martes, 23 de mayo de 2023

Amor, juegos y penas

Mediterráneo (Joan Manuel Serrat, 1971)


CANCIÓN DE AUTOR. Mediterráneo, el tótem, el mito, ese altar sagrado ante el que se arrodilla toda la música hecha en castellano con una cierta vocación poética. Un disco para el que se forjaron los epítetos más hermosos y absolutos que relucen en nuestra lengua. La obra maestra de Serrat, vale, pero a la vez una de las mejores colecciones de canciones y versos que se hayan grabado jamás en cualquier tiempo, en cualquier lugar y en cualquier idioma.

No es algo que suceda con frecuencia, pero a veces el reventón nos pega en la misma cara sin que lo esperemos. Y no es que Serrat no viniera anunciando desde hace un par de discos que lo suyo no era normal, pero es que esto, esto... Lo que sale de su diario secreto aquí es algo que no tiene nombre. Por pertinencia, por sensibilidad, por pericia y por profundidad. Serrat desnuda el alma humana, nuestra ambivalencia, nuestros sentimientos y nuestras vidas al nivel de un Shakespeare o un Cervantes. Puede que de una manera más sencilla y populachera, pero precisamente por eso consigue como nunca que cualquiera se sienta identificado con estas canciones.

Porque es imposible no conmoverse ante la evocación que hace el poeta de la nostalgia, del amor (correspondido o no), de ese ambiente castrador en el que casi todos, en uno u otro sentido, nos hemos criado, de la pérdida, de los retratos descarnados de nuestros crápulas más íntimos, del viento en tu cara o del llanto ante esa derrota de la que jamás nos hemos recuperado. Demasiadas historias, demasiadas aventuras, demasiados ataques al corazón como para permanecer impasible.

Eso es lo más grande que tiene Mediterráneo. No solo no se puede decir nada malo de él, sino que no hay manera de no enternecerse. Si nos consideramos seres humanos, pensantes y sintientes, eso es así por fuerza, se reconozca o no. Porque al fin y al cabo, Mediterráneo nos describe a la perfección de dónde venimos ("Mediterráneo", "Aquellas pequeñas cosas", "Pueblo blanco", "Barquito de papel"...), y a la vez nos advierte de hacia dónde vamos ("Qué va a ser de ti", "Vagabundear", "Vencidos"...). Y creo que es por esa revelación tan desarmante y limpia por la que nos gusta tanto.

Sea ese el secreto de su magnetismo o no, da igual. Sin entrar en análisis estériles podemos concluir que la obra cumbre del noi del Poble-sec va a mantenerse en pie para siempre, y con eso ya sobra cualquier comentario. La Tierra dará mil vueltas al sol, ninguno de nosotros estaremos aquí, pero este disco seguirá tan rozagante como el primer día con su bien ganado derecho a ser testigo silencioso por toda la eternidad. No creo que nos hagan falta muchos dedos para contar a los de su ralea.

 
A1 Mediterráneo 3:26
A2 Aquellas pequeñas cosas 1:51
A3 La mujer que yo quiero 3:51
A4 Pueblo blanco 4:52
A5 Tío Alberto 3:22
B1 Qué va ser de ti 4:39
B2 Lucía 3:05
B3 Vagabundear 2:39
B4 Barquito de papel 2:59
B5 Vencidos 3:19
Total: 34:03

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