Holy Money (Swans, 1986)
NOISE INDUSTRIAL. Swans se marcaron su propia trilogía del dólar. Como el gran Sergio Leone con sus tres clásicos de mediados de los 60, los de Michael Gira se revolcaron en el vil metal y en lo maligno de su esencia en sus discos de mitad de los 80. En realidad se podría considerar una tetralogía y la compondrían los LPs "Greed" y "Holy Money" junto con sus singles adjuntos, "Time Is Money (Bastard)" y "A Screw". Todo ello fue publicado en 1986, un año dorado en la evolución y asentamiento de los postulados de un grupo con la eternidad en la mirada.
El dólar adorna todas las portadas de las obras mencionadas. Un símbolo erigido en todo su esplendor en sólido dorado como una escultura a mayor gloria de nuestro dios supremo. Así retratan al vil metal, como una divinidad despiadada e inalcanzable. Inmisericorde como una música que empieza a sonar más variada y a jugar por fin con los extremos, las atmósferas, los susurros y los martillazos implacables.
El dólar adorna todas las portadas de las obras mencionadas. Un símbolo erigido en todo su esplendor en sólido dorado como una escultura a mayor gloria de nuestro dios supremo. Así retratan al vil metal, como una divinidad despiadada e inalcanzable. Inmisericorde como una música que empieza a sonar más variada y a jugar por fin con los extremos, las atmósferas, los susurros y los martillazos implacables.
El disco se abre con "A Hanging", donde pasan del góspel a lo tribal, porque así es su música. Urbana y campestre, sacra y profana. Un juego de opuestos en el que los de Gira se empiezan a sentir más a gusto que nunca. Ya lo habían esbozado en "Greed" meses antes, pero es aquí donde dejan que Jarboe coja el micro con las dos manos y se explaye con la belleza etérea de una voz absolutamente ignota para el seguidor habitual.
Este compañero perfecto para el disco anterior, esta segunda página del díptico brutal que se marcaron los neoyorquinos sabe llegar más lejos que el anterior en todos los sentidos. Es dulce cuando hay que serlo y se ensaña con la brutalidad cuando toca. Por lo demás, se nota que ambos fueron grabados en las mismas sesiones. No me cabe la menor duda de que a día de hoy los habrían publicado en un solo volumen con los singles que los completan y estaríamos hablando de otro de esos discos dobles con los que Swans pretenden reventar el mundo a dentelladas para hacerlo un lugar mejor.
Este compañero perfecto para el disco anterior, esta segunda página del díptico brutal que se marcaron los neoyorquinos sabe llegar más lejos que el anterior en todos los sentidos. Es dulce cuando hay que serlo y se ensaña con la brutalidad cuando toca. Por lo demás, se nota que ambos fueron grabados en las mismas sesiones. No me cabe la menor duda de que a día de hoy los habrían publicado en un solo volumen con los singles que los completan y estaríamos hablando de otro de esos discos dobles con los que Swans pretenden reventar el mundo a dentelladas para hacerlo un lugar mejor.
★★★☆☆
A1
A Hanging
5:48
A2
You Need Me
1:23
A3
Fool (#2)
5:54
A4
A Screw (Holy Money)
5:00
B1
Another You
7:43
B2
Money Is Flesh (#2)
5:02
B3
Coward
5:10
Total: 36:00
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