaron para su primera edición, algo impensable incluso en esos tiempos. (...)
4 "Heroes" (David Bowie)
La continuación al magistral Low tiene que compararse inevitablemente con él. Una comparación que no mina las virtudes ni la individualidad de una obra con la suficiente personalidad para situarse en ese círculo cerrado y exclusivo de las obras maestras de David Bowie. Y es que la segunda entrega de la trilogía berlinesa puede considerarse el volumen más perfecto y mejor acabado de su etapa en la capital alemana. (...)
3 Radios Appear (Radio Birdman)
Radio Birdman, pioneros del punk en Australia, se estrenan con un LP a la vez deudor e influyente y los muestra inmaculados en su obsesión con The Stooges y MC5. Mugre de la buena en el que puede ser mejor disco de rock & roll de Australia, uno de los mejores debuts de todos los tiempos y, seamos osados, el mejor disco de punk de la historia. Si los Sex Pistols tenían el vitriolo y los Clash el posicionamiento, Radio Birdman demuestran ser los más carnales de todos. (...)
2 Marquee Moon (Television)
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1 Never Mind the Bollocks Here's the Sex Pistols (Sex Pistols)
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1978
5 Q: Are We Not Men? A: We Are Devo! (Devo)
Devo ofrecen en este debut su versión del punk y eso acaba siendo algo digno de celebración. En su cerebro, este estilo es un puro jolgorio, lleno de humor absurdo y con la libertad como motor y objetivo. No es de extrañar, por tanto, que les salga un estreno espectacular preñado de un rock bastardo entre el arte y la boutade, falsamente insustancial y donde no dejan nada a la casualidad. (...)
4 Parallel Lines (Blondie)
Blondie era a estas alturas la sensación de entre todas los nombres que adornaban las marquesinas en el Nueva York de finales de los 70. Ya llevaban dos discos en el mercado con bastante buena acogida, en gran parte debida al magnético directo del grupo, con una Debbie Harry que se comía el escenario con su colosal presencia escénica. (...)
3 Die Mensch-Maschine (Kraftwerk)
Kraftwerk fueron unos pioneros y su obra aparentemente fría se ha alojado en los corazoncitos sensibles de melómanos de todo el mundo. Sin ellos no habría rap, ni techno, ni post-punk. Y si pueden hacerse acreedores del título de banda superinfluyente es gracias a su discografía primeriza. Entre ella destaca especialmente esta obra, una de sus gemas más pulidas, un disco referencial y totémico. Una obra de una belleza que no por calculada deja de ser más estremecedora. (...)
2 This Year's Model (Elvis Costello)
Elegido mejor álbum del año por las publicaciones más prestigiosas, este disco impresiona incluso al oyente más experimentado. Y no lo hace por ser un bicho raro ni un laboratorio de experimentación. Es solo pop, pero tratado con un respeto sin precedentes. En su segundo intento, con la difícil misión de igualar al menos a su prodigioso estreno, Costello concentra sus poderes en una obra estelar gracias a su talento superlativo y a la colaboración por primera vez de una banda de acompañamiento llamada a ser legendaria. The Attractions dejan su impronta en la obra cumbre del londinense y se hacen esenciales para entender la gloria de su sonido. (...)
1 Third / Sister Lovers (Big Star)
"Compuesto y grabado entre 1974 y 1975, no editado hasta tres años después y no reconocido en su justo valor hasta entrados los ochenta. Esa es la trayectoria de un disco maldito, pero maldito de verdad (...) parece un milagro que Sister Lovers haya renacido desde la más absoluta adversidad (...) Un maltrecho estado mental, quemado también por el alcohol, había llevado a Chilton a exorcizar sus fantasmas en un acto de sabotaje contra una industria que se olvidó de él (...) el sonido decadente absorbió la voz cansada de Chilton (...) El testamento de Big Star (...) es un objeto totalmente destrozado por su tiempo, pero que algún extraño don le ha colgado la etiqueta de imborrable" (César Estabiel)
1979
5 Entertainment! (Gang of Four)
Los Gang of Four fueron los líderes de la República Popular China responsables de la Revolución Cultural, los cuales fueron depuestos y arrestados en 1976 tras la muerte de Mao. Puestos en antecedentes, ¿qué tienen que ver con la banda de Leeds? Mucho o nada, según se mire. Parece que la iconografía política y militar del lejano oriente estaba de moda en las bandas más potentes de la época. No hay más que ver a The Pop Group, por ejemplo. Además, es de sobra conocida la afiliación neo-marxista de la banda. Si todo esto lo unimos a los estertores del último punk, el resultado es, de entrada, intrigante. (...)
4 Overkill (Motörhead)
Con su segundo disco Lemmy y los suyos dieron un salto cualitativo importantísimo y sentaron las bases de lo que sería su sonido definitivo. Simplificando diremos que lo endurecen todo a su alrededor para forjar una obra donde, si no se olvidan de la psicodelia que teñía algunos de sus palos primigenios, sí que la hacen mutar en atmósferas de pesadilla, con un fondo espacial y peligroso. A este último género se abonan cosas como "Metropolis" o "Capricorn", cuyos títulos ya remiten a algo más rebuscado de lo normal en estos bárbaros. (...)
3 Unknown Pleasures (Joy Division)
(...) Estos "placeres desconocidos" conjugan lo maquinal ("Disorder", "She's Lost Control"), las simas de lo humano ("Candidate", "Insight", "New Dawn Fades", "Wilderness") y el punk salvajemente emocional ("Day of the Lords", "Shadowplay", "Interzone"). Un preparado desestructurado que enseña el lado más (in)humano del hombre a pesar de su apariencia turbia y hermética. Enseña con la insolencia de la juventud y los versos malditos del que vive en una interzona en la que el tiempo es prestado y la permanencia temporal. (...)
2 Highway to Hell (AC/DC)
Ardiente. Clásico absoluto. Voz viperina y guitarra en llamas. No hace falta más. Highway to Hell es el testamento más que prematuro de un cantante único, irrepetible, el último disco en vida del genial Bon Scott, alma y corazón de una de las bandas más grandes de la historia de la música. (...)
1 London Calling (The Clash)
(Ver arriba).
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