CANCIÓN DE AUTOR. Aunque para muchos este sea el inicio de la leyenda, Joan Manuel Serrat ya llevaba tres discos publicados cuando salió este, el primero en castellano y por tanto su puesta de largo para el gran público. Una obra irregular, tremendamente hermosa, con unas orquestaciones elegantes y cuidadas, y con un puntito de candor que hace que recuperemos la esperanza en la raza humana, pero también que nos empalaguemos más de la cuenta ante algunos momentos en los que el cantautor no acaba de arrancar.
Apenas unos meses después el del Poble Sec destrozaría todas las dudas con una adaptación de los poemas de Antonio Machado que es un punto y aparte en nuestro cancionero. Sin embargo desde aquí no podemos predecir tal hazaña y a las glorias sin mácula de "La paloma", "El titiritero" o "Tu nombre me sabe a yerba" tenemos que añadirles tonadas menos acertadas y versos no tan certeros. Sin haber nada realmente malo aquí, sí que en su conjunto resulta un álbum al que le falta fuerza, un trabajo que se ensimisma en demasía en unas historias que a veces no dan en la diana de ese equilibrio tan difícil entre lo entrañable y lo sobrio.
En resumidas cuentas, el estreno de Serrat en la lengua de Cervantes muestra muy buenas intenciones y un futuro más que prometedor, pero también deja claro que todavía había muchas cosas que pulir para un artista que estaba casi hecho, pero que tenía que sentarse a repensarse su modus operandi.
★★★☆☆
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