Cop (Swans, 1984)
NOISE INDUSTRIAL. Después de la brutalidad de su estreno, "Filth" (1983), parecía imposible redoblar la barbarie como hacen en esta continuación. Abandonan las dos baterías y los dos bajos, ralentizan el tempo, meten más loops pregrabados y les sale su obra más despiadada y violenta. Un disco abrasivo de verdad, de los que hacen daño y que, aun siendo un castigo difícil de soportar, provoca una adicción comparable a la de cualquier opiáceo.
Decir que "Cop" es duro es quedarse corto, muy corto. Heredero de los momentos más corrosivos de Throbbing Gristle, se emplea a fondo en un noise de corte industrial que influiría de manera decisiva en gente como Godflesh, The Young Gods o Whitehouse. Cada uno en su estilo, pero todos con el terrorismo sonoro en su ethos y modus operandi. Mucho más metálico, pero emparentado sin duda también con el arte extremo de sacerdotisas como Lydia Lunch o Diamanda Galás.
Así es "Cop", una masa sanguinolenta en la que domina la guitarra deforme y acribillada a balazos de un Norman Westberg que se gradúa como ese guitarrista que maravilló a Michael Gira por ese estilo personalísimo con el que creaba un muro sónico flamígero e infranqueable. Esas seis cuerdas duelen aquí como nunca. Eso junto al ritmo martilleante y disfuncional y las imprecaciones supurantes y graves de un Gira inflamado conforman el tratado definitivo sobre el horror absoluto.
Decir que "Cop" es duro es quedarse corto, muy corto. Heredero de los momentos más corrosivos de Throbbing Gristle, se emplea a fondo en un noise de corte industrial que influiría de manera decisiva en gente como Godflesh, The Young Gods o Whitehouse. Cada uno en su estilo, pero todos con el terrorismo sonoro en su ethos y modus operandi. Mucho más metálico, pero emparentado sin duda también con el arte extremo de sacerdotisas como Lydia Lunch o Diamanda Galás.
Así es "Cop", una masa sanguinolenta en la que domina la guitarra deforme y acribillada a balazos de un Norman Westberg que se gradúa como ese guitarrista que maravilló a Michael Gira por ese estilo personalísimo con el que creaba un muro sónico flamígero e infranqueable. Esas seis cuerdas duelen aquí como nunca. Eso junto al ritmo martilleante y disfuncional y las imprecaciones supurantes y graves de un Gira inflamado conforman el tratado definitivo sobre el horror absoluto.
Esclavos y señores, víctimas y verdugos ensayando la danza macabra de una vida que, según esta obra, se arrastra a espasmos y convulsiones supurando pus, corrosión y el terror más extremo. El que entre aquí advertido queda. No es que esto no sea para todo el mundo. Es que ni siquiera sé si es para alguien. Bienvenidos a los confines de lo humano, bienvenidos al extremo negativo.
«Por mí se va a la ciudad del llanto; por mí se va al eterno dolor; por mí se va hacia la raza condenada: la justicia animó a mi sublime arquitecto; me hizo la Divina Potestad, la Suprema Sabiduría, y el primer Amor. Antes que yo no hubo nada creado, a excepción de lo inmortal, y yo duro eternamente. ¡Oh vosotros los que entráis, abandonad toda esperanza!»
("La divina comedia", Dante Alighieri).
«Por mí se va a la ciudad del llanto; por mí se va al eterno dolor; por mí se va hacia la raza condenada: la justicia animó a mi sublime arquitecto; me hizo la Divina Potestad, la Suprema Sabiduría, y el primer Amor. Antes que yo no hubo nada creado, a excepción de lo inmortal, y yo duro eternamente. ¡Oh vosotros los que entráis, abandonad toda esperanza!»
("La divina comedia", Dante Alighieri).
★★★★☆
A1
Half Life
A2
Job
A3
Why Hide
A4
Clay Man
B1
Your Property
B2
Cop
B3
Butcher
B4
Thug
Total: 41 min.
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