FLAMENCO. Como un elefante en una cacharrería. Así entra un imberbe Camarón de la Isla en el mundo discográfico. Escoltado, guiado y casi apadrinado por el gigantesco Paco de Lucía, se estrena en disco con una obra ya mayor en la que atina en casi todo. Su voz inexperta ya cuenta con esa cualidad etérea capaz de engancharte para siempre. Aquí suena salvaje y fresca, atacando los palos como un puñal. Sin guardarse nada, con esa insolencia juvenil del que no sabe de frenos ni reservas.
Palos canónicos para soltar a la fiera que aparece indomable en clásicos tempranos como "Al verte las flores lloran", "Que un toro bravo en su muerte", "Detrás del tuyo se va" o "Barrio de Santa María". Tótems para venerar ya desde los mismos orígenes del mito de San Fernando. Y a la par, no lo olvidemos, De Lucía firma una de sus grandes obras de siempre. Bendita bicefalia. La liaron parda y el comienzo es este. Impresiona.
★★★★☆
No hay comentarios:
Publicar un comentario