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martes, 3 de septiembre de 2024

Deliciosas agujetas

Aftermath (The Rolling Stones, 1966)


ROCK & ROLL. Después de ocho discos en los que los Rolling Stones se foguearon con los más clásicos del rock & roll, el rhythm & blues y el soul, Aftermath, digamos que fue el gran salto sin red. Tras seguir al dedillo los pasos del rock and roll primigenio, desplegarían todo un arsenal de composiciones memorables que auguraban pura gloria. Apoyándose en el gusto de la época trataron de ofrecer a la vez su Rubber Soul y su Revolver (The Beatles 1965, 1966). No lo consiguieron del todo, a pesar de componer "Paint It Black" (solo incluida en la edición norteamericana) y de usar con maestría un arsenal de instrumentos exóticos como casi nadie antes. El responsable de esto último fue Brian Jones en la que sin duda fue su aportación más valiosa al sonido del grupo. Pero aunque no alcanzaran el nivel de las obras mencionadas, el intento ya los puso en una dimensión desde la que empezar a pensar en tocar las estrellas.

Aftermath fue el disco más rupturista de los Rolling. El que supuso un mayor avance con respecto a lo anterior. Se trata de un trabajo excelente que se beneficia del espíritu creativo y explorador de esos años. Decir que se inspira en las ideas vertidas en Pet Sounds (The Beach Boys, 1966) o las obras maestras de los Beatles arriba mencionadas es decir bien, pero ¿no es normal que el ambiente influya en tu quehacer? Poco se les puede achacar a unas canciones valientes y brillantes en las que los Stones no se cortan a la hora de meter sitares, dulcímeres de los apalaches y retocar un poco el blues para que quede tan parecido al pop como sea posible. 

Este es el disco donde todas las canciones están firmadas por ellos. El disco de "Paint It Black", "Mother's Little Helper", "Stupid Girl", "Lady Jane", "Under My Thumb", "Goin' Home" y "High & Dry". Bueno, esto no es del todo cierto, porque las dos primeras no las encontramos juntas, sino en las ediciones americana y británica respectivamente. Las malas costumbres de una época irrepetible. Costumbres que hacen que quizás me quede con la edición americana, que es más compacta con sus once temitas y cerrando con el hipnótico y tremendo "Goin' Home". Mejor al final, aunque sea más obvio. En la británica pesan demasiado algunos temas que alargan la cosa innecesariamente, lastrando una obra magistral, que aun así se sostiene en una excelencia pegajosa y eterna. Da igual. Al final la valoración es la misma. Y es que cuando se hacen las cosas bien, da igual cómo se ordenen las piezas del puzzle. Es demasiado evidente: el principio de la grandeza está aquí.

★★★★☆

A1 Mothers Little Helper 2:40
A2 Stupid Girl 2:52
A3 Lady Jane 3:06
A4 Under My Thumb 3:20
A5 Doncha Bother Me 2:35
A6 Goin' Home 11:35
B1 Flight 505 3:25
B2 High and Dry 3:06
B3 Out of Time 5:15
B4 It's Not Easy 2:52
B5 I Am Waiting 3:10
B6 Take It or Leave It 2:47
B7 Think 3:10
B8 What to Do 2:30

Total: 52:23

Lo he dicho arriba, la edición norteamericana de este disco tenía solo once temas, todos incluidos en la británica excepto ese glorioso "Paint It Black", que pasa por ser una de las mejores canciones de la banda y que por sí sola justifica la adquisición de dicha edición.

"Mother's Little Helper" ocupa el lugar de ese auténtico emblema de los Stones. Y no lo hace mal, aunque ni por asomo se aproxima a la melodía rabiosa que nos exige pintarlo todo de negro. Una petición que iba un poco a la contra si pensamos que el disco bebe de la más pura y colorida psicodelia. Ya he dejado claro cuáles son sus obras hermanas, algo que en esta época de auténtica efervescencia no hace sino vocear a los cuatro vientos que estamos ante un discazo lo miremos por donde lo miremos.

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viernes, 23 de febrero de 2024

Mística, sitares y drogas de diseño

Revolver (The Beatles, 1966)

POP PSICODÉLICO. Los Fab Four se encierran en el estudio con la mente ardiendo de ideas después del antes y el después que supuso una obra como Rubber Soul (1965). Cuando todo el mundo esperaba con interés y curiosidad extremas su siguiente movimiento, ellos sorprendieron incluso a los más fanáticos con una zambullida aún más profunda y de mayor calado que la de su obra maestra precedente.

Los avances en el estudio en esos años se multiplicaban y en cuestión de semanas dejaban obsoleta a la tecnología anterior. Esto sin duda ayudó, pero que nadie se equivoque, la clave aquí es la de un grupo que no otea límite alguno para su creatividad. Un grupo sin complejos y con la mente abierta para lo que sea. Así salió lo que salió. Una de las obras maestras más grandes de la historia del rock. Un disco cargado de las melodías inmortales marca de la casa y con unas dosis ingentes y clarividentes de la mejor psicodelia que se ha hecho jamás.

¿Cómo lo hicieron? No estoy seguro de que nadie pueda contestar a esto. Ni siquiera ellos mismos. Tal es la complejidad del ensamblaje de algunos temas. Metieron sitares, cosa que ya habían hecho, pero los multiplicaron en mil pistas, cortaron cintas y las pusieron al revés, metieron efectos procesados... todo servía y todo acabó teniendo sentido en la obra más señera de The Beatles.

En el año de Pet Sounds, Revolver reclama su derecho al trono, aun habiendo salido unos meses después. Al fin y al cabo, el disco de los Beach Boys venía a su vez más que influenciado por el Rubber Soul de los de Liverpool. No sé quién ganaría en combate cerrado, pero la obra que nos ocupa es sin duda más furibundamente eufórica y más contundente en todos los sentidos. Creo que no es decir poco. Eterno.


 

A1 Taxman ✔
A2 Eleanor Rigby
A3 I'm Only Sleeping
A4 Love You To
A5 Here, There and Everywhere
A6 Yellow Submarine
A7 She Said She Said
B1 Good Day Sunshine
B2 And Your Bird Can Sing
B3 For No One
B4 Doctor Robert
B5 I Want to Tell You
B6 Got to Get You Into My Life
B7 Tomorrow Never Knows
 
Total: 35 min.

Un octeto de cuerda ("Eleanor Rigby"), loops, doble muestreo automático, conectar cables de salida a un altavoz Leslie... Usar el estudio como un instrumento más supuso para los Beatles renunciar a los conciertos. Ya tras ese giro copernicano que supuso Rubber Soul (1965) tuvieron que llevar material pregrabado para enriquecer sus directos y hacer que las canciones nuevas se parecieran a las versiones de estudio, pero con Revolver todo esto se multiplicaba hasta el infinito.

 

Por todo esto y por el hartazgo del grupo, que todo hay que decirlo, The Beatles dieron su último concierto el 29 de agosto de 1966 en San Francisco, solo un par de semanas después de publicar su obra maestra. No sé hasta qué punto fue algo premeditado. Tampoco creo que ellos fueran conscientes de que era su último bolo. Más bien pensarían en un paréntesis para centrarse en ese trabajo de orfebrería a la hora de grabar que tantas posibilidades ofrecía y en el que se sentían los reyes.

En cualquier caso, no tocaron ninguna canción del recién estrenado Revolver ni de Rubber Soul. Y ya no volverían a dar un concierto como tal hasta subirse a la azotea de Apple Records en 1969 para presentar Get Back. Momentos icónicos de un grupo especial como ningún otro, qué coño, del mejor grupo de pop rock que haya dado la historia.

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domingo, 4 de febrero de 2024

Animal farm

Pet Sounds (The Beach Boys, 1966)

POP BARROCO. "La Biblia del pop". Así de claro y así de tajante. Eso es este disco para millones de personas. Una obra maestra que para muchos es el mejor disco de la historia. Una obra que empezó con vocación imitadora merced a ese loco fanático de la música que siempre ha sido Brian Wilson, alma, cerebro y corazón de los Beach Boys. Una mímesis que las musas tornaron en obra referencial desde el mismo momento de su publicación. 

Brian Wilson parecía tener una idea muy clara. Hacer un disco que pudiera acercarse a la maravilla pop de Rubber Soul (The Beatles, 1965). Los británicos habían hecho saltar la banca con un trabajo de estudio que hacía de ese álbum una novedad gigantesca. Wilson había tomado buena nota de las nuevas posibilidades que ofrecía el estudio de grabación y estaba decidido a utilizarlo como un instrumento más. A esto se unía su obsesión con The Ronettes y su "Be My Baby", por lo que contó con la colaboración del batería que tocó en dicho tema, el genial Hal Blaine.

No parece que el resto de los Beach Boys tuvieran claro hacia dónde los llevaba el bueno de Brian. Entre la duda y la incredulidad fueron siguiendo sus instrucciones a pesar de los más que evidentes signos de su enfermedad mental. Una locura bendita, sabemos ahora, que convirtió las sesiones en un infierno. Tampoco contribuyó a aligerarlas el inmenso trabajo de producción que exigía una obra tan detallista y gargantuesca. Todo valió la pena, eso lo tenemos claro hoy. Pet Sounds es un disco atemporal, a prueba de erosión. "Wouldn't It Be Nice", "I'm Waiting for the Day" o "Sloop John B" son tres de las mejores canciones de la historia, y "God Only Knows" uno de los momentos más hermosos que podremos encontrar en toda nuestra existencia.

Podría estar hablando de este álbum durante horas. No me canso. Podría ponérmelo diez veces al día y no me cansaría de él. Pet Sounds es lo más fresco que haya escuchado jamás. Un disco que surgió de una idea modesta, acercarse a otra obra que Wilson adoraba. El resultado, en cambio, fue muy diferente. No sólo superó al ya mencionado Rubber Soul, sino que Paul McCartney se enamoró de "God Only Knows" y la nombró la mejor canción que había escuchado nunca. Espoleados además por la osadía de los californianos, the Beatles trataron de igualar esta maravilla con la edición meses después de Revolver, otra joya en la que el estudio jugó un papel fundamental. No creo que consiguieran vencer en la disputa, pero está claro que esta competición posibilitó la creación de algunas de las obras maestras más impresionantes del pop. 

De entre todas refulgirá por siempre Pet Sounds, el admirador que se convirtió en el admirado. Sin él no tendríamos un montón de clásicos que trataron de reflejarse en su potencia sanadora y desprejuiciada. No tendríamos ni el Loveless (My Bloody Valentine, 1991) ni el Merryweather Lost Pavillion (Animal Collective, 2007), clásicos contemporáneos trabajados a base de orfebrería sonora a imagen y semejanza de la gloria de los Beach Boys. Y por supuesto no debemos olvidar lo más importante, y es que sin este disco el mundo sería un lugar peor. Mucho peor.

 

A1 Wouldn't It Be Nice 2:22
A2 You Still Believe in Me 2:33
A3 That's Not Me 2:27
A4 Don't Talk (Put Your Head on My Shoulder) 2:52
A5 I'm Waiting for the Day 3:01
A6 Let's Go Away for Awhile 2:18
A7 Sloop John B 2:57
B1 God Only Knows 2:46
B2 I Know There's an Answer 3:10
B3 Here Today 2:38
B4 I Just Wasn't Made for These Times 3:21
B5 Pet Sounds 2:20
B6 Caroline No 2:16

Total: 35:01

El disco incluye, entre los ruidos que lo vertebran, delicatessen como bocinas de bicicleta, ruido de trenes, instrumentos hawaianos, latas de coca-cola o ladridos de perro. Detalles al azar para explicar siquiera en parte la locura experimentadora y el inmenso trabajo de ensamblaje que requirió Pet Sounds

Y todo esto se realizó bajo la dirección férrea de un Brian Wilson que no estaba completamente en este mundo. Su estado mental lo tenía al borde del colapso. Un abismo que se había buscado él mismo por sus devaneos cada vez más intensos con el LSD. Uno de estos trips le llevó a afirmar que "había visto a Dios". En los días sucesivos sufrió episodios recurrentes de alucinación auditiva, cosa que le llevó a decir que el LSD había sido una influencia decisiva a la hora de escribir este disco.

Así, entre periodos de reclusión para desintoxicarse, la incomprensión de casi todos y peleas constantes con productores, directores de orquesta y compañeros de grupo, se fue gestando un disco que parece increíble que viniera rodeado de tanto desasosiego. Pero claro, ya sabemos que para crear una obra de arte no hay nada mejor que el caos y la hecatombe emocional. 

Todo esto puede verse de manera cristalina en Love & Mercy (en la imagen), el biopic de Brian Wilson centrado en la creación de Pet Sounds, que dirigió Bill Pohlad en 2014.

"Pet Sounds was something that was absolutely different. Something I personally felt. That one album that was really more me than Mike Love and the surf records and all that, and 'Kokomo'. That's all their kind of stuff, you know?" (Brian Wilson)

 

✠✠✠ 

 

Do It Again: A Tribute to Pet Sounds (VV.AA., 2006)

HOMENAJE. Cuando leí que iban a hacer este homenaje a uno de los discos de mi vida, no pude más que salivar ante la idea. Máxime ante la lluvia de artistazos que iban a meter sus manos en el proyecto. Cuando lo escuché, sin embargo, mis expectativas quedaron por los suelos.

Sé que es muy complicado encontrar ese equilibrio entre la reinvención y la devoción, encontrar la distancia perfecta entre recreación vacua y experimentación ególatra. Algo muy meritorio cuando se consigue y que aquí, en la mayoría de los casos, brilla por su ausencia. Especialmente sangrantes han sido para mí los casos de los Oldham Brothers y de Daniel Johnston. Los primeros han tratado de llevarse algo tan maravilloso como "Wouldn't It Be Nice" a su terreno, algo así como un folk-góspel en el que se pierde una melodía tan brillante que no llego a captar en casi ningún momento. El segundo, aunque está en la línea esperada de desafinaciones y caos, y aunque siempre ha sido devotísimo de Brian Wilson, una auténtica alma gemela, sencillamente no puede. En ningún momento se le ve capaz de seguir una melodía que suelta con un cansancio terminal. Ni siquiera puedo decir que eso le dé autenticidad a la interpretación ni nada de eso. Lo único que me provoca esa versión es tristeza.

A estas decepciones tendría que añadir la de un Vic Chesnutt irreconocible, el cual suelta su rendición de "You Still Believe in Me" entre glitches y electrónica distorsionada no dejando apreciar prácticamente nada de la belleza otoñal que siempre le da a sus interpretaciones. Son estas decepciones muy grandes, porque hablo de artistas a los que conozco y venero sin paliativos. Me podía esperar el desastre de cualquier otro. De hecho, a bastantes aquí no los conocía. Pero estos tres nombres... Casi consiguen que no escuche el disco por segunda vez.

Sin embargo, sí que le he dado más vueltas a esto. Y lo he hecho a la luz de lo estupendas que son las versiones de Centro-matic, Micah P. Hinson, Dayna Kurtz o The Wedding Present. Un dominio del folk y el rock de raíz que me ha sorprendido, pero que no habla más que maravillas de los orígenes de unas canciones que, por mucho que Brian las vistiera en el estudio, no dejan de venir de las raíces más profundas de la música tradicional de su país.

Con todos estos pros y todos estos muchísimos contras tengo que calificar a este homenaje como decepcionante. Ni siquiera puedo darle un aprobado que me pide por intenciones y por lo emotivo de algunas de estas rendiciones. No, el conjunto es flojo y en él no ha primado la devoción por un disco que está entre lo más grande que se haya hecho, no ya en la música, sino en el mismo arte. No es que podría, es que siquiera por decencia debería haber sido mucho mejor.

☆☆☆★★

 1 Oldham Brothers - Wouldn't It Be Nice
2 Vic Chesnutt - You Still Believe in Me
3 Nobody & Mystic Chords of Memory with Farmer Dave - That's Not Me
✔ 4 Centro-matic - Don't Talk (Put Your Head on My Shoulder)
5 Micah P. Hinson - I'm Waiting for the Day
6 Antenna Shoes - Let's Go Away for a While
7 Dayna Kurtz - Sloop John B
8 Daniel Johnston - God Only Knows
9 Mazarin - I Know There's an Answer
10 Jody Wildgoose - Here Today
11 Patrick Wolf - I Just Wasn't Made for These Times
12 Architecture in Helsinki - Pet Sounds
13 The Wedding Present - Caroline No

Total: 43 min.

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viernes, 16 de septiembre de 2022

Te lo digo a la cara

Face to Face (The Kinks, 1966)

 

POP. Los Kinks necesitaban encontrar su espacio. A estas alturas de la película tanto los Beatles como los Stones habían conseguido fabricarse un sello propio que los alejaba de sus inicios como luminarias de ese vibrante Merseybeat en el que no había posibilidades de promoción. Los Davies habían estado experimentando con los temas propios que iban esparciendo por sus tres primeros álbumes, con mucha más profusión en el tercero.

Aquí nos encontramos a la banda en su pico creativo, o en uno de ellos. La prueba la encontramos nada más leer los créditos: no hay ni una sola versión. Tenemos ni más ni menos que once temas de Ray Davies y uno coescrito con su hermano Dave. Canciones que se salen del rhythm & blues puro que practicaban hasta hacía muy poco para teñirse de pop barroco o guitarrero y de una psicodelia de la que era imposible escapar en esos años.

Teniendo en cuenta el multicromatismo inalcanzable de obras hermanas de ese mismo año como Revolver (The Beatles), Aftermath (The Rolling Stones) o Pet Sounds (The Beach Boys), debemos sentenciar que Face to Face no puede ganarles en su terreno, el de la psicodelia más expresiva y mágica que se haya hecho nunca. No, el cuarto de los Kinks juega a otra cosa. A la sátira, a la sonrisa torcida, al retrato descarnado de una sociedad muchas veces idealizada, de un estilo de vida y una supuesta flema que no siempre son lo que parecen.

Y haciendo esto, Ray Davies descubre el santo grial que le iba a acompañar durante el resto de su carrera. Como rockero despendolado no estaba mal, pero como cronista jocoso y socarrón... Ahí no tenía rival posible.

★★★★

A1 Party Line 2:35
A2 Rosy Won't You Please Come Home 2:34
A3 Dandy 2:12
A4 Too Much on My Mind 2:28
A5 Session Man 2:14
A6 Rainy Day in June 3:10
A7 House in the Country 3:03
B1 Holiday in Waikiki 2:52
B2 Most Exclusive Residence for Sale 2:48
B3 Fancy 2:30
B4 Little Miss Queen of Darkness 3:16
B5 You're Lookin' Fine 2:46
B6 Sunny Afternoon 3:36
B7 I'll Remember 2:27
Total: 38:31

Xxx

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martes, 23 de marzo de 2021

Como los buenos vinos

Younger Than Yesterday (The Byrds, 1967)
 

FOLK ROCK. Fifth Dimension (1966) significó la mayoría de edad para los Byrds. Ahí sellaron para siempre su obsesión por John Coltrane y los sonidos de otro mundo que llevaron el folk rock a una nueva dimensión. Esta continuación, sin embargo, es para muchos, y me incluyo, su obra maestra.

En Younger Than Yesterday siguen esos toques vanguardistas, pero en este disco vuelven a disfrutar de su beatlemanía. Nunca la habían abandonado por completo, pero en el disco anterior parecían más obcecados por marcar las diferencias. Aquí ya van sobrados y saben de sobra cómo mezclar el pop de los Fab Four con el country y el rock más norteamericanos en que pensarse pueda. El resultado es un disco estratosférico que nos presenta a un grupo más que personal, clásico, uno de los tótems más sagrados de la música popular norteamericana.

Ya no estaba Gene Clarke. En el anterior se dejó caer un poco en un par de intervenciones y en un par de composiciones. Aquí no queda nada de él. Los motores creativos son McGuinn y Crosby, pero también el tapado de Chris Hillman, que se destapa aquí como un cantautor de clase selecta e imaginación florida. Un sorpresón que es la auténtica clave del álbum. "Have You Seen Her Face", "Time Between", "Thoughts and Words" y "The Girl With No Name" son temas de muchísimo peso y no simples comparsas. Junto al puñado de clásicos de rigor firmados por Crosby y McGuinn, forman una paleta de colores brillantísima y arriman el disco a ese pop que les había dado todo.

Una vez más, un disco que marca el final de una era para un grupo aspira a ser el mejor de su catálogo. Con este se despediría David Crosby para aliarse con unos tales Stills & Nash. Aunque colaboraría en alguna que otra canción, ya no iba a estar más en el grupo a tiempo completo. Todavía les quedaban cosas por decir a los angelinos, pero siempre a otro nivel. Un desmorone que Crosby anuncia en la oscuridad de su "Everybody's Been Burned" y en ese experimento hecho de cascotes que es "Mind Gardens". Si es que estaba muy claro. En cualquier caso, uno de los clásicos más importantes de los 60.
 

 
A1 So You Want to Be a Rock 'n' Roll Star
A2 Have You Seen Her Face
A3 C.T.A. - 102
A4 Renaissance Fair
A5 Time Between
A6 Everybody's Been Burned
B1 Thoughts and Words
B2 Mind Gardens
B3 My Back Pages
B4 The Girl With No Name
B5 Why
 
Total: 29 min.

Jim Morrison, Joni Mitchell, The Eagles, Frank Zappa, The Byrds, Neil Young, David Crosby, Stephen Stills, Gram Parsons, Brian Wilson... Son solo unos cuantos ejemplos de la cantidad de talento que se refugió en ese Laurel Canyon cuyo nombre causa el respeto más religioso y hace volar los sueños de melómanos de todo pelaje.

El vecindario angelino es especialmente conocido por la época que va de 1965 a 1969, años fundamentales en la gestación, desarrollo y explosión del folk rock del que los Byrds fueron los principales instigadores.

Será por eso que este disco suena a eso, a California, a cosmopolitismo, a atardeceres interminables con el sol derramándose por las colinas arboladas. En cualquier caso, la retroalimentación y el fustigamiento incansable espoleó, no me cabe duda, una explosión de talento como ha habido pocas en la historia de la música popular.

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martes, 16 de febrero de 2021

El rock del arcoíris

Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band (The Beatles, 1967)

 

POP PSICODÉLICO. The Beatles seguían en racha y con la pulsión artística al rojo cuando enfilaban el último tramo de la década de los 60. Después de una obra tan ambiciosa, redonda y exigente como Revolver (1966) muchos habrían optado por una vuelta a las bases, por una simplificación, en parte, para poder tocar lo que fuera que grabaran en futuros directos, cosa que no habían podido hacer con el disco mencionado.

Pues no, el cuarteto más mágico del rock no estaba por la labor de dar ni medio paso atrás. Así que ni cortos ni perezosos se liaron la manta a la cabeza y dieron forma a este disco partiendo de una idea de Paul, el tema titular, que los convertía en una banda inventada tocando el disco como si de un concierto se tratara. Nada más lejos de la realidad, por supuesto, habida cuenta de la gran cantidad de cortapega y experimentos en el estudio, con filtrado de voces, aceleración, ralentización o inversión de pistas, jugueteos con el pitch y empleo de mil recursos nunca vistos y diría que nunca igualados después.

Un trabajo minucioso para el que necesitaron unas 700 horas de estudio. Si lo comparamos con los 585 minutos que emplearon en su debut, creo que queda claro la dimensión de la evolución del grupo en apenas cuatro años. Pero todos esos números no explican por sí solos la maravilla de disco que nos ocupa. Para comprender lo gigantescos que eran estos Beatles hay que escucharlo, escucharlo hasta metérnoslo en el alma. Así no importarán nada ni las alusiones al LSD ni las conexiones entre la cultura más elevada y lo popular ni la rompedora originalidad de una cubierta para la historia. No, el "Sergeant Pepper", como todos lo llamamos, es mucho más que la música que contiene en sus surcos, pero todo lo que es se ramifica directamente de esos sonidos imposibles que estos cuatro locos fabricaron en el estudio.

Al final, queriendo o no, les salió otra bestia imposible de reproducir en directo. Ya llevaban dos seguidas y así no es de extrañar que hubieran dejado de tocar en vivo. John ya llevaba tiempo harto de eso, llegando a decir que con poner muñecos de cera en el escenario con música de fondo, el público ya estaría contento. Indudablemente, aunque la opinión no era unánime en el grupo, su interés estaba en la creación musical en el estudio. Y en eso tanto Revolver como este disco se erigen en dos piezas maestras que muchos han querido imitar sin conseguirlo. Piezas de orfebrería que pueden enfundarse como un guante eso de "uno de los mejores discos de la historia". Sí, con todas y cada una de sus letras.

 

A1 Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band
A2 With a Little Help From My Friends
A3 Lucy in the Sky With Diamonds
A4 Getting Better
A5 Fixing a Hole
A6 She's Leaving Home
A7 Being for the Benefit of Mr. Kite!
B1 Within You Without You
B2 When I'm Sixty-Four
B3 Lovely Rita
B4 Good Morning Good Morning
B5 Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band (Reprise)
B6 A Day in the Life
 
 

Pocos meses antes de la edición de este disco empezó a circular un rumor según el cual Paul McCartney había fallecido en accidente de tráfico. Por mucho que el grupo y el propio Paul trataron de desmentirlo, poco a poco fue desarrollándose una teoría entre los conspiranoicos que llegaban a decir que el propio servicio secreto británico había sustituido al fallecido McCartney por otra persona muy parecida a él.

El rumor siguió afianzándose con los años y los creyentes se afanaban por ver mensajes secretos del grupo en canciones, portadas y cualquier actitud que ellos rápidamente interpretaban como un guiño que les daba la razón en su teoría.

 

Esto podíamos encontrarlo en letras como la de "Glass Onion" ("here's another clue for you all / the walrus was Paul"); escenas como una en "Magical Mystery Tour" en la que el grupo aparece con claveles rojos en la solapa salvo Paul, que lleva uno negro; la portada de Abbey Road, en la que aparecen cruzando el famoso paso de zebra y Paul va descalzo y a paso cambiado (entre otros detalles) y muchas otras señales que para el fan casual no dejan de ser boutades sin importancia.

Tampoco se escapaba el disco que nos ocupa de la fiscalización de estas eminencias. Paul aparecía en contraportada dando la espalda y al tener las letras de las canciones impresas, la expresión "without you" aparece junto a su cabeza. Además, en otra foto del interior aparece McCartney con una chapa con las iniciales OPP (Ontario Provincial Police). Eso no impidió  a los fanáticos confundir la última P por una D y así afirmar que eso significaba "declarado oficialmente muerto" (Officially Pronounced Dead).

Muerto o no, McCartney o William Shears Campbell (sí, los conspiranoicos incluso sabían el nombre del doppelganger de Paul) siguió escribiendo canciones, muchas de ellas, maravillosas. Pero todo esto es una muestra más de todo el ruido que rodeaba a los Beatles en sus años de mayor esplendor. Un detalle más alrededor de la iconografía de la que puede ser la portada (o el envoltorio completo) más icónica de la historia del rock.

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sábado, 13 de febrero de 2021

Alma elástica

Resultado de imagen de rubber soul 
 Rubber Soul (The Beatles, 1965)
 

POP. El segundo disco compuesto exclusivamente por material original de los Beatles sigue siendo, a día de hoy, fascinante. Era a la vez un principio y un final. Esa portada mítica contenía la grabación de la personalidad de The Beatles expuesta a raudales y sin contención. Era rock de raíz norteamericana, pero a la vez, no podía sonar más británico. Era ese pop brillante que se iba a instalar en el subconsciente de tantas generaciones (y las que quedan). Ya lo venían advirtiendo con los pelotazos que soltaban single tras single, disco tras disco, actuación tras actuación.

Sí, los Beatles en 1965 habían llegado a la meta. A una de sus muchas metas, porque esto acababa de empezar. Rubber Soul se iba a convertir, en su perfección pop, en el pórtico de entrada a templos aún más impresionantes, más lujosos y más engalanados. Nada de eso se adivinaba entonces. Tampoco hacía falta. La verdad es que viendo lo bien que sigue sonando este disco, no podemos más que trasladarnos a esa época dorada. Lo haremos siempre que lo pongamos a girar y así podremos soñar que estuvimos allí, que el sexto álbum de The Beatles acaba de salir y lo estamos disfrutando como si todo esto fuera nuevo. Porque lo es, lo sigue siendo. Y siempre lo será. ¿Te suena de algo "inmarchitable"?

★★★★
 
A1 Drive My Car ✔
A2 Norwegian Wood (This Bird Has Flown)
A3 You Won't See Me
A4 Nowhere Man
A5 Think for Yourself
A6 The Word
A7 Michelle
B1 What Goes On
B2 Girl
B3 I'm Looking Through You
B4 In My Life
B5 Wait
B6 If I Needed Someone
B7 Run for Your Life
 
Total: 36 min.
 

Fue un álbum rupturista e innovador con la inclusión de instrumentos nada habituales en el rock como el sitar y las formas compositivas que bebían de nuevas fuentes en la época como la música afrancesada. También es notable su apropiación original del folk-rock que pegaba fuerte en los USA en esos años con The Byrds y el propio Bob Dylan.

La portada es mítica. Esa foto estirada con los caracteres psicodélicos invita a flotar. El fotógrafo fue Bob Freeman, aunque el efecto surgió como tantas otras veces de un fallo que cayó en gracia al grupo. Bendita casualidad.

Fue uno de los primeros discos (si no el primero) que no se componían de un puñado de singles + material de relleno. Aquí se cuidó hasta el último detalle y el acabado así lo demuestra. Esta forma de trabajar influyó en las generaciones futuras, siendo el LP el formato definitivo por encima del single, hasta entonces más importante. Los mismísimos Beach Boys reconocen que se inspiraron en este álbum para la edición de su imponente Pet Sounds meses después.

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