viernes, 26 de febrero de 2021

Plegarias abrasadoras

Prayers on Fire (The Birthday Party, 1981) 


POST-PUNK. Nick Cave es uno de los autores más definitivos de la historia del rock, eso no creo que haya que descubrirlo a estas alturas. Lo que no todo el mundo sabe es que antes de fundar The Bad Seeds tuvo un par de proyectos de enjundia. Empezó con The Boys Next Door, con los que armó cierto revuelo en la escena local de Melbourne y dio un montón de conciertos por todo el país.

De esa banda derivó directamente su segunda reencarnación, bastante más jugosa que la primera, aunque en realidad el grupo simplemente cambió de nombre y se trasladaron a Londres, donde empezaron a lamer las mieles del éxito underground. Estas oraciones ardiendo serían el segundo disco que sacarían como The Birthday Party, una obra que destaca por su urgencia post-punk, sus coqueteos con la atonalidad y la disonancia y sobre todo por su fiereza.

Un tratado que vomita el banquete podrido de The Pop Group sobre una audiencia ávida de sensaciones extremas y auténticas. Muchos fueron los que recogieron el testigo. El mismo título iba a ser premonitorio en futuras obsesiones bíblicas del australiano, aunque aquí, más que el rock gótico, lo que domina es una bastardización del blues, el rockabilly y el punk. Sonoridades abyectas que marcaron el camino de ese no tan incipiente post-punk que habían ayudado a espolear desde que empezaran en las antípodas.

John Peel, el enorme locutor radiofónico, fue clave a la hora de dar a conocer al grupo en Europa y el mundo. Y tras dos años en la pérfida Albion, Cave y los suyos se trasladaron a Berlín en busca de la inspiración en los aires de libertad que se empezaban a respirar en la entonces turbia y peligrosa urbe. Un cambio que resultaría decisivo en el cantautor y en The Birthday Party. Los segundos se disolverían nada más pisar tierras teutonas y el primero se embarcaría en esa fascinante aventura que le esperaba con The Bad Seeds.

Otra historia que merece un capítulo aparte, pero que a pesar de su importancia capital no empaña ni minimiza los logros de un grupo excepcional que tuvo en este álbum su obra definitiva. Un disco extremo que se te incrusta en el alma. Un trabajo capital que el tiempo ha colocado en un lugar de honor como obra esencial para entender la evolución del post-punk. Aquí Cave y los suyos lo dan absolutamente todo. Con ánimo suicida se lanzan a tumba abierta en una bacanal de carnes abiertas y espasmos descontrolados que no tiene parangón en la carrera del australiano. Por eso creo que me gusta tanto.

★★★★☆

A1 Zoo-Music Girl 2:34
A2 Cry 2:39
A3 Capers 2:38
A4 Nick the Stripper 3:50
A5 Ho-Ho 3:06
A6 Figure of Fun 2:47
B1 King Ink 4:39
B2 A Dead Song 2:12
B3 Yard 5:02
B4 Dull Day 3:03
B5 Just You and Me 2:01

Total: 34:31  

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