miércoles, 19 de abril de 2023

Un grito lejano

The Cry of Love (Jimi Hendrix, 1971)

BLUES ROCK PSICODÉLICO. Primer intento de construir lo que iba a ser el cuarto disco de estudio de Jimi Hendrix con los restos que dejó grabados y las cuatro notas explicativas que se encontraron. No suena muy alentador, ¿verdad? Y sin embargo, a ver quién es el guapo que se resiste a meter la nariz para ver cómo huele lo que estaba preparando el genio de Seattle poco antes de dejarnos para siempre.

Ante todo hay que tomarse esto como lo que es, un acercamiento a lo que podía haber sido, una hipótesis, un constructo teórico. Ni que decir tiene que ver esto como la muestra definitiva, el retrato del momento creativo en el que se encontraba el guitarrista es un error de bulto. La perfección enfermiza de Jimi, el estado casi embrionario de muchas de estas piezas, las dudas sobre si se iba a decantar por un disco sencillo o uno doble... Son demasiadas las incertidumbres y muy pocas las certezas sobre un disco que tampoco parece que se fuera a titular como lo titularon.

Más de veinticinco años después de este proyecto, el productor Eddie Kramer y el batería Mitch Mitchell repitieron con lo que se iba a llamar First Rays of the New Rising Sun (1997), según parece, el título que barajaba el propio Hendrix para su álbum. Ahí añadieron temas de esas sesiones postreras hasta llegar a diecisiete, en un intento por dar forma a lo que podría haber sido el famoso disco doble que el guitarrista podía tener en mente.

Contrastado con ese mastodonte, este The Cry of Love gana en varios aspectos. Gana en concreción gracias a esas dimensiones sagradas de disco sencillo que suelen sentar tan bien. También en pertinencia. No en vano fue creado a toda prisa, pero también con la frescura de lo reciente. Todo se empezó a fraguar con el cuerpo del guitarrista aún caliente tras su fallecimiento. Un mercantilismo salvaje, cierto, pero también era importante partir de las conversaciones y la experiencia reciente en el estudio para que la reconstrucción se acercara lo más posible a lo que Hendrix hubiera fabricado.

Todo esto al final no deja de ser algo futil y accesorio. Puede que sea necesario conocer toda la historia para aproximarse al disco con las expectativas en su sitio, pero en definitiva lo que manda aquí es un puñado de canciones que podríamos calificar como notables. No hay nada que roce el hálito de eternidad de "Purple Haze", "Hey Joe" o "Voodoo Child", por mucho que "Freedom", "Drifting", "Ezy Rider" o "Angel" traten de acercarse, pero nunca sabremos si esa anemia es achacable a las canciones o al hecho de que les faltaba un par de vueltas y un millón de arreglos y efectos.

Quedémonos pues con el pellizco que seguía teniendo el genio, con ese fraseo al cantar que era una de sus grandes bazas y del que no se habla lo suficiente. Aquí, por cierto, en grado sumo. Creo que con eso hay más que de sobra. El último disco atribuible a Jimi Hendrix se llama Band of Gypsys (1970). Punto. Todo lo demás vamos a escucharlo, cómo no, pero dejémoslo en su sitio, lejos de ese puñadito de gemas con las que el cherokee volteó la música para siempre. Bueno, lejos, pero a mano.

★★★☆☆

A1 Freedom
A2 Drifting
A3 Ezy Ryder
A4 Night Bird Flying
A5 My Friend
B1 Straight Ahead
B2 Astro Man
B3 Angel
B4 In From the Storm
B5 Belly Button Window
 
Total: 40 min. 

Xxx

DISCOS RELACIONADOS


 

No hay comentarios:

Publicar un comentario