sábado, 27 de febrero de 2021

Chatarrería

Junkyard (The Birthday Party, 1982)

POST-PUNK. Nick Cave sigue perfilando su iconografía con el último disco de The Birthday Party antes de su disolución. Religión, crímenes envueltos en culpa y redención y también ese puntito de humor que podemos apreciar en la portada y en canciones como "Release the Bats", pista extra en el CD, donde se mofa de ese rock gótico del que se empeñaban en endosarle el certificado de paternidad.

En realidad el australiano, por mucho que amara el punk, siempre ha tenido gustos más sofisticados. Entre ellos, el funk, el rhythm & blues, el soul, el blues o el rock & roll primigenio. Y bien mirado, todo eso está aquí, ensuciado, regurgitado, vomitado, pero está claro que esos son los materiales sobre los que trabaja. Que lo envuelve todo en disonancia y ritmos entrecortados, lynchianos, también. Que se puede aquí escuchar lo que estaba empezando a hacer Tom Waits con Marc Ribot en su giro chatarrero, por supuesto, pero aquí también chorrea la rudeza masculina de Howlin' Wolf entre calambrazos deformes a lo Contortions y esputos cortocircuitados a lo PiL.

Así se despidieron por tanto los australianos. Recién llegados a Berlín desde su más bien decepcionante aventura londinense, la banda se desintegró y solo algunos segurían a Nick en esa nueva aventura que iba a ser The Bad Seeds. Oyendo los diez estallidos que revientan en este "vertedero" no es difícil imbuirse de esos momentos difíciles que, como tantas otras veces, acabaron por alumbrar una obra tan incómoda como adictiva para todo aquel adepto al rock más correoso.

★★★

A1 She's Hit 6:06
A2 Dead Joe 3:09
A3 The Dim Locator 2:50
A4 Hamlet (Pow, Pow, Pow) 5:33
A5 Several Sins 2:56
B1 Big-Jesus-Trash-Can 3:00
B2 Kiss Me Black 2:48
B3 6" Gold Blade 3:35
B4 Kewpie Doll 3:32
B5 Junkyard 5:49

Total: 39:18  

Junkyard es poderoso por su contenido, qué duda cabe, pero no se puede negar que su portada también se las trae. Ese piloto diabólico tiene tanto de caricaturesco como una música que se orienta hacia el extremo más camp de lo maligno. Sangre de pega que pone preguntas sobre la mesa y que acaba siendo de lo más auténtico y de lo más pavoroso.

No pasa lo mismo con la asociación que voy a hacer. Y es que esta maravillosa cubierta siempre me trae a la mente la de un disco en las antípodas de todo esto. Se trata del archifamoso Bat Out of Hell que publicara Meatloaf en 1977. También hay motorista diabólico, pero todo, su música lo primero, parece ser tomado mucho más en serio. Tanto que puede llevar al a risa. Sin pretender menospreciar el musical que se monta Cacho Carne en su reputadísima (y también discutible) "obra maestra".

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