Rest (Isolée, 2000)
MICROHOUSE. La electrónica es endogámica por naturaleza. Terreno vedado para un cierto tipo de gente retroalimentándose de forma circular, con unos conocimientos concretos y operando desde unas coordenadas geográficas específicas.
Pues Rajko Müller, Isolée para el arte, por mucho que pasara parte de su infancia en Argelia y que estudiara en un liceo francés, no deja de ser un productor alemán afincado en Frankfurt. Y todo eso no hace más que incidir y prolongar el tópico.
Con este disco, su puesta de largo, se inventó el microhouse, una de esas etiquetas insufribles que tanto gustan entre la parroquia electrónica. Una música que apela a lo pequeño desde una fijación por el tecno-pop ochentero para ramificarse en terrenos ambientales y cerebrales sin hacerle ascos a una suerte de jazz fusión digital que está entre lo más interesante del disco.
Un jazz digital que no consigue que el álbum me anegue el espíritu ni nada de eso. Se queda en un magnífico intento, en otra ocasión perdida (por mi parte), incapaz como me siento de apreciar en lo que vale este nivel de dominio del hombre sobre la máquina. Tanta creatividad, tanto sonido virgen y nunca escuchado se me acaba escapando y no puedo más que verlo volar pausado e inexorable para encontrar su hueco en el jardín de lo anecdótico. Lo siento mucho padre. He pecado otra vez.
★★★☆☆
No hay comentarios:
Publicar un comentario