viernes, 16 de octubre de 2020

Jazz al 85% de pureza

Waka/Jawaka (Frank Zappa, 1972)

 

JAZZ FUSIÓN. Frank Zappa nunca ha hecho un disco puro de jazz porque simplemente no ha querido. Su sapiencia y su dominio del género me hace sentir cosas muy parecidas a lo que me provoca el Miles Davis eléctrico o Weather Report en alguna de sus cumbres. Jazz fusión del más selecto. Poca broma con este ínclito, adorador de Varèse y la música concreta, por muy hinchado que haya estado su ego. A veces creo que no se le puede culpar por ello. ¿Qué otro concepto podía tener de sí mismo?

Todos esos pensamientos me asedian durante la escucha de este "Jaka/Jawaka". Sí, otro título imposible más para un nuevo constructo de difícil categorización. Una pequeña gema de jazz fusión, free con sus boutades de rigor, pero con el estilo norteamericano por antonomasia en el centro de la diana. O en todo lo que rodea a ese centro, porque el disco es un emparedado que no acaba de satisfacer al cien por cien. Las rebanadas que lo delimitan son gruesas y apetitosas. Diecisiete minutos por un lado y casi doce por el otro. Pan de centeno hecho con masa madre. El problema es el relleno, que sin ser malo no tiene la chispa de esas dos gigantescas piezas instrumentales.

Todos estos pros y contras acaban marcando otro disco irregular de un Zappa que tiene en ese término su modus operandi. No obstante, su vómito expresivo esta vez acaba siendo jugosísimo a pesar de todo y se sitúa sin problema entre sus obras más recomendables. Sobre todo si estás interesado en tratar de entender lo que podría haber hecho el de Baltimore si se hubiera consagrado de lleno a ese jazz que deja claro una vez más que adora con toda su alma. Pero claro, él no iba a abandonar el lado oscuro y todo ese aspecto lúdico y dadaísta que lo ha acabado haciendo un genio.

★★★

A Big Swifty 17:46
B1 Your Mouth 3:11
B2 It Just Might Be a One-Shot Deal 4:17
B3 Waka / Jawaka 11:18
Total: 36:32

Parece difícil pensar que Zappa no se inspiró de alguna forma en la cubierta que censuraron a los Stones para su "Beggars Banquet" cuatro años antes. Ni los artistas guardan relación alguna ni los discos comparten sonoridad de ningún tipo, pero los dos baños de ambas portadas, tan alejados estéticamente, creo que comparten una intención si no similar, sí aproximada, al menos. O no, claro.

 

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