Otis Blue/Otis Redding Sings Soul (Otis Redding, 1965)
SOUL. No descubro nada si digo que la música no ha sido apreciada de la misma forma a lo largo de la historia. Lo que valía hace décadas no nos sirve hoy. Lo que hoy es lo más de lo más haría reír a nuestros antepasados. Así si afirmo que el, según muchos expertos, mejor disco de soul de la historia está hecho de versiones más o menos contemporáneas de su época y solo tiene tres temas compuestos para la ocasión por el mismo cantante, muchos se echarían las manos a la cabeza y negarían con incredulidad.
Pero es así. No lo digo yo. Bueno, después de empaparme de su esencia inagotable, sí que lo digo yo también. Con Otis Redding, y especialmente en su obra maestra, hay que fijarse en todo lo que hace el Dios del soul más que en los materiales que utiliza. No hay que entrar a tasar tonterías. Hay que arrodillarse ante su figura inmensa, ante su fraseo inalcanzable, ese rajo final que aplica a sus versos y esa pasión que imprime y que nos conmueve hasta lo más profundo de nuestro ser. Lo de menos es de quién sean las canciones. Máxime cuando las tres piezas que aporta de su puño y letra son, atiendan, unas tales "Ole Man Trouble", "I've Been Loving You Too Long" y "Respect". Sí, han leído bien, nada más y nada menos.
Para el resto hace suyas para siempre canciones ya imborrables de Smokey Robinson, su más que estimado Sam Cooke, asesinado solo unos meses antes, o unos Rolling Stones que no podían haber soñado con mayor regalo que lo que hace Otis con su "Satisfaction". Porque incluso los mejores escultores necesitan el mármol para crear, y no hay pintor que pueda plasmar su pensamiento sin el lienzo. No hay otra forma de verlo ante el Trueno de Georgia, la Gran O, uno de los artistas más grandes en su momento de mayor gloria.
★★★★★
Xxx
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