FLAMENCO NUEVO. En nuestra desgastada piel de toro también tenemos nuestros mitos. Claro que sí. Y un puñado de ellos podrían enseñar mucho a tantos discos que por el simple hecho de nacer anglosajones ya merecen más parabienes y atención. Sí amigos, aquí también hay calidad. Y para demostrarlo, pocos mejores que esta Leyenda del tiempo camaroniana. Mucho se ha dicho sobre su innovación, su impacto en el futuro rock gitano y el denostado rock andaluz. Sí, no hay duda de que Pata Negra por un lado, y Triana, Alameda o Medina Azahara por otro, le deben la vida a la valentía del de San Fernando. Valentía matizable porque los que esperen una salida de madre se van a dar con un canto en los dientes. Este disco tan "rompedor" no deja en ningún instante de ser y sonar flamenco. Por mucho que el cambio de nombre del cantaor en la portada pudiera hacer presagiar una falla gigantesca e irreconciliable con ese mundo, lo que contienen estos surcos rebosa flamencura por los cuatro costaos.
Muy pocas grabaciones me producen la euforia que consigue esta. En ella todo parece estar en su sitio. La voz mayestática, la guitarra ahora de Tomatito luego de Raimundo Amador, los arreglos exoflamencos (batería, sitar, guitarra y bajo eléctricos...), las composiciones míticas de Kiko Veneno, las letras lorquianas... Todo el conjunto apabulla y las individualidades te dejan babeando. Un disco para vivir durante un ratito en un mundo maravilloso. Un icono pop injertado en lo más hondo de nuestra cultura. ¡Grande!
"Lo
más parecido al rock que yo he grabado ha sido "La leyenda del tiempo",
ahí arriesgué y metí cosas que no son las más habituales en el cante
flamenco. (...) Y hay que tener cuidado con lo que se hace, no salirse
de los límites del flamenco, que los tiene" (Camarón)
A Camarón le molestaba el artículo en "El Camarón de la Isla". Lo de "La Isla", lejos de molestarle, le encantaba. Pero alguien decidió dejarlo en Camarón a secas a partir de este álbum.
La acogida fue tibia en los círculos más ortodoxos. Es famosa la imagen de los "gitanos viejos" que devolvían el disco en las tiendas diciendo que ese no era Camarón. Para cualquiera no muy puesto en flamenco (me incluyo), esto tiene poco que achacar. ¿Que hay alguna batería?, vale; ¿que alguna instrumentación de rock progresivo?, perfecto. Son solo adornos y envoltorio para un meollo que es puro rajo gitano. Por palos, por entonación, por duende, por todo aquello que no se puede explicar con palabras.
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