lunes, 13 de noviembre de 2023

Despertar en primavera

Vernal Equinox (Jon Hassell, 1977)

 

FOURTH WORLD MUSIC. No es música ambiental, no es chillout, no es nada para tener simplemente de fondo y ya está. Lo que se inventa Jon Hassell en su estreno discográfico va más allá de todas esas tibiezas. Esto es el sonido selvático que acecha bajo el asfalto. El recordatorio de que todas las ciudades han sido plantadas con violencia sobre una naturaleza virgen que puede revolverse contra nosotros en cualquier momento y con toda la razón.

Hassell invoca aquí el sonido virginal del equinoccio, el estertor primario de las puestas de sol, un silencio hecho estruendo a través de su trompeta tratada electrónicamente y capas de efectos y sonidos de la selva tropical que lo mismo pueden recordarnos al ambient más "furioso" de Brian Eno que a los experimentos con los ruidos cotidianos de KLF.

Así sella su entrada en el mundo de la música un Jon Hassell dispuesto a poner banda sonora con ella a ese cuarto mundo en el que se encuentran todos esos millones de personas que, aun en países que podríamos llamar desarrollados, viven en una situación de pobreza extrema. De alguna forma, esta música urbana pero con ecos profundos de la naturaleza, esta amplificación del calambre de la vida contemporánea, se materializa en forma de espejo gigante en el que mirarnos. En él podremos ver todos nuestros defectos y fealdad, pero también ese hálito de esperanza al que necesitamos agarrarnos como si nos fuera la vida en ello.

★★★★☆

A1 Toucan Ocean 3:42
A2 Viva Shona 7:04
A3 Hex 6:20
A4 Blues Nile 9:51
B1 Vernal Equinox 21:56
B2 Caracas Night September 11, 1975 2:10

Total: 51:03

Este es el sonido del mundo que nos rodea. Nos guste más o menos, a esto suena el planeta Tierra. A una mezcla deslavazada y terrosa de selva y acero. A los cuatro elementos y la aurora boreal fundiéndose con el equinoccio.

Y Hassell consigue esto a través de una multitud de efectos y sonidos de campo, pero sobre todo a través de su trompeta, la cual trata electrónicamente para que parezca de todo menos ese instrumento de viento y metal. No, a pesar de la herramienta escogida, no hay mucho de jazz aquí. Tal vez en su espíritu rupturista y libérrimo, pero poco más.

No sé si hay un instrumento más urbano que el que sopla Jon Hassell. Elección problemática, por tanto, para glosar tanta belleza, tanto bucolismo, pero perfecto al final. No cabría elección mejor. Eso es lo que pensamos en cuanto nos muestra los coletazos de la tormenta subterránea sobre la que se construye el álbum.

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