martes, 12 de enero de 2021

¿Copia, secuela o consecuencia inevitable?

The Animals [UK edition] (The Animals, 1964)

RHYTHM & BLUES. La odiosa costumbre de la época de variar las ediciones de los discos según fueran dirigidos al mercado americano o europeo es seguida con fe ciega por los Animals en estos primeros años de carrera. Como The Beatles o The Rolling Stones, no podemos entender su álbum de debut sin ver el cuadro completo. Esta es la edición para el Reino Unido y tiene un buen puñado de pistas en las que se diferencia de su mellizo mayor.

Lo más destacado, sin entrar en detalles, sin embargo salta demasiado a la vista. A los americanos les regalaron abrir el disco con esa "House of the Risin' Sun" y en esta versión, vayan a saber por qué, ni siquiera aparece dicho tema. Una ausencia tan imperdonable que hace que todo lo demás sobre y que salga a la luz la condición de intérpretes de material ajeno por encima de cualquier otra consideración.
 


 I'm bad... Like Jesse James!

Sí, sin su mejor baza, esta cara B de su primer álbum hace que nos importe menos la fuerza de la interpretación, la cual sale a relucir además en canciones que se repiten respecto a la otra edición. Que ya sé que es un producto de su tiempo y que por aquel entonces era complicado tener acceso a ambas versiones para comparar, pero nunca me ha gustado que me compliquen la historia cuando trato de desentrañar los entresijos de cualquier artista. Y eso de tener canciones repetidas, en estos tiempos es más redundante e innecesario que nunca. Como disco es muy bueno. Como pieza para completar la colección, da mucha rabia.

★★★☆☆


Más que con The Beatles, The Animals comparten con los Stones eso de editar para diferentes mercados y cambiar un par de temas para darle más emoción a la jugada. Los motivos eran variados. 

A veces la canción ya había sido single en alguno de los dos continentes y no querían pisotear dicho 7 pulgadas con la inclusión de la misma en el LP. Otras era una cuestión del gusto mayoritario de cada país. Y tampoco podemos olvidar la exclusividad y el deseo que despertaba en el coleccionista, el cual se veía obligado a adquirir ambas versiones a toda costa. Esto último tampoco era tan frecuente dada la dificultad para acceder a la versión no publicada en tu país, pero locos del vinilo ha habido siempre y espero que siempre los haya. 

En cualquier caso, la motivación económica era el motor de una idea que a mí me parece aberrante desde el punto de vista artístico, ya que adoro el concepto de LP como obra total, pensada y diseñada como un todo indivisible. Algo que hace tiempo que está más que en declive, pero que algunos románticos seguimos idolatrando por encima de otras consideraciones.

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