Enturbiando las sanas costumbres

Disturbing Domestic Peace (The Ex, 1980)

ANARCOPUNK. Al principio, como siempre pasa, The Ex eran más claros en toda su impureza. Era fácil ver a lo que jugaban y por eso la etiqueta anarcopunk les iba como un guante. Esto iba a cambiar conforme fueran evolucionando, pero en este estreno tanto el anarquismo como el punk brillan con una fuerza irrebatible.

Bueno, brillan o sacan a relucir sus carencias, según se mire. Lo mejor del disco es cuando se ponen post-punk y meten algún arreglillo inesperado. Eso y los sablazos inclementes de un Terrie que sabe hacer supurar óxido a su guitarra en cada cuchillada que le mete a mano abierta. Un sonido que viene de una falta de medios que una vez más se convierte en el mejor estímulo para la creatividad.

Por lo demás no se puede decir que el disco tenga mucho más de especial. Un grupo realmente cabreado, ideas clarísimas a la hora de situar al enemigo y un puñado de canciones que no les daban ni para veinticinco minutos. Por eso tuvieron que completar el disco con su EP en directo, Live-Skive (1980). Así empezaron The Ex: dejando a la gente con hambre. No me parece un mal recurso.

★★★☆☆

 

A1 The Sky Is Blue Again 2:01

A2 Map 1:14

A3 Outlook-Army 0:39

A4 Sucking Pig 1:58

A5 A Sense of Tumour 4:00

B1 Meanwhile 3:54

B2 Rules 1:41

B3 Squatsong 1:51

B4 Warning-Shot 2:55

B5 New Wars 2:46

 

Live-Skive

C1 Introduction 2:20

C2 Human Car 1:48

D1 Punk 1:47

D2 Horse 1:11

Total: 30:05

 

Como he indicado arriba, el LP se completó con un EP en directo que habían lanzado casi a la vez. Su título es Live-Skive y el motivo de dicha adición estaba en el poco material con el que contaba la banda en el momento. 

Un grupo fiel, creo que queda claro, a los postulados punk que prohibían extenderse a la hora de soltar tu mensaje. Así, las canciones que llegan a los 2 minutos pueden contarse con los dedos de una mano y por eso el LP de estudio no llega a rozar los veinticinco, treinta con el añadido del EP en directo, el cual, por cierto, nos muestra a una banda cruda, pero con un control casi inesperado sobre la violencia que vertebra su música.