El teatro de las sombras

Paris (The Cure, 1993) [DIRECTO]

POP SINIESTRO. Paris representa el lado oscuro y mate de Show (1993). En este documento The Cure se muestran en una especie de vuelta a los orígenes cuando ya nada es lo mismo. A pesar de que debería glosar (supuestamente) la gira de Wish (1992), no lo hace. Apenas hay dos canciones de ese disco. Las dos que no aparecen en Show.

Este es un directo apagado, lento, solemne y ceremonial. Un directo que se regodea en la tristeza de una época que no volverá, pero sin tratar de maquillar los tres lustros que habían pasado desde entonces. Ahí están los teclados de una "At Night" que ahora parece sacada directamente de Disintegration (1989). Un detalle muy esclarecedor en medio de una miríada de ellos.

Así, abren fuego con dos perlas ensangrentadas de Pornography (1982), nada menos, y con semejante mascarón parece claro lo que podemos esperar. Canciones antiguas. Exquisiteces sacadas de los rincones más oscuros de Seventeen Seconds (1980), de The Top (1984), de Kiss Me Kiss Me Kiss Me (1987), o de los salones engalanados de Disintegration o The Head on the Door (1985).

Un repaso por una historia oculta escrita exclusivamente para fans. Aquí está la grandeza y el valor de un disco que empieza llorando y no abandona el pañuelo en todo su minutaje. Un directo diferente y arriesgado. Cosas que a los que estamos metidos en la secta nos encantan.

★★★☆☆

1 The Figurehead 7:26

2 One Hundred Years 7:15

3 At Night 6:39

4 Play for Today 3:50

5 Apart 6:37

6 In Your House 3:59

7 Lovesong 3:31

8 Catch 2:41

9 A Letter to Elise 4:50

10 Dressing Up 2:49

11 Charlotte Sometimes 3:58

12 Close to Me 3:57

Total: 57:32

  

Paris es uno de esos discos que siempre tendré asociado a una época imborrable. Una época de cassettes y puro amor por una música que nos llegaba siempre escasa, gota a gota. Y directos como este eran piezas extrañas y apetitosas a la vez. 

 

Es cierto que no sabíamos muy bien dónde colocarlos. La mitad de las canciones, si no más, no las conocíamos porque estaban en discos de los que sabíamos su existencia, pero que todavía no habíamos escuchado. Por eso el valor de estos discos al abrirnos mundos nuevos siempre será incalculable. 

Hoy es difícil entenderlo, pero lo cierto es que me duele un poco resolver una reseña con un simple notable, que creo que es lo que merece, pero que es muy poco para todo lo que significa una obra que a algunos nos enseñó lo que era París.

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