sábado, 29 de marzo de 2025
martes, 25 de marzo de 2025
A las puertas de la Bella Easo

SONIDO DONOSTI. A día de hoy esta es la despedida de La Buena Vida en formato largo. Un disco que nos muestra a un grupo aún más reposado, más recoleto y más aletargado. Que ya es decir.
Un álbum que si, como parece, se convierte en el epitafio de los donostiarras, puede llevar la vitola con orgullo, por mucho que se limite a alternar momentos brillantes con otros en los que se les nota demasiado el cansancio.
Lo que nos lleva a lo difícil que es dejarlo a tiempo. Es cierto que hay demasiados semifallos aquí, pero no lo es menos que siempre necesitaremos canciones del carisma infinito de "Calles y avenidas" o "La mitad de nuestras vidas". Por eso es imposible decir que La Buena Vida hayan alargado el chicle para abusar de su leyenda. Ni un poquito.
★★★☆☆
1 Calles y avenidas 4:06 ✔lunes, 24 de marzo de 2025
Tardes de verano

SONIDO DONOSTI. La prehistoria y el summum de La Buena Vida se concentra en este periplo por sus carreteras secundarias. En un viaje que empieza por unos primeros momentos tan insustanciales como desafinados. Canciones que producen un poquito de vergüenza ajena tanto por su sonido como por esas notas que se escapan sin que ni Irantzu ni Mikel las puedan volver a atrapar. Una ingenuidad que no siempre es sinónimo de encanto, pero que reconocemos inmediatamente como algo inherente al grupo que empieza a brillar un poquito a partir de "Tardes de café" para dejar las cosas mucho más claras a partir del tercer disco de esta colección.
Porque, seamos sinceros, hasta "Magnesia" todo es un simple calentamiento. Lo que no significa que el rumbo se enderece del todo, porque a partir de ese temazo los creadores de "Qué nos va a pasar" se materializan ante nuestros ojos, pero también se desvanecen para volver a aparecer solo en momentos puntuales y cada vez más espaciados. Algo que unido a ese último volumen de versiones, el cual no hay por dónde cogerlo, acaba haciendo demasiado daño a una colección que pretendía entretenerte durante una hora y cuarto. Pero no, las versiones lo dejan claro. Ni cuando tratan de ser fieles al original superan la anemia, ni cuando se ponen experimentales esquivan la incomprensión que subyace a tales pruebas de laboratorio.
No, Sencillos podía haber sido la panacea, una forma alucinante de introducirse en los vericuetos más esquivos y sugerentes de la banda donostiarra, pero al final se queda en el retrato desenfocado de un trastero que necesita algo más que una limpieza profunda. Solo añadiré que la mejor canción, "Guillermine", ya la teníamos en nuestra copia de Panorama (1999). Creo que con eso está todo dicho. Si no fuera porque, con todas sus taras, a ver quién les escamotea el encanto a estos.
★★★☆☆
Disc One: 1992Total: 74 min.
SONIDO DONOSTI. Aquí están las canciones que necesitabas para completar tu colección. Las canciones que acaban de dar forma a la vidriera destellante de La Buena Vida. Si ese Sencillos (2006) en el que recopilaron sus singles y EPs no fue suficiente, aquí podrás saciarte con lo que faltaba en el mismo. Hasta el punto de poder decir que si a estos dos discos les añadimos ese precioso Harmónica (2002), que es lo único fuera del formato álbum que no aparece en ellos, poco o nada nos faltará para poder decir que hemos disfrutado de la cara B del grupo por completo.
La introducción con esos dos instrumentales deja claro que el viaje, como mínimo, va a ser agradable. La primera no es de La Buena Vida, sino de un grupo paralelo de dos de sus miembros, unos Daily Planet en los que el propio Ibon Errazkin (Le Mans) también saciaba su hambre de música instrumental. Ahora bien, la forma tan natural con la que da paso a la segunda pista, "Siracusa", es algo que no ocurre todos los días. De ahí pasamos a disfrutar en un caleidoscopio tan variado como honesto. De reverencias a los Beatles ("Desde aquí") a homenajes a maestros como Family ("Nadadora"), pasando por esa colaboración en la cumbre con J (Los Planetas) en esa siempre enigmática "Los planetas", el disco se nos pasa volando, la verdad.
Todo hasta que llegamos al trío final, canciones que formaban parte de ese EP titulado Viaje por países pequeños (2009), la última grabación de estudio de la banda. Una despedida que se me antoja triste y decepcionante. Un trío en el que solo destacaría "Año bisiesto" a pesar de sus algo innecesarios cinco minutazos. No es en mi opinión el mejor final para el disco ni para una carrera tan llena de perfección, pero a pesar de todo tampoco puedo decir que el disco deje de merecer la pena.
☆☆★★★
- El gato (Daily Planet)
- Siracusa ✔
- Desde aquí ✔
- Los planetas (con J) ❤
- La calle del Carmen ✔
- En un mundo mejor ✔
- Nadadora ✔
- Mi estrella fugaz ✔
- Duelos y quebrantos
- Viaje por países pequeños
- Año bisiesto ✔
- Puede que hoy sea el día
Total: 43 min.
sábado, 22 de marzo de 2025
Trigo limpio

PSM Festival (VV. AA., 2012) [DIRECTO]
HOMENAJE POP. Lo mejor que se puede decir de este homenaje a Pedro San Martín, bajista y compositor de La Buena Vida, es que es oportuno. No se trata de una excusa mercantilista, porque es
sincero, es sentido y es totalmente desinteresado. El disco acompaña a la revista
Rockdelux de julio y agosto de 2012 y es un extracto del concierto celebrado en
el Primavera Sound de ese año.
Un escalofrío recorre buena parte de las
interpretaciones de un temario antológico y de hermosura intachable. El disco es
bellísimo con todas sus imperfecciones, que son muchas, y que suman de alguna
manera al aliento entrecortado de un pop sencillo, elegante y mortíferamente
cardiaco. Eso sí, también restan a la hora de que esto se pueda exportar a aficionados totalmente ajenos a la banda donostiarra.
Con estas, si hubiera que destacar los momentos que más me han impactado, tendría
que mencionar muchos. Seleccionaré, no obstante, el arranque doble con "Tormenta en la mañana de la
vida" en dos versiones casi opuestas por parte de Tórtel y Rafael Berrio. Sin maravillarme la del último, tampoco puedo decir que importe demasiado que poco después nos la
vuelvan a presentar Los Planetas con elegancia y sobriedad. J repite con el
Grupo de Expertos... y un "Calles y avenidas" de órdago. Sr. Chinarro se adueña
con un nudo en la garganta de "La calle del Carmen". Fernando Alfaro &
Joaquín Pascual reavivan el espíritu de Surfin' Bichos arrimando "Blues por
Charlie" al ascua de Bob Dylan. Nacho Vegas & Bea Nosoträsh llevan al
terreno del primero un "Trigo limpio" seco y emotivo. Y por supuesto, no querría olvidar mi favorita, el
fluido viscoso en el que Triángulo de Amor Bizarro convierten "Magnesia" ,
amplificándola a base de noise oceánico.
Y para el final, abro apartado
nuevo para destacar tres momentos especialmente sentidos. El primero
correspondería a la canción expresamente compuesta para Pedro por parte de Ama.
Este grupo, compuesto por ex-componentes de La Buena Vida, ofrece un panegírico
tremendo, que no por apresurado, ingenuo o deshilachado pierde un ápice de su
verdad. Se nota que un temblor recorre la sala y la voz del cantante durante su
interpretación. El segundo sería el cierre con la subida al escenario de ese
grupo imaginado que se hizo llamar Sgt. Peter's Apolo Hearts Club Band. La banda
se nutría de componentes de La Buena Vida de todas sus épocas y ejecutó con
más elegancia y solvencia que precisión el recuerdo a su bajista fallecido a través de tres temas
del disco Hallelujah! (2001). Faltó Irantzu Valencia, y se notó, aunque según
parece, estuvo entre el público.
Por último, y esto sí que es inapelable, habría que destacar el dueto grabado en estudio que cierra el disco como tema extra. Rosa Martí, viuda de Pedro, y Rafael Berrio se entregan a fondo en una sensacional toma acústica y con cuerdas de "Guillermine". Perfecto colofón, en el reverso de ese "Palabras para Julia" de Paco Ibáñez, para una celebración gloriosa y merecida en honor a un músico irrepetible. No deja de ser una lástima la terrible imperfección y las infinitas desafinaciones que se escapan de muchas de estas gargantas, aunque todo eso siempre ha formado parte del espíritu recoleto y hogareño de la banda de Pedro. Para todos los que lo conocieron, un auténtico amante de la música. Sinceramente, no creo que esas minucias hubieran podido nunca limar su disfrute ni una micra.
★★★☆☆
1 Tórtel - Tormenta en la mañana de la vida ✔Total: 78 min.
martes, 18 de marzo de 2025
Como cuerpos celestes

SONIDO DONOSTI. Estamos ante el difícil disco post-Hallelujah! (2001), que venía con la dificultad añadida de epilogar un EP tan estupendo como Harmónica (2002). Problema que los donostiarras acabaron convirtiendo en virtud con un discazo a la altura de su leyenda.
Para ello, contra todo pronóstico, ahondaron en la influencia que siempre habían tenido sus amigos de Los Planetas hasta dejarla tan a la vista que no hubiera lugar para la duda. De hecho, a todos esos ritmos de batería, esos rasgueos de guitarra acústica, a esas cuerdas y a esas letras de desamor tan características de los granadinos les añadieron ese cierre tan revelador y tan sarcástico, de título más que explicito y puesto ahí como para adelantarse a las críticas.
Sí, La Buena Vida eran más que conscientes de unos paralelismos que parecían querer dejar claros y que parecían más buscados que casuales. También, y esto no se comenta tan a menudo, hacia una Velvet Underground de la que muestran su lado más sutil en todo su esplendor. Todo lo cual no quita que sigan teniendo el toque y el sello secreto de una lucidez a prueba de bomba. Sí, fue sacar Soidemersol (1997) y todo cobró vida en un recorrido que parecía no tener fin.
★★★★☆
1 Aún te puedo ver 3:34 ✔jueves, 13 de marzo de 2025
Acordes secretos

SONIDO DONOSTI. Medio aplastados por el peso de Soidemersol (1997), los donostiarras echan el resto en la obra que acabaría por consagrarlos para siempre. Dominado el efecto cegador de esas cuerdas que ya habían hecho parte inextricable de su sonido, deciden dar un paso más allá y grabarlo en Praga con el acompañamiento de una orquesta de veinticinco piezas. Un paso atrevido y pocas veces visto en el pop de nuestro país para sellar uno de los mejores trabajos que ha dado nuestra música independiente. Algo que se percibe ya desde la fastuosa portada de un Javier Aramburu que se vuelve a superar cuando parecía imposible.
Un laberinto de emociones que explica a la perfección todo el deseo, la ruptura y el amor infinito que bullen en una obra que supone un hito insuperable. Creo que, por mucho que la decisión sea difícil en grado sumo, esa eterna pregunta entre los fans más irredentos de la banda se salda, en mi caso, a favor de este disco. Sí, por encima del mitificado y glorioso Soidemersol del que hablábamos. Y sí, a pesar de que Hallelujah! no sea sino la depuración de un molde tan bueno que siempre me había parecido insuperable. Más mérito por tanto para un disco que recoge todas los aprendizajes de La Buena Vida y los destila de una manera insuperable.
¿Qué podríamos destacar en él? ¿La belleza taciturna de "Trigo limpio"? ¿La maravilla emocional de "Qué nos va a pasar"? ¿La maestría con la que, por fin, Irantzu y Mikel unen sus voces para espantar cualquier conato de mojigatismo? ¿La orquesta que arropa y acuna sin imponer su dictadura? Sin duda, todo eso y más cosas que se me escapan en este momento pero que están ahí debajo para hacer del quinto álbum de La Buena Vida una de las mejores noticias que ha dado nuestro pop más sentido y emocionante en toda su historia. De esos discos que cuanto más los escuchas menos quieres separarte de ellos.
★★★★★
1 Los vientos 3:58Total: 35:06

Harmónica (La Buena Vida, 2002) [EP]
SONIDO DONOSTI. Aquí está el enganche, el eslabón perdido, la mejor manera que encontró La Buena Vida de continuar con la congoja sentimental de su mayúsculo e inigualable Hallelujah! (2001). Quizás hayan diluido mucho la emoción incontenible que albergaba su obra magna, pero no es menos cierto que siguen demostrando un dominio del arte del arreglo, de la colocación de las cuerdas en su sitio preciso y de la pericia melódica que los mantiene en la cúspide del pop alternativo patrio.
Es cierto que este EP es más ligero emocionalmente, juega más con la emoción epidérmica y menos con la prospección en busca del tuétano del sentimiento en estado puro, pero mantiene intacto ese espíritu sanador y elegante que es lo que siempre vamos a asociar con los donostiarras.
Un enganche que no separa etapas ni marca un cambio de rumbo real. Simplemente un alivio tras la tormenta interior, una forma de tomar aire antes de abordar nuevos retos, igual de emocionantes e intensos, pero mucho más complicados de llevar a buen puerto tras el listón tan inalcanzable que mostró el grupo en su obra maestra del 2001 y en esta continuación que, como mínimo, hace que mantengamos nuestro interés y las expectativas completamente intactas.
☆★★★★
viernes, 7 de marzo de 2025
Un alto en el camino

SONIDO DONOSTI. Con la difícil tarea de ofrecer una continuación decente a una obra tan magistral como Soidemersol (1997), La Buena Vida se meten en el estudio para dar forma a sus nuevas canciones. Y lo debieron hacer con las ideas muy claras de hacia dónde iban a dirigir sus pasos. Superada ya su querencia por lo mínimo, y con la firme convicción en ahondar esa mixtura perfecta entre melancolía y arreglos superlativos que tan buen resultado les había dado, se afanan por igualar el efecto devastador de su disco anterior.
Algo que no consiguen, pero que les lleva a darse de bruces con maravillosos hallazgos para engrosar su canon de clásicos. Aquí colocaríamos claramente tonadas de mucho peso dentro de la lista de favoritos de sus seguidores. Canciones tan maravilllosas como "Tormenta en la mañana de la vida", "Guillermine" o esa "Todo se tambalea" con la que cierran y que en su condición de bonus track parece que podrían haberse dejado fuera. Cosa que no fue así y que rubrica un buen trabajo de los donostiarras. Sí, bueno sin más.
Muchos os preguntaréis el porqué de tanta tibieza. La verdad es que no tengo una respuesta clara, aunque sí que me parece evidente que en el grueso, en el conjunto, este disco no puede competir con la grandeza de su hermano mayor. Y es que, a pesar de las joyas que menciono, lo siguiente mejor en el mismo son para mí los tres instrumentales que desperdigan en el tracklist. Como si, en su obsesión por replicar el efecto demoledor de su recién encontrado nuevo estilo, se hubieran centrado tanto en los arreglos y las formas que hubieran desdeñado un poco el fondo, las melodías, lo que se canta. Algo que, sin ser ni mucho menos malo, no es tan contagioso ni tan apasionante como esperaba.
Razones de peso para mí a la hora de bajarlos un escalón y alejarlos de la cima. Razones, también, que no me impiden reconocer que La Buena Vida no había dado lo que podemos llamar un paso atrás, tampoco es eso. Podríamos verlo más bien como un alto en el camino, una pausa para disfrutar de las vistas, tomar aire y volver a la batalla con fuerzas renovadas. Ahora sabemos que, efectivamente, fue exactamente así.
★★★☆☆
1 Melodrama 2:49do, re, mi, fa, SOL

Soidemersol (La Buena Vida, 1997)
SONIDO DONOSTI. Y llega el tercer capítulo. Y nos sumergimos en él a pulmón, con ganas y como intuyendo que aquí va a haber algo grande. Una predisposición que no nos prepara del todo para la explosión arreglística y emocional que alberga la obra maestra de los donostiarras. Un disco que podemos despachar con un "naíf, recogidito, perezoso, amable"... Adjetivos que parece que lo arriman al aburrimiento, cosa totalmente injusta desde el mismo comienzo con esa "Buenas cosas mal dispuestas", con esa guitarra acústica, esa pausa y esas cuerdas, ¡Dios, qué cuerdas! Todo para acabar dándonos cuenta de que aquí La Buena Vida están jugando a maravillarnos con palabras mayores.
Palabras mayores que colean en cada rincón de una obra llena de pop con denominación de origen. Un pop que se engalana con orquestaciones sutiles y que los emparenta con sus ídolos. Hablamos de Burt Bacharach, Love, The Beatles y ¿por qué no?, unos Young Marble Giants de azúcar, pero también de Frank Sinatra y hasta de Billie Holiday. Toda una pléyade de titanes que no opacan un resultado que es totalmente personal.
En cuanto a los textos, como ya era su costumbre, tratan de descubrir la magia de las pequeñas cosas. Esas que nos alegran o nos amargan todos los días. Sin embargo, hay una profundidad aquí, un peso en cada fraseo y cada idea que eleva este trabajo muy por encima de los dos anteriores. Una enjundia que hace que entendamos a la primera que entre toda esta melancolía terminal, lejos de pretender sonar como pájaros de mal agüero, están descubriendo el arte de crecer, los entresijos dorados de una madurez que, más que perseguir, parece que se les ha echado encima como un aguacero.
En definitiva, entre tanta emoción, lo que más salta a la vista y lo que mejor describe las profundas sensaciones del álbum es el hecho de que la delicada no-voz de Irantzu, unida a esos arreglos de pop de cámara, te pueden arreglar el día. Incluso diría que algo más. No sé, ¿la vida? Sí, eso me parece más ajustado.
★★★★☆
1 Buenas cosas mal dispuestas 3:41 ✔Total: 38:04

También habría que mencionar la portada, un trabajo exquisito de Javier Aramburu en el que parece homenajear o inspirarse en los bodegones cubistas de Braque o Juan Gris (en la imagen, La guitare, 1918).
Y luego están los detalles más íntimos y más escondidos, como por ejemplo ese más que homenaje al clásico norteamericano "I Get Along Without You Very Well", popularizado por Frank Sinatra o Billie Holiday entre muchos otros, en "Caruso", con coda de batería directamente escamoteada al "Five Years" de David Bowie.
Retazos pillados al azar, ejemplos mínimos de lo mucho que esconde una obra profunda y emocionante como pocas de entre las joyas que podemos glosar en la historia de nuestra música popular.
martes, 4 de marzo de 2025
Pinceladitas diluidas de algo parecido al genio
SONIDO DONOSTI. Segundo intento en largo de los donostiarras. Treinta y dos minutazos esta vez con una producción que ya podemos llamar más que decente, la cual abrillanta unas canciones que, eso también, y en general, no igualan la frescura de las de su debut.
Un disco en el que el grupo se me muestra como en un ejercicio de ensayo y error que no acaba de llevarlos a ninguna parte. Mientras que parecen saber lo que hacen a la perfección en gemitas del calibre de "Los mejores momentos", "Después de tanto tiempo", "Montevideo", "Cinco días en invierno" o "A cielo abierto", en la mayor parte del recorrido se me aparecen anémicos y sin la decisión que es la que siempre redondea esos álbumes realmente sólidos y definitivos.
Un álbum de esos en los que nos deleita más lo que se intuye que lo que realmente nos deja ver. Un cambio de cromos, de ingenuidad a buena producción y de intuición melódica a envaramiento, en el que no nos queda nada claro que hayamos acabado ganando.
★★☆☆☆
1 Los mejores momentos ✔