The Animals [US edition] (The Animals, 1964)
RHYTHM & BLUES. Edición norteamericana del debut de The Animals, abanderados de esa British Invasion que asoló el mundo en general y los EE.UU. en particular a mitad de los 60. Resulta curioso que tuvieran que llegar de la antigua madre patria a enseñarles a ellos lo que era el rock & roll y el blues. Y si no a enseñárselo, al menos a recordarles cómo se hacía.
Tal vez esta banda no es la más representativa de esa revolución, enterrada como está entre The Beatles y The Rolling Stones, pero no hay duda de que el teclado intenso y punzante de Alan Price junto con la voz poderosa y expresiva de Eric Burdon los hicieron especiales. Y precisamente son las dos cosas que más destacan de su canción bandera, una "House of the Rising Sun" que con ese dramatismo extremo hicieron suya para siempre.
He ahí su gran victoria y su derrota más dolorosa, porque el éxito de la canción, no solo fue lo máximo que iban a alcanzar en cuanto a popularidad, sino que marcaba a la vez su mediocridad como compositores. En este disco no hay ningún tema propio y las pocas veces que se aventuraron en dicha tarea en esfuerzos posteriores acabaron con resultados, digamos, desiguales.
No, los Animals nunca serán recordados como creadores. Más bien como instigadores y paladeadores exquisitos. Su gusto por el blues está claro que es auténtico. Por eso suenan como suenan. Como un cañón. Así, una tras otra, van lanzando las salvas de honor para honrar a los grandes. Y de paso preparan el terreno para todo el rock garajero y para gente como los MC5. A mí no me parece escaso tal legado, aunque también es cierto que esperaba más de una banda tan mítica.
★★★☆☆
Los Animals podrán ser tachados de oportunistas y de revivalistas sin fondo, pero nunca de tibios de corazón. Su pasión les hacía sonar con el rajo de los mejores bluesmen y su entrega escénica bien remozada en calambrazos inéditos por aquel entonces ya anunciaba lo que iba a ser ese desatado rock garajero que los Sonics, los 13th Floor Elevators y demás terroristas selectos empezaban siquiera a imaginar. También por derivación debieron influir en mis adorados MC5. O eso me gustaría pensar, ya que me vienen a la mente de inmediato en cuanto se les va la mano con los amperios. Como decía John Sinclair, "dope, guns and fucking in the streets".
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