martes, 3 de octubre de 2017

El lado salvaje

Transformer (Lou Reed, 1972)
 
 
GLAM. Lou Reed nos mira desde esa portada como un Frankenstein afeminado, con la arrogancia de saberse peligroso, con un pasado maléfico y embriagador y dueño de un futuro apasionante y al que no se le intuye límite. Así nos lo encontramos en otra de esas portadas icónicas que el rock nos ha dado. Una portada que empata en grandeza con el contenido de este clásico incontestable.

Después de un estreno en solitario con su puñadito de gemas pero más bien sosete, Lou se alía con David Bowie para que le produjera la continuación. El genio británico junto con su guitarrista de entonces, el genial Mick Ronson, echó el resto para pulir una obra maestra de rock y poesía, una de esas que certifican la mayoría de edad de todo un género. Las putas, los yonkis y los callejones malolientes que habitan Transformer son los que Reed había conocido. Su etapa en la Factory de Warhol es básica para inspirarle buena parte del cancionero maldito de su obra más reconocida y reconocible.

"Walk on the Wild Side" es la bandera. Su letra, escandalosa, se ha grabado en un puñado de generaciones, pero no es lo único. Tampoco "Perfect Day", una de las canciones más hermosas y otoñales de su repertorio, un anuncio claro de lo que iba a ser ese discazo llamado Berlin (1973). Ni siquiera podemos quedarnos en el glam venturoso de "Satellite of Love" ni en el de "Vicious". Esas pueden ser las más llamativas, pero a decir verdad, todo el disco rezuma una grandeza más que palpable.

El fantasma de Warhol es una de las fuerzas más poderosas que gobiernan esta obra. Está presente continuamente en la inspiración de Reed. En muchos versos, "Vicious, you hit me with a flower", frase suya; "Andy's Chest" está dedicada a él de manera más que evidente; "Walk on the Wild Side" surge de la fauna nocturna que rodeaba al artista; y el tono cabaretero de algunos temas ("Make Up", "Goodnight Ladies") casa con la teatralidad que Andy siempre se gastaba y que atraía tanto a Lou.

El transformista es un disco ambiguo como su título, que juega a provocar sin mojigaterías, a tumba abierta. Por eso fue tan escandaloso cuando salió y por eso ha perdurado hasta nuestros días como la obra de arte que es y será. No tengo dudas, esto es sólo el principio para una obra maestra que no envejece ni envejecerá. Nos vemos en el infinito. 


A1 Vicious 2:55
A2 Andy's Chest 3:17
A3 Perfect Day 3:43
A4 Hangin' 'Round 3:39
A5 Walk on the Wild Side 4:12
B1 Make Up 2:58
B2 Satellite of Love 3:40
B3 Wagon Wheel 3:19
B4 New York Telephone Conversation 1:31
B5 I'm So Free 3:07
B6 Goodnight Ladies 4:19
Total: 36:40

Cuatro de las once canciones fueron escritas por Reed durante su etapa en The Velvet Underground, banda a la que un tal Bowie adoraba y que fue clave a la hora de que el británico le produjera a Lou este renacimiento artístico. 

No cabe duda de que David dejó su impronta en el sonido del álbum haciéndolo un disco glam con todas las letras. Aun así no deberíamos menospreciar el trabajo de su escudero en las Spiders from Mars, Mick Ronson, el cual contribuyó con ideas compositivas definitivas y en los arreglos de cuerda de toda una "Perfect Day". Reed siempre destacó su intuición al bajar las voces para que la orquesta se impusiera logrando la atmósfera única de ese tema inmortal.

En cuanto a la portada... Bueno, en realidad surgió de un error. Mick Rock hizo la foto y esta sufrió una sobreexposición durante su revelado. La contraportada tenía su miga también. Un travesti con más huesos que curvas y un chulazo con una erección de caballo efecto de introducirse un plátano en el pantalón. Nueva conexión Warhol/Velvet Underground.

La sexualidad del disco está no solo en sus letras, que puede ser lo más evidente. "Walk On the Wild Side" fue prohibida en multitud de emisoras por sus menciones explícitas al sexo oral y esa forma de conjurar lo perverso y lo desviado. Y como digo no solo son las letras, también la música, con multitud de tonadas con una cadencia rock más que sugerente.

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