sábado, 24 de octubre de 2020

Orgasmos muy chungos

Over-Nite Sensation (The Mothers, 1973)

 

FUNK & BLUES. Vuelve el blues y no lo hace solo. Viene acompañado de una buena dosis de funk y fiereza eléctrica directa de los dedos de ese Zappa guitarrista que siempre ha hecho las delicias de la parroquia rockera. Un Zappa al que nunca se le irá la mano con lo convencional y que aquí consigue rajar y arañar sin dejar de sonar a él mismo. Ese es el mayor motivo de un éxito artístico que lo sitúa como uno de los genios más inconmensurables y más incomprendidos de la historia.

Aquí se afana por alejarse del jazz en jams sinuosas de free blues en el que se cuelan suspiros de sonidos negroides de lo más bailable. Microespejismos que aligeran un trip cargado de la heterodoxia habitual, sexo chungo y los recitados graves de un Zappa con la laringe dañada de manera irreparable tras el incidente sufrido en 1971 en el que cayó del escenario tras ser empujado por un fan enojado. Una pérdida de octavas que Frank calificó como algo no necesariamente negativo, aunque matizaba que hubiera preferido una manera menos drástica de conseguirlo.

Así pues, un gran disco otra vez. Uno de esos que tampoco destacan de manera superlativa, pero al que se le puede achacar muy poco aparte de no ser la revolución definitiva o la obra maestra insuperable que seguimos buscando para que recoja el testigo de un "Hot Rats" (1969) que empieza a quedar lejano. Aquí nos tenemos que conformar con unas buenas dosis de blues funk de alto octanaje en una obra que me recuerda por momentos a su inseparable Captain Beefheart. Esto y los guiños a Dalí en una portada tan naif como perturbadora son las señas de identidad de una nueva pieza para atesorar en el devocionario dedicado a este artistazo.

 ★★★

A1 Camarillo Brillo 4:01
A2 I'm the Slime 3:35
A3 Dirty Love 3:00
A4 Fifty-Fifty 6:08
B1 Zomby Woof 5:11
B2 Dinah-Moe Humm 6:05
B3 Montana 6:37
Total: 34:37

En lo musical es bien sabido que Edgar Varèse o Igor Stravinsky han sido dos de las fuerzas motrices más poderosas detrás de la inspiración de este músico, pero por supuesto una mente tan inquieta no podía limitarse a lo puramente musical para crear y se dejó influenciar por el cine, la pintura y la literatura. Ahí está esa portada en la que homenajea (a su aire) a Salvador Dalí desde una perspectiva camp que recuerda más al arte barriobajero de Robert Crumb que al del genio catalán, pero que en el fondo tiene un poco de ellos y de mil cosas más, claro. 

En la imagen, "Sueño causado por el vuelo de una abeja alrededor de una granada un segundo antes de despertar" (Salvador Dalí, 1944).

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