miércoles, 6 de mayo de 2009

"los calambres"

Se llamaron "The Cramps". Hablo en pasado porque tras el fallecimiento de su líder, Lux Interior, el 04/02/2009 es de suponer que la banda ha quedado enterrada. Lástima, porque han habido pocos que se hayan entregado a la mugre del rock'n'roll como ellos. Con unas bases muy claras que incluían rockabilly, surf, blues pantanoso, estética de horror de serie B y un par de estandartes bien visibles y arrolladoramente atractivos como el propio Lux (vocalista) y Poison Ivy (guitarra), han construído una carrera a golpe de caos, roña, vísceras y humor negro. Adictivos de verdad

No eran los reyes de la sutileza y eso se puede comprobar en sus directos entregados y al límite y en un puñado de discos de entre los cuales selecciono estos tres.


Gravest Hits (79) ****1/2

Se estrenaron con este EP que se convirtió en una genial carta de presentación desde la tumba. Corto pero intenso documento de una banda sin igual. Maravilloso el zumbido de moscardón en la guitarra de "human fly". También la apropiación de un "surfin' bird" que ya para siempre les pertenecerá. En cuanto a la perversión de "lonesome town", de libro. Me hace pensar más en David Lynch que en Tarantino, con esa electricidad de tormenta que se aleja.

Songs the Lord Taught Us (80) *****

"Las canciones que el señor nos enseñó". Menudo título para su gran joya. Supercool a su manera, siempre han sido dueños de un glamour necrológico con aromas de eau de alcantarilla. Las telarañas que poblaban su EP "Gravest Hits" (79) fueron tensadas y pulidas en este disco que es puro crujido eléctrico de principio a fin. Un festín de rocanrol sucio a lo Stooges y surf ramoniano de serie B con anclajes siniestros.

Lo más destacable en este caso es cómo han conjurado la pesadilla post-adolescente con pretensiones escasas y resultados arrolladores en términos de aura y pegada sónica. Sin un bajo que ate los chirridos eléctricos de Poison Ivy y Bryan Gregory a la batería de Nick Knox, queda un vacío que amenaza. El vacío que se empeña en rellenar la voz lunática y magnética de Lux Interior mientras se enreda entre los nudos de distorsión que rezuman las guitarras.

"Songs the Lord Taught Us" se ha convertido en un pedazo de verdad arrancado de las entrañas de un grupo de directo único. Lux Interior siempre fue un animal escénico insaciable. Poison Ivy dominaba el escenario con pose hierática y contoneo seguro e inapreciable mientras controlaba los trastes como la tigresa que se sabe dueña y señora de su zona de jungla. Toda esa animalidad, ese carácter indómito queda reflejado en este disco brutal donde el rockabilly más trash resuella y el sudor corre por nucas, cuellos y lugares recónditos.

Por último una relfexión. Si The Cramps, en un ejercicio de reconocimiento encomiable, se acuerdan de The Sonics con una versión tremenda de "Strychnine", tampoco deberían ponerse colorados si herederos como Jon Spencer (o nuestros Desechables) sienten adoración por ellos. Alumnos y maestos. Faro y guía… Espiritual.


Psychedelic Jungle (81)****

Variación clara respecto al anterior. No sé si por la adhesión de Kid Congo Powers a la segunda guitarra, pero el caso es que ganan en matices y pierden en pegada. Al menos esa es la primera impresión. Y es errónea, hasta cierto punto. Cuando uno se deja invadir por estos blues del pantano se da cuenta de que lo que han perdido en velocidad lo han ganado en intensidad. Tiene que llegar la amenaza de "Voodoo Idol" para que nos demos cuenta de que el pop que exudaba "Green Fuz" era ficticio. Bueno, no lo era, y además está muy bien pero sí que queda diluido en la maraña de detritus y fango. Puro veneno.

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