
HEAVY BLUES DE CATACUMBA. Este disco salió sin el permiso de la banda. Aunque habían estado tonteando con la idea del álbum en directo hasta el punto de realizar unas grabaciones en 1973 para lanzarlo, no quedaron conformes con los resultados y estos registros quedaron archivados. Tras despedir a su mánager, Patrick Meehan a finales de los 70, entablaron una lucha judicial por sentirse estafados durante su gestión. Ya fuera por venganza o como una manera de sacar tajada, o por los dos motivos, Meehan, que tenía los derechos sobre estas grabaciones, lanzó este directo sin el consentimiento de la banda.
Como podrán imaginar, con todos estos preliminares, la cosa no podía resultar muy exitosa desde el punto de vista artístico. Todo ese apresuramiento, que la banda no supervisara el lanzamiento y que se tratara de tomas que no habían pasado el filtro de calidad en su momento eran cuestiones que no auguraban nada bueno. Y sí, efectivamente, el disco es una decepción en toda regla. Un constructo en el que duele ver impreso el nombre de Black Sabbath. Como duele que en los créditos le endosen las voces a un tal Ossie [sic.] Osbourne. Parece que el rencor de Meehan no tenía límites.
En este despropósito, las canciones suenan desafinadas por momentos, y no me refiero solamente a Ozzy, y buena parte de ellas no tiene la fuerza que podíamos esperar de los de Birmingham. Estos no es que no suenen en forma, porque la verdad es que defienden el material con solvencia, pero está claro que no fueron las mejores noches de su carrera. Es lo que pasa cuando te empeñas en sacar lo que tienes disponible sin posibilidad de elegir o mejorarlo. Hay quien además se queja del repertorio, con ausencias mayúsculas, aunque no les doy la razón ahí. Al fin y al cabo, Sabbath aquí estaban en la gira de presentación de Vol 4 (1972), así que es normal que dominen los temas de dicho álbum en detrimento de algún que otro clásico que nunca puede faltar.
Aun así, tampoco puedo decir que la selección de temas no acabe afectando a la impresión que nos llevamos de Live at Last. Un disco que no debió salir nunca, por mucho que los fans acabáramos saciando nuestra curiosidad con temas gloriosos de esa primera etapa de la banda con Ozzy, la única culpable de que hayan entrado en los anales de la historia. El grupo contestaría un par de años después con Live Evil (1982), ya con Ronnie James Dio y sin Bill Ward. Según los supervivientes, su primer directo oficial, pero lo cierto es que, por mucho que critiquemos la maniobra de Meehan, en este al menos tenemos a los cuatro magníficos. Algo que se nota sobremanera y que hace que podamos pasar por alto parte de sus taras. No todas, por supuesto, pero quizás sí las suficientes como para no tirarlo a la basura.
★★☆☆☆
A1 Tomorrow's Dream 3:10
A2 Sweet Leaf 5:27
A3 Killing Yourself to Live 5:28
A4 Cornucopia 3:57 ✔
A5 Snowblind 4:47 ✔
A6 Children of the Grave 4:31 ✔
B1 War Pigs 7:37
B2 Wicked World 18:44 ✔
B3 Paranoid 3:23
Total length: 57:04
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