jueves, 17 de septiembre de 2020

En el corazón de la noche

In the Wee Small Hours (Frank Sinatra, 1955)
 

JAZZ VOCAL. Sinatra había estado jugando con la idea del disco conceptual desde el principio de su carrera. Sin embargo, esas intenciones no cristalizaron hasta 1955 en este proyecto faraónico para la época de los diez pulgadas. Y es que el primer disco largo propiamente dicho también contaba con un hilo conductor que lo hacía único y todavía le otorga ese sello de obra esencial.

Esto va de corazones rotos por la incomunicación. De las heridas del amor. Heridas expuestas en temas grabados especialmente para la ocasión y envueltos en una portada clásica teñida de un azul lleno de pesadumbre, que ya nos da pistas sobre qué va esto antes de escucharlo.

Y ya dentro de él, solo una conclusión: es tremendo. El acompañamiento orquestal, tan otoñal, tan de habitación vacía, no puede más que subrayar unos sentimientos que "La Voz" eleva a la categoría de universales. Lo cuenta bien y lo canta mejor, con un dominio de su instrumento que se contagia a la orquesta como solo él lo ha hecho, haciendo imposible que alguien no se emocione cuando nos canta eso de,

"Me las arreglo muy bien sin ti,
Por supuesto,
Excepto quizás en primavera,
Pero nunca debería pensar en la primavera
Porque eso seguro que partiría en dos mi corazón."


Ningún disco ha capturado como este el fantasma del amor en sus surcos. El abandono, la relación rota y el corazón también. Con maestría inigualable atravesamos durante su escucha los diferentes estados de ánimo del amante abandonado. La tristeza, el naufragio emocional, la visión en sueños de la amada, el deseo de recuperar los momentos perdidos, la aceptación y el reproche, el ruego porque la pena acabe y la vuelta al colapso sentimental. Emociones que no se exponen de manera cronológica ni secuenciada, porque no se trata de un libro de autoayuda que analice la situación como un proceso que culmina en la superación del trauma.

No es eso, lo sabemos bien. Toda esta carnicería no se supera, si acaso, solo a ratos, volviendo siempre a la memoria, al dolor. Porque, por muy doloroso que suene, esos momentos se han perdido... Para siempre.

★★★★☆

A1 In the Wee Small Hours of the Morning 3:00
A2 Mood Indigo 3:30
A3 Glad to Be Unhappy 2:35
A4 I Get Along Without You Very Well 3:42
A5 Deep in a Dream 2:49
A6 I See Your Face Before Me 3:24
A7 Can't We Be Friends 2:48
A8 When Your Lover Has Gone 3:10
B1 What Is This Thing Called Love 2:35
B2 Last Night When We Were Young 3:17
B3 I'll Be Around 2:59
B4 Ill Wind 3:46
B5 It Never Entered My Mind 2:42
B6 Dancing on the Ceiling 2:57
B7 I'll Never Be the Same 3:05
B8 This Love of Mine 3:33
Total: 49:52


De Edward Hopper - http://www.artic.edu/aic/collections/artwork/111628, Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=25899486

Estamos ante un disco que es la perfecta banda sonora de la soledad. Un disco que, tanto en lo pictórico de esa portada inmortal, como en su contenido nos remite a largas noches en vela, a noctámbulos compartiendo su solitaria existencia, a bares casi vacíos y, sí, a Edward Hooper y obras como ese "Nighthawks" (1942, "Noctámbulos"). Que me aspen si en ese bar no está sonando Frank con esa gravedad y ese desamparo tan desarmantes.

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