Celebrity Skin (Hole, 1998)
POST-GRUNGE. La viuda negra del rock se quita las penas con un viaje hacia la luz que esconde más rincones oscuros de lo que parece. Habían pasado solo cuatro años, o quizás habría que decir cuatro años ya, desde la desaparición de Kurt Cobain y parece claro que Love no tenía más lágrimas. Así, el tercer disco de la banda es un artefacto más bien luminoso, claro y casi pop. A pesar de las palmeras ardiendo de la portada y de ese medio homenaje a Kurt que fue "Northern Star". Toda una huida hacia delante que no podemos más que celebrar.
Eso en cuanto a contexto y sonoridad. Otra cosa es que nos traguemos la coartada intelectual según la cual Love escribió el álbum altamente influenciada por la poesía modernista de T.S. Eliot. No sé, demasiado alto tira ahí la cantante, ¿no? Que el disco es un homenaje a Los Angeles y a California con toda su gloria y toda su mugre me parece algo más entendible y asequible tanto para el público como para las habilidades de la de San Francisco. Pero lo de la alta literatura... No, en vista del resultado, le va demasiado grande.
Porque estamos ante un disco que celebra el plástico y los focos en todo su esplendor. El sonido se ha depurado hasta eliminar la última traza de rugosidad. Las melodías se han trabajado para adecuarse al oído más convencional, y claro, el fan de toda la vida, el paladeador de los detritus que bullían en Pretty On the Inside (1991) o de la barbarie vocal de Live Through This (1994) nunca va a entender esto. Su amigo y expareja Billy Corgan colabora en la composición de cinco temas. No se puede decir que sean los peores, dos de ellos fueron singles. El problema es que cuando nos salimos de esas "Celebrity Skin" y "Malibu", solo encuentro buenas dosis de gozo en el otro single, "Awful" y quizás en "Northern Star" y "Petals". Nada más que llevarme a la boca.
Y es extraño, porque este disco está muy bien considerado. Incluso se atrevieron a incluirlo en ese famoso libro, 1001 discos que hay que escuchar antes de morir, pero para mí se pasan con tanta loa. El tercero de Hole es predecible y convencional, hasta diría que ramplón en algunos tramos, y aunque no se puede decir que sea algo desechable, tampoco es de esos que te dejan con la boca abierta. En absoluto.
★★☆☆☆
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