Lust for Life (Iggy Pop, 1977)
GLAM PUNK. El samaritano Bowie debe tener una agenda repleta de amigos en deuda con él. Si en el 72 sacó a Lou Reed del ostracismo produciéndole y arreglándole Transformer, en el 77, en plena etapa berlinesa, apostó por un defenestrado Iggy Pop para hacer lo propio con dos de sus obras, The Idiot y este Lust for Life.
Definitivamente, dos épocas gloriosas para el Camaleón, que derramó su talento por el borde de sus discos salpicando todo lo que tenía cerca. Si en The Idiot la presencia de Bowie es definitiva, llegando a mimetizar el sonido de sus discos de la época en él, hasta el punto de que muchos lo consideran un álbum del londinense más que de Iggy, en esta continuación los toques sutiles del genio lo acercan más a su etapa glam de hacía un lustro. Todo esto reluce en el estilo inconfundible de "Some Weird Sin", "The Passenger" o "Tonight", en el sonido brillante y sucio a la vez, y en los coros en los que interviene.
Y si hay algo que diferencia a esta obra maestra del disco anterior es su aparente luminosidad. No encontramos los ambientes cargados de "Nightclubbing", sino mucho más aire en unas composiciones que no dejan de ser brutales. Tampoco es que sea un disco primaveral. Es un compendio de rock vigoroso y crudo, aunque se deja acariciar por algún teclado volatil y las guitarras tienen un sonido más abierto, más celestial incluso ("Tonight").
No siempre lo parece, pero Lust for Life es una obra maestra sin paliativos. Un atracón de rock 'n' roll como el mejor que haya hecho nunca la Iguana, incluyendo su etapa con los Stooges. Un disco insolente y orgulloso para comerse la vida y lo que haga falta.
Ríete Iggy, pártete el culo, porque esto es para estar más que satisfecho.
★★★★★
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