miércoles, 8 de julio de 2009

¡Asesinados por el cielo!

Omega (Morente & Lagartija Nick, 1996)



FLAMENCO EXPERIMENTAL. Hay artistas que se quedan en un rincón reviviendo continuamente un pasado más o menos glorioso y ARTISTAS que miran hacia delante continuamente en una búsqueda insaciable. Estos últimos escasean y como buscadores de una verdad intangible se dan más de un coscorrón. Enrique Morente es uno de esos visionarios que entiende la música como una materia viva y cambiante. Como algo que no puede encerrarse entre prejuicios y miedos. Su carrera siempre había sido un romper continuo con lo anterior, una provocación para muchos, una afirmación continua para otros tantos.

Omega no es sino un punto de inflexión absoluto en su carrera y en la historia de la música en castellano. La ambición que proyectaba no era para tomar a broma y, sinceramente, se prestaba a salir mal por muchos motivos. El principal era una tendencia clara hacia la épica y la dispersión. Vamos, aunque peguen, no se me antoja fácil unir a Federico García Lorca y Leonard Cohen bajo el paraguas del flamenco. Y para más inri, por si esto no fuera suficientemente osado, se alía con Lagartija Nick para teñir los palos de un rock casi thrash que auguraba interés… Y muchas dudas.

A veces ocurre, y hablamos de triunfo absoluto entonces, que los ARTISTAS se sobreponen a todas las dificultades y vencen los augurios a base de creatividad, talento o sangre. De todo esto se valió este grupo de granaínos para empastar unos estilos antagónicos que conviven y respiran como sin esfuerzo en un trabajo capital como se han visto pocos en este país. No puede sonar exagerado, no al menos después de atravesar "Omega" la canción, el dichoso y negro pórtico que se erige en el impresionante acceso al álbum. Sus once minutos nos sacuden entre magmas eléctricos, poesía apasionante y crescendos sedientos de sangre. Un tour de force que sirve de presentación perfecta para la dulzura portuaria de "Pequeño Vals Vienés". Morente derrite los versos de Lorca en la versión de Cohen en un maridaje triple digno del autor de Beautiful Losers (1966).

A pesar de todo este paisaje abyecto para el purista no crean que esto es algo diferente del flamenco. Esto sigue siendo flamenco por actitud y rajo. De eso se encargan los temas más "tradicionales" del disco. Tradicionales por decir algo porque todos tienen el sello morentiano, el giro que los diferencia de cualquier otra cosa. Eso que hace que a los que no escuchan flamenco les parezca muy puro y a los fanáticos del género una marcianada. Pues ni una cosa ni otra. No me gustan los extremismos. Y eso que Omega se sitúa en un extremo desde su mismo título. ¿El final de una etapa? Principio, final, nacimiento, muerte… ¡Tremebundo!
 

 
1 Omega 10:48
2 Pequeño vals vienés (Take This Waltz) 5:33
3 El pastor bobo 3:42
4 Manhattan (First We Take Manhattan) 4:44
5 La aurora de Nueva York 4:59
6 Sacerdotes (Priest) 4:07
7 Niña ahogada en el pozo 3:45
8 Adán 4:14
9 Vuelta de paseo 5:08
10 Vals en las ramas 4:01
11 Aleluya (Hallelujah n. 2) 6:24
12 Norma y paraíso de los negros 4:34
13 Ciudad sin sueño 5:46
Total: 67:45
 
"Omega es la visión de Enrique Morente sobre Poeta en Nueva York de Federico García Lorca." - (libreto interior del disco)

"Incluso antes de salir el disco, la flamencología empezó a criticarme muy enérgicamente y a agredirme como si estuviéramos haciendo algo malo (...) Fue un posicionamiento, un pronunciamiento musical, un golpe de estado artístico a lo que se hacía en esos momentos." (Enrique Morente)

"El poema en trece versos ya contiene el grito y el ruido, aparte de ser una premonición sobre la propia muerte de Lorca, pero Morente enseguida visualizó cómo adaptarlo a nuestro caos." (Antonio Arias, Lagartija Nick, sobre la canción "Omega")

"Los poemas explosionaban en nuestras manos y nos arrastraban por el camino de la intuición." (Antonio Arias)

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