viernes, 23 de febrero de 2024

Mística, sitares y drogas de diseño

Revolver (The Beatles, 1966)

POP PSICODÉLICO. Los Fab Four se encierran en el estudio con la mente ardiendo de ideas después del antes y el después que supuso una obra como Rubber Soul (1965). Cuando todo el mundo esperaba con interés y curiosidad extremas su siguiente movimiento, ellos sorprendieron incluso a los más fanáticos con una zambullida aún más profunda y de mayor calado que la de su obra maestra precedente.

Los avances en el estudio en esos años se multiplicaban y en cuestión de semanas dejaban obsoleta a la tecnología anterior. Esto sin duda ayudó, pero que nadie se equivoque, la clave aquí es la de un grupo que no otea límite alguno para su creatividad. Un grupo sin complejos y con la mente abierta para lo que sea. Así salió lo que salió. Una de las obras maestras más grandes de la historia del rock. Un disco cargado de las melodías inmortales marca de la casa y con unas dosis ingentes y clarividentes de la mejor psicodelia que se ha hecho jamás.

¿Cómo lo hicieron? No estoy seguro de que nadie pueda contestar a esto. Ni siquiera ellos mismos. Tal es la complejidad del ensamblaje de algunos temas. Metieron sitares, cosa que ya habían hecho, pero los multiplicaron en mil pistas, cortaron cintas y las pusieron al revés, metieron efectos procesados... todo servía y todo acabó teniendo sentido en la obra más señera de The Beatles.

En el año de Pet Sounds, Revolver reclama su derecho al trono, aun habiendo salido unos meses después. Al fin y al cabo, el disco de los Beach Boys venía a su vez más que influenciado por el Rubber Soul de los de Liverpool. No sé quién ganaría en combate cerrado, pero la obra que nos ocupa es sin duda más furibundamente eufórica y más contundente en todos los sentidos. Creo que no es decir poco. Eterno.

A1 Taxman
A2 Eleanor Rigby
A3 I'm Only Sleeping
A4 Love You To
A5 Here, There and Everywhere
A6 Yellow Submarine
A7 She Said She Said
B1 Good Day Sunshine
B2 And Your Bird Can Sing
B3 For No One
B4 Doctor Robert
B5 I Want to Tell You
B6 Got to Get You Into My Life
B7 Tomorrow Never Knows
 
Total: 35 min.

Un octeto de cuerda ("Eleanor Rigby"), loops, doble muestreo automático, conectar cables de salida a un altavoz Leslie... Usar el estudio como un instrumento más supuso para los Beatles renunciar a los conciertos. Ya tras ese giro copernicano que supuso Rubber Soul (1965) tuvieron que llevar material pregrabado para enriquecer sus directos y hacer que las canciones nuevas se parecieran a las versiones de estudio, pero con Revolver todo esto se multiplicaba hasta el infinito.

 

Por todo esto y por el hartazgo del grupo, que todo hay que decirlo, The Beatles dieron su último concierto el 29 de agosto de 1966 en San Francisco, solo un par de semanas después de publicar su obra maestra. No sé hasta qué punto fue algo premeditado. Tampoco creo que ellos fueran conscientes de que era su último bolo. Más bien pensarían en un paréntesis para centrarse en ese trabajo de orfebrería a la hora de grabar que tantas posibilidades ofrecía y en el que se sentían los reyes.

En cualquier caso, no tocaron ninguna canción del recién estrenado Revolver ni de Rubber Soul. Y ya no volverían a dar un concierto como tal hasta subirse a la azotea de Apple Records en 1969 para presentar Get Back. Momentos icónicos de un grupo especial como ningún otro, qué coño, del mejor grupo de pop rock que haya dado la historia.

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