PSICOBILLY. Sólo una batería de cromañón, una guitarra barata y rota y una voz que es puro desenfreno son suficientes para que se posicionen en el reverso negativo. Confesiones aulladas por una vocalista brutal. Sexo explícito, terror y nihilismo. Pura barbarie escénica en este disco en directo en el que se resume lo que eran sus conciertos: inmolaciones en tiempo real en las que se desangraban con influencias evidentes de The Cramps o The Stooges. Carnicería sónica desde el agujero negro del rock antimateria. Sin frenos hacia la NADA.
Así se pueden definir los orígenes de una banda única en nuestro panorama. Se consumieron en una conflagración. De hecho, Miguel, el guitarrista original no vería publicado este estreno. En realidad el disco no iba a ser así. Iba a ser una ortodoxa grabación de estudio, pero la tragedia hizo eso imposible. Miguel moriría en un atraco a una joyería y eso hizo que los Desechables debutaran con un frankenstein hecho de grabaciones de una reciente gira por Francia con la adición de esa aniquiladora "El fin del mundo" que grabaran para Diario Pop.
Lo que obtuvieron, y no sé si lo pretendían, fue uno de los mejores discos de punk de nuestra historia. Un documento imprescindible para entender un género que tuvo en ellos a unos abanderados de lujo. Esa insolencia y esa provocación, esas guitarras sucias como la mugre y retorcidas entre espasmos de distorsión, y esa batería burda y a piñón transmiten más autenticidad, más desgarro y más emoción que mil de esos productos prefabricados que todos conocemos.
Miguel ya no estaba, sí su sombra en la portada como una maldición. Sólo quedaban Dei Pei a los tambores y Tere Desechable a la voz, auténtica sacerdotisa impía que en estos momentos era una adolescente y aun así era el auténtico motor de uno de los grupos más oscuros, crudos e increíbles de este país. Después de este disco todo cambió. Su sonido se fue domesticando y con ello perdieron todo lo que los hacía especiales. Sí, a pesar de que siguieron, se puede decir que fue un grupo que nació muerto. Aquí está su testamento prematuro.
★★★★☆
Total: 27 min.
La maqueta (Desechables, 1982)
Podríamos criticar su sonido, pero creo que eso sería no haber entendido nada, porque ahí radica precisamente el encanto de un documento necesario y revelador. Aquí tenemos parte del escaso material en el que participaría Miguel González, alias "No", guitarrista original del trío, que moriría meses después en un atraco a una joyería.
El trío lo completan Jordi Solá, "Dei Pei" a la batería y Teresa González, "Tere Desechable" y dejan bien claro que no necesitan a nadie más para liarla. El repertorio es una sobredosis de violencia gratuita, humor negrísimo y ruído bastardo. En unas canciones que serían la base para sus conciertos, rituales salvajes de sadomasoquismo y sangre, y también la base para lo que sería su primer disco, ese "Golpe tras golpe" (1984), que se nutriría de dichos directos.
Una grabación muy primitiva que ha tenido mayor repercusión de la esperada para una obra tan artesanal. Para entrar en su universo quizás no sea el mejor, yo recomendaría la electricidad chorreante de "Golpe tras golpe", pero esta maqueta está muy bien para comparar y comprobar que el grupo tenía las ideas muy claras desde el primer segundo. Puede que suenen mucho a sus adorados The Cramps, pero aquí dejan claro una máxima irrefutable: si robas, llévatelo todo y si crees en algo, cree hasta morir.
Total: 20 min.
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