PROTOELECTRÓNICA. El  segundo disco es más retorcido, más agreste y más retador, aunque  también cuenta con algunas incursiones al banjo y algunas melodías  vocales que lo arriman mucho más al folk. Un folk marciano y bizarro  como él solo, pero folk. Un empaste difícil, no nos engañemos, pero que  se las arregla para atraer al oyente. Al menos a los que no huyeran  espantados ni por los toques campestres de "Ruby", ni por el ruido  disfuncional que arrasa con todo en "Gypsy Love". Los dos extremos de un  disco extremo. Si Silver Apples (1968) fue su The Velvet Underground & Nico (1967), este es su White Light / White Heat (1967).
Por  lo demás es un disco que sigue manteniendo el interés en una de las  bandas más misteriosas y únicas que ha dado Norteamérica. Un título más  que valioso viniendo de un país que ha aportado tanto a la música  popular de la segunda mitad del siglo veinte en adelante. Ellos, de  alguna forma, mantienen la tradición. La raíz de su música es eso,  subvertir lo tradicional para las nuevas generaciones y que así la  esencia siga perviviendo. No creo que lo consiguieran a gran escala,  casi nadie los entendió en su momento. Sin embargo, vista la salud y el  prestigio de los que gozan sus discos a día de hoy, diría que han  conseguido más de lo que pretendían. Ojalá más gente se parara a  escuchar.
★★★☆☆ 

No hay comentarios:
Publicar un comentario