domingo, 4 de agosto de 2024

Dame veneno que quiero vivir

Kiko Veneno

(Figueres, Girona, 1952 - )


José María López Sanfeliu es una figura a menudo infravalorada dentro de la música popular que se ha hecho en este país. Aunque solo fuera por la infinidad de caminos que abrió con Veneno, trío inclasificable que formó con Rafael y Raimundo Amador a mediados de los 70, ya merecería un pedestal en el que colocar un busto honorífico en cualquier Salón de la fama que se precie de serlo.

Con dicha banda solo grabó un disco, el fundacional y estratosférico Veneno (1977). Un disco que salió en el año del punk para aventar a los cuatro vientos que todo el mundo podía hacerlo si lo intentaba de verdad. Una idea muy punk como el contenido de un álbum en el que el flamenco era solo la excusa para desbarrar y jugar con la música hasta hacerla rozar las estrellas. Nadie le hizo ni puñetero caso. Por mucho empeño que puso su productor, Ricardo Pachón, de los poquísimos que siempre creyeron en la banda, el álbum no se vendió y el grupo se disolvió en cuestión de meses tras su publicación.

El caos interno, la desidia y los primeros escarceos con la heroína por parte de Rafael Amador fueron los detonantes de un fracaso que con los años se empieza a ver como uno de los mayores triunfos del rock en nuestro idioma. Kiko y Raimundo colaboraron, a petición de Ricardo Pachón, en ese monumental La leyenda del tiempo (1979) con el que Camarón reventó absolutamente todo. Y no fue una participación testimonial, sino que Kiko compuso varios temas y guió con su visión la dirección artística que acabó cogiendo un disco, otro, absolutamente seminal.

Después de esos meses gloriosos, los Amador formaron Pata Negra, colosal dúo de blues flamenco que daría unas cuantas perlas impagables, y Kiko se agenció el Veneno de su banda anterior como apellido para iniciar una carrera en solitario que no empezó nada bien, la verdad. Parecía que el término "veneno" estaba maldito. Nadie se molestó porque me llevara el nombre, diría Kiko. Lo cierto es que su discografía de los 80 no consiguió que el de Figueres alzara el vuelo.

Hasta que llegaron los 90 y con la ayuda de Santiago Auserón (Radio Futura) como consejero y guía se sacó de la manga un Échate un cantecito (1992) que lo puso en el mapa y lo consagró como uno de nuestros grandes cantautores. El disco no solo vendió a mansalva, sino que se ha instaurado como una de esas obras esenciales del pop en castellano. A este le siguió el también imprescindible Está muy bien eso del cariño (1995), el cual confirmaba un magnífico estado de forma que, con sus altibajos, más o menos se ha ido manteniendo para situar al Lobo López en lo más alto de nuestra música popular. Y ahí sigue, con todas las dudas que se quieran, sin bajarse del podio.

DISCOGRAFÍA (MÁS O MENOS) SELECCIONADA

Veneno

 

En solitario

  

LOS 3 GRANDES

ARTISTAS RELACIONADOS

Pata Negra

Veneno fue una anomalía irrepetible en la historia de nuestra música. El punto de conexión imposible entre el letrado Kiko y dos gitanos de las Tres Mil Viviendas llamados Raimundo y Rafael Amador. Su convivencia fue tan breve como inexplicable, tan caótica como clave para darle la vuelta a un millón de conceptos establecidos y abrir mil puertas a los que venían. Un trío que no podía durar y que vio prolongada su vida con la carrera en solitario de Kiko y con la de los otros dos, que acabaron formando esta banda fundamental para entender la fusión del flamenco y el blues, esa blueslería que se sacaron de la manga para dejar al mundo hispanohablante con la boca abierta.

 

Martirio

Esta artista inclasificable empezó formando parte del grupo Jarcha, tan importante durante la transición. También colaboró con Kiko en el retorno sin éxito de Veneno en 1984 y fue todo un apoyo para el músico durante su ardua sequía creativa y de popularidad en los 80. Era muy normal verlos colaborar y aparecer en actuaciones conjuntas en la televisión estatal de esos años. Una de las pocas personas que creyó siempre en el arte del de Figueres.

 

Santiago Auserón (Radio Futura)

El motor creativo de Radio Futura y propulsor de proyectos tan jugosos como el de Juan Perro fue el auténtico salvador de un Kiko errático y sin autoestima, el cual le pidió ayuda para encauzar su carrera a principios de los 90 y de esta colaboración, de este proceso de escucha activa por parte del madrileño, surgió Échate un cantecito (1992), el disco que lo cambió todo y que convirtió a Kiko Veneno en uno de los artistas más venerados y respetados de nuestro panorama. A partir de ahí todo fue mucho más fácil para el cantautor.


 

UNA CANCIÓN (Y UNA LISTA DE REPRODUCCIÓN)

Podría haber tirado por su época venenosa, pero para ser honestos con su trayectoria y con su alcance mayoritario algo me pedía que pusiera el foco en ese Échate un cantecito (1992), que significó tanto para su autor. Podía haber tirado de corazón y elegir una "Joselito" que siempre me ha llegado al alma. Pero no, algo me decía que si hay que elegir un tema clave en la carrera del Kiko, la canción que lo cambió todo, la más definitiva y la más universal, esa no podía ser otra que "Echo de menos". Un tema que busca el optimismo cuando todo se ha acabado y que convierte nuestras lagrimitas en la búsqueda de una nueva felicidad sin olvidarnos de la nostalgia. Si esta canción no es como la vida misma, que venga el diablo y lo vea.

PLAYLIST: Dame veneno

  1. Los delincuentes
  2. Echo de menos
  3. Joselito
  4. Veneno
  5. Memphis Blues
  6. El lince Ramón
  7. Dice la gente
  8. Obvio
  9. No pido mucho
  10. En un Mercedes blanco

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