lunes, 18 de enero de 2021

Caricias bestiales

Animalisms (The Animals, 1966)

RHYTHM & BLUES. En su tercer disco, The Animals estandarizan un sonido al que no le faltaba más que eso para hacerles perder la mucha o poca relevancia que tuvieran. Es cierto que ganan en precisión, elegancia y perfección a todos los niveles. Como también es cierto que pierden en rugosidad, espontaneidad y crudeza. No me cabe la menor duda de que la marcha del teclista Alan Price fue clave en todo esto.

También es cierto que esto les deja espacio para una cierta personalidad, ya que en medio de toda esta higiene o gracias a ella, al fin se sienten con fuerzas para entregar hasta tres piezas propias, todas firmadas por Burdon y el nuevo teclista, Dave Rowberry. Nada sustancioso más allá del jugueteo con las estructuras clasicotas y la levedad más asesina. Pop 50s, rock peleón y rhythm & blues cabaretero que al menos mantiene el pulso (la tontería de "Clapping", idea exclusiva del teclista, es para echarle de comer aparte).


 De dentro a fuera

No creo que estemos ante la obra definitiva ni esencial de la banda. "Animalisms" y su versión norteamericana, "Animalization" (1966), es una dupla otoñal y casi diría que una pequeña curiosidad. Tiene su encanto, no me cabe duda, porque inaugura una nueva etapa en la carrera de Burdon y los suyos. Una etapa breve a la que pronto daría carpetazo el guitarra y vocalista para estampar su nombre bien grande y empezar a acompañarse por una nómina de trabajadores temporales que lo acabarían acercando al hard rock y a la irrelevancia más absoluta. Por suerte, nada de eso se huele todavía aquí.

★★★☆☆

 

Los Animals siguen obcecados con animalizar el blues para acercarlo a ese rock & roll que estaba partiendo la pana a ambos lados del Atlántico. Y para ello se espejan en los Rolling Stones. Nunca lo han ocultado, llegando a nombrarlos más de una vez en las letras de algún tema. Y aunque en ambos casos tardaron en firmar discos completos de su puño y letra, en el de los Stones el aprendizaje se empezó a ver antes en composiciones propias de una brillantez fuera de toda duda. 

The Animals tardaron más en soltarse y cuando lo hicieron vinieron los problemas, las rupturas, los cambios de nombre, de dirección y de estilo. No, nunca fue este un grupo ideado para durar o para liderar una revolución. Eran más de disfrutar y dejarse llevar. Y oye, tampoco es que pueda achacarles la aproximación.

Este disco también tendría su correspondiente edición norteamericana. Y en ella había hasta cuatro temas diferentes a los incluídos en la británica. "Animalization" lo llamaron.

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