lunes, 17 de agosto de 2020

Punks de boquilla

'We Thought We Were Punks (78-80)' (Television Personalities, 1980) - BOOTLEG

ART PUNK

Recopilación de singles y un EP que conforman todo lo que grabaron antes de editar su primer LP en 1981. Un material excelente, ¡qué coño!, imprescindible para poder entender y disfrutar a esta banda disfuncional y única que siempre ha girado alrededor del nunca bien ponderado Dan Treacy.

El grupo se formó en 1977, como tantos otros, tras ver tocar a los Sex Pistols. No son originales en eso y además, aunque al principio no lo parezca demasiado, se nota en su música. En su arrojo amateur y en sus guitarrazos insolentes y absolutamente imberbes. Lo que pasa es que también desde el principio dejan entrever su amor por otras cosas como The Kinks o la literatura que siempre ha impregnado las historias de Dan Treacy.
 

 

Ahí está el poder de estos punks a tiempo parcial: en las letras. También en su gusto melódico, pero es que este interés por contar cosas, por sonar británicos hasta el tuétano y reflejar el entorno donde viven es su seña de identidad. En pocas palabras, lo que los hace encantadores y especiales.

El grupo evolucionaría a sonidos emparentados con el mod rock o la psicodelia, pero en estos momentos iniciales su punk pop florece en temazos de combustión instantánea entre los que destacan dos: un "Part-Time Punks" que fue su primer hito y quizás su canción más inolvidable, y un vivaracho y adhesivo "Where's Bill Grundy Now?". Dos pruebas mayúsculas de que no estamos ante un grupo cualquiera. El encanto de sus canciones primerizas así lo anunciaba y el tiempo ha acabado dando fe de ello.

 

Malcolm McLaren fue uno de los grandes instigadores del movimiento punk. Descubrió y guió a la fama a los Sex Pistols (también a los New York Dolls antes que a ellos) y puso en funcionamiento "Sex", la boutique que fue germen y templo del punk en cuanto a estética.

No había punk que se preciara de serlo a mediados y finales de los 70 en Londres que no se vistiera en dicha tienda. Por supuesto, no Dean Treacy ni los suyos. Lo suyo era tan atípico y tan personal que no casaba con un movimiento que era más plástico que otra cosa.

Así lo manifiesta Treacy en una de sus mejores canciones, una "Part-Time Punks" en la que se ríe de lo artificioso y lo falso que rodeaba a una cultura urbana de la que renegaba a pesar de haberle dado la vida y la razón de ser a su propia banda. Mordiendo la mano que le había dado de comer. Encantador.

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