miércoles, 22 de marzo de 2023

Cuerno de unicornio

Live at Sin-é (Jeff Buckley, 1993) [EP]


ROCK DE PALO Y FANTASÍA. En estas cuatro canciones podemos ver hacerse carne al Jeff Buckley pre-Grace. Un animal escénico, un auténtico ángel de las tablas, un artista total, que solo con su telecaster y su garganta espolvoreada por las hadas era capaz de parar el tiempo. Puede que no seas de creer en leyendas, pero aquí no hace ninguna falta tener fe. Solo con cerrar los ojos y dejarse acunar y estremecer, comprobarás que a veces sí que es verdad eso de que la voz humana es el instrumento más expresivo que existe.

Se ha hablado tanto de la capacidad vocal del heredero de Tim Buckley... Tanto, que apenas se ha prestado atención a su calidad como compositor y, digámoslo alto y claro, como guitarrista. Que sea capaz de sacar esos trinos de sus arpegios o sus rasgueos es casi lo de menos. Eso, que no sería poco, es solo un detalle más a añadir a la cantidad de recursos que saca a relucir para demostrar que, cuando se viven las canciones y se respira la música como él lo hace, el milagro se hace carne. Casi parece que su voz y su guitarra se hacen uno por momentos.

Jeff Buckley nos ofrece aquí una pequeña dosis de su arte. Unas gotas que resultan ser una barbaridad. No hace falta zambullirse en la legacy edition del disco que en 2003 nos ofrecía una versión ampliada a dos CDs con tropecientas canciones, monólogos incluidos, más un DVD. Que es una experiencia casi religiosa, eso también, pero con estos cuatro cortes de la edición original ya podemos sentir el vértigo y el éxtasis de lo que llevaba dentro Jeff Buckley. Algo que, por muy mezquinos que seamos, por mucho que pretendamos malinterpretar como sobreactuación o melodrama barato, no deja de ser flama pura y sentimientos desbordados sin posibilidad de contención. Venga, a ver quién me dice que vamos sobrados de gente así de impresionante.

★★★★☆

1 Mojo Pin 5:50
2 Eternal Life 5:42
3 Je n'en connais pas la fin 4:57
4 The Way Young Lovers Do 10:02
Total: 26:31

El Sin-é no era un local glamuroso ni nada de eso. Más bien se trataba de una sencilla cafetería con no demasiado espacio en el East Village de Manhattan. Sin embargo fue capital en la carrera de numerosos artistas. De Allen Ginsberg a Sinéad O'Connor, y de Marianne Faithfull a The Waterboys, son bastantes los que le deben un favor al bueno de Shane Doyle.

También, y casi en mayor medida que ninguno, Jeff Buckley, el cual se fogueó en sus tablas con la única compañía de su telecaster, con el objetivo de derretir cualquier corazón a su alcance por helado que estuviera.

Estos fueron los humildes orígenes de la leyenda. El boca a oreja hizo el resto hasta el punto de que, llegado el momento, su puerta se llenaba de limusinas cada noche que tocaba Jeff. Los habituales del lugar se lo barruntaban ya. Era cuestión de tiempo que fichara por una discográfica gorda y los dejara abandonados en pos del arco iris. Y así fue. Sony se llevó el gato al agua, aunque lo primero que hizo fue publicar este EP. Una base más que digna sobre la que construir un mito.

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