PSICODELIA FREAK. Sacar este recopilatorio en medio de los fastos engolados de "Delicate Sound of  Thunder" (1988) y "The Division Bell" (1994) me parece de lo más necesario. Para  que nunca se olvide que el nombre de Pink Floyd, que ha acabado agenciándose  David Gilmour, es como poco multifacetado. Aquí se recogen los primeros singles  del grupo, todos, excepto "The Scarecrow", no incluidos en ningún LP de la  banda. En orden cronológico podemos disfrutar de algunos de los escasos y  gloriosos momentos grabados del grupo con Syd Barrett, entre ellos la  maravillosa "See Emily Play". 
Estos singles fueron grabados y publicados  entre 1967 y 1968. Los primeros 5 temas de esta colección fueron compuestos por  Barrett. "Apples and Oranges" fue la última canción que compuso para Pink Floyd  y "Paintbox" la última que grabó con ellos. Estos seis temas me parecen los más  interesantes junto al espléndido cierre con "Careful With That Axe Eugene" y "Julia Dream". Son  las muestras más frescas del pop psicodélico y electrificado que bullía en la  banda en estos orígenes. Parecen tener un mismo cordón umbilical, un algo que  los conecta y los hace funcionar juntos a pesar de estar pensados como singles y  no como LP. Otro ejemplo más de lo sobrevalorado que está el "concepto" como  vertebrador de cualquier obra.
En su conjunto, estos diez temas logran formar un todo coherente y terriblemente atractivo. Muchísimo más emocionante que lo que Pink Floyd llevaban haciendo durante años o incluso décadas. Incluso los temas sin Barrett se infectan de su bendita locura y conforman una obra notable que no podemos olvidar que está hecha a la fuerza. Por ello no disfruta del prestigio que quizás merecería. Una obra que el seguidor del grupo que viniera degustando sus últimas "delicatessen" no podrá entender. Menuda aberración escuchar esto tras la versión en directo de "Comfortably Numb" que incendia su disco anterior. ¡Y qué necesario para tener el cuadro completo!
★★★★☆ 
Total: 33:23
Cada vez que se produce un hallazgo en forma de temas nuevos de una banda como Pink Floyd se produce un pequeño cataclismo discográfico que hace que desata la locura entre los aficionados. Más si cabe, creo yo, cuando ese descubrimiento se refiere a la corta pero intensísima etapa con Syd Barrett.
No es de extrañar que fuera eso lo que pasara con el tema que titula este single pirata y que se desenterró en 2010 para darle su forma "definitiva" en 2016 con motivo de su inclusión en la caja The Early Years 1965-1972.
El tema se grabó en 1967 con la intención de incluirlo en A Saucerful of Secrets (1968). El abandono/expulsión del grupo por parte de Syd Barrett hizo esto inviable y la canción quedó en el limbo. Más que injustamente como podrán comprobar.
En el tema titular nos encontramos la lírica incisiva en la que se 
reafirma en su locura y nos dice "este soy yo, el hombre vegetal, lo 
tomas o lo dejas". Todo envuelto en una rudeza casi proto-punk que se 
desmorona con el almíbar de los coros de rigor. Un ejemplo perfecto de 
lo afilado de la inspiración de Syd, la canción iba a ser el tercer 
single del grupo, luego iba a formar parte de un "A Saucerful of 
Secrets" (1968) que tuvo que cambiar de dirección forzosamente con la 
incorporación de David Gilmour.
La segunda pista, por su parte, es otro tema de Syd y también se barajó 
como single que siguiera la estela de "See Emily Play" (1967). También 
de las sesiones de "A Saucerful of Secrets", cuenta con Nick Mason como 
voz principal, algo que el batería ha hecho bien poco en la historia del
 grupo. Se trata de un corte de psicodelia libérrima con acelerones y 
tormentas de wah-wah que lo convierten en una pieza realmente 
endemoniada que casa a las mil maravillas con "Vegetable Man". Quizás 
por eso también se llegó a pensar en publicarlos en un mismo single, 
siendo "Scream Thy Last Scream" la cara A.
Desgraciadamente nada de eso se hizo y hemos tenido que esperar una eternidad para disfrutarlos en todo su esplendor. Aquí los tenemos reunidos de una manera no muy legal, pero más que necesaria. Dos canciones a medio acabar, perdidas y enterradas en vida, como su autor. Tan gozosas en su libertad extrema que son capaces de maravillarnos y hacer que tengamos un motivo más para adorar a esos Pink Floyd que a finales de los 60 podían ser perfectamente el mejor grupo del mundo. A ver quién es capaz de negarlo.
★★★★☆ 
- Vegetable Man
 - Scream Thy Last Scream
 
"L'homme
 à tête de chou", ese disco conceptual que Serge Gainsbourg dedicó a la 
estatua del hombre-repollo que adornaba su propio jardín, me sobrevuela 
cuando pienso en el hombre-vegetal de Syd Barrett. Gainsbourg mostraba 
su autoindulgencia a manos llenas para que el mundo sintiera pena por 
ese hombre inocente asediado por un sexo femenino que no hacía más que 
aprovecharse de él. Las motivaciones de Barrett no iban por ese camino. 
Lo suyo era más volátil y menos turgente, pero la asociación en mi mente es inevitable.



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