jueves, 8 de octubre de 2020

El chuloputas del jazz fusión

Hot Rats (Frank Zappa, 1969)


FREE JAZZ & BLUES. "Hot Rats" fue el segundo disco que Zappa editó a su nombre y siguió a la disolución de la formación original de The Mothers of Invention. Por ello el álbum fue parido por obra y gracia de él mismo y Ian Underwood, los cuales salvo colaboraciones puntuales, lo tocaron prácticamente todo en él. Y esto, aunque no dejen de ser capas y capas grabadas en las ultramodernas 16 pistas de entonces, crea una sensación como de banda de jazz que nos acaba atrapando en unas jams tan jugosas y juguetonas como perniciosamente venenosas.


Unos desarrollos libérrimos en piezas largas y coleantes con sabor a improvisación entre la feria ambulante y el free cósmico. De entre todas ellas, el pétalo más diferente quizás sea ese "Willie the Pimp" cantada por Captain Beefheart y que es la única pieza con algo de letra en un disco básicamente instrumental. Un tema de blues bastardo que sirve a Zappa para endosarnos un abanico imposible de solos de guitarra catárticos como solo él ha sabido hacerlos.

Y por supuesto, no es lo único destacable en esta obra maestra. Cómo no mencionar la apertura, esa "Peaches in Regalia" que en su fusión perfecta de jazz y música barroca se erige como uno de los temas más característicos del genio de Baltimore. O ese entramado de free jazz, blues y pura brutalidad que es "The Gumbo Variations", doce minutos en la versión original, dieciséis en el CD, que serpentean, muerden y acarician entre clarinetes beodos, saxos en el punto de ebullición, bajos supermullidos y guitarras retorcidas hasta el espasmo.

Tres ejemplos, tres, de lo que se cuece en una obra capital para empaparse de rock de vanguardia y del sonido autárquico, imposible y absolutamente adictivo que Frank Zappa fue capaz de conjurar. "Hot Rats" es uno de esos discos en los que hay que entrar con la lección aprendida. Cuanto más hayas escuchado y más creas saber sobre psicodelia y bizarradas varias, más te va a gustar. Porque simplemente los supera a casi todos.

Y eso se transmite desde esa portada que ya es un icono del rock (o del jazz, o del blues, qué sé yo). Una portada en la que ese payaso perverso que amenaza con salir de la piscina no es Zappa disfrazado (yo siempre había creído que sí). Pero es cierto que él siempre ha estado por encima de esas tonterías. Aunque algunos no lo crean, su fe ciega en sí mismo ha funcionado más veces de las que ha fallado. Y en este disco como nunca, que quede bien clarito.

★★★★★

A1 Peaches en Regalia 3:58
A2 Willie the Pimp 9:25
A3 Son of Mr. Green Genes 8:58
B1 Little Umbrellas 3:09
B2 The Gumbo Variations 12:55
B3 It Must Be a Camel 5:18
Total: 43:43

Lo que parece un payaso sale de una piscina vacía en una foto infrarroja. Colorido impactante, contraste extremo, clara relación con el movimiento psicodélico del que siempre renegó y hasta atacó Zappa. Una de sus muchas y deliciosas contradicciones. La modelo que se prestó a ello fue Christine Frka, de las GTO's, banda protegida por el creador de "Freak Out!" (1966) y no el músico, aunque muchos crean (me incluyo) que se trata de él.

Y el efecto conseguido es tan perturbador y atractivo que puede sugerir mil cosas, pero a mí me lleva directamente a "It", la novela que publicó Stephen King en 1986 y que, quién sabe, podría haberse inspirado en esta imagen para la creación de ese personaje tan icónico que es el payaso diabólico que aparece en ella. Que seguro que no es así, pero no me negarán que hay un hilillo que parece unirlos.

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