sábado, 8 de noviembre de 2025

El camino doloroso hacia la luz

Pain to Power (Maruja, 2025)

 

POST-#@?$. Este disco puede haber sorprendido al mundo, pero eso no significa que los de Mánchester no vinieran anunciándolo a base de directos incendiarios, unas crujientes grabaciones de sus ensayos hechas con un móvil y un reguero formidable de singles y EPs que ya deberían habernos puesto en guardia. Lo que no implica que haya que conocer la precaria, aunque interesantísima, prehistoria de esta banda tan peculiar para poder quedar ojiplático ante el que se puede llamar su estreno oficial en largo.

Y es que es sumamente simple disfrutar de la barbarie que nos ofrecen aquí estos británicos de ancestros irlandeses. Una herencia que emplean como una dulce maldición que les espolea a aumentar el misterio con títulos en gaélico aquí y allá. Tan sencillo es meterse en el disco como difícil describir su sonido. No en vano, estamos ante una amalgama perfectamente moldeada donde encontramos post-punk y post-hardcore, rap y spoken word, free jazz y música clásica, gravedad y euforia, orgasmo y denuncia... Todos los extremos, todo el placer y el daño en una aleación brutal, frenética y divinamente hermosa en su núcleo incandescente.

No he pretendido describir a la perfección lo que hacen Maruja con sus instrumentos, también atípicos en su combinación para una banda de rock. Guitarra, bajo, batería y saxo en su versión más endemoniada, otras veces lírica y siempre apasionada hasta la médula. Aun así, leo mis palabras y creo que de alguna forma, sin decir nada claro, dejándolo todo tan abierto, he dado en el clavo. Modestia aparte, si los mancunianos suenan a algo, es a todo lo contrario que Mánchester nos pueda sugerir. Ni a Joy Division, ni a los Smiths ni mucho menos a unos Oasis que siempre han despreciado abiertamente. Tanto como para iniciar su carrera musical con la idea en mente de ir totalmente en contra de lo que habían hecho los Gallagher.

No digo que sea un planteamiento original ni loable. Partir del odio no puede ser nunca buena idea, aunque tampoco niego que tener las ideas tan claras ayuda a que suenes creíble desde el segundo cero. Esa sería otra de las cualidades de este disco: una autenticidad que hace que te creas todas sus atmósferas y salvajadas rítmicas sin dudar un instante. Aunque pase del cielo al infierno y viceversa en muy pocos minutos.

No soy de entusiasmarme a la ligera. Menos aún con novedades de grupos emergentes. Será por eso que estoy tan descolocado. Sin embargo, también tengo alergia a la injusticia y siempre intentaré dar al césar lo que es del césar. Disco del año, sí, pero sobre todo un álbum que me ha llegado como agua de mayo para lavar mis heridas y volver a la batalla con fuerzas renovadas.

★★★★☆

1 Bloodsport 3:42
2 Look Down on Us 9:58
3 Saoirse 5:13
4 Born to Die 10:04
5 Break the Tension 3:44
6 Trenches 3:32
7 Zaytoun 4:20
8 Reconcile 9:40

Total: 50:13 

Cruzando el Rubicón

Veni Vidi Vicious (The Hives, 2000)

 

GARAGE PUNK. Con los Hives, y con este su segundo disco, hay dos opciones: cabrearse por ser un remedo de nuestros idolatrados Sonics o regocijarse porque han sabido coger su herencia y hacerla carne en pleno siglo XXI. Tradicionalmente, he sido de los primeros, aunque de un tiempo a esta parte he tratado de limar esa fiscalización estúpida que siempre viene de creerse uno mejor que los propios artistas. Un craso error que no hace que ahora, al reconocerlo, me trague cualquier cosa, pero que sí que me deja ser más consciente de lo que me hace disfrutar de verdad.

Y este álbum es de esos que siempre es un placer escuchar. No llega ni a la media hora y siempre te deja con ganas de más. A pesar del pequeño bajón que se aprecia en el tramo final, Veni Vidi Vicious es un atracón de rock de garaje de la vieja escuela con ganchos por todos lados. Un festival de riffs imperiales y desenfreno capitalizado en un vocalista tan espectacular como Pelle Almqvist. Un frontman con todas las letras: divertido, insolente y algo esquizoide. Justo lo que necesita una música tan eléctrica y tan vibrante. Una música hecha desde las tripas, pero más profunda en su despendole de lo que pueda parecer.

Quizás este sea el único disco que necesites conocer de los suecos. Lo que está claro es que lo necesitas de manera absolutamente imperativa, como sus canciones. Lo sepas o no.

★★★★☆

1 The Hives-Declare Guerre Nucleaire 1:35
2 Die, All Right! 2:46
3 A Get Together to Tear It Apart 1:52
4 Main Offender 2:33
5 Outsmarted 2:22
6 Hate to Say I Told You So 3:22
7 The Hives-Introduce the Metric System in Time 2:06
8 Find Another Girl 3:12
9 Statecontrol 1:54
10 Inspection Wise 1999 1:37
11 Knock Knock 2:10
12 Supply and Demand 2:26

Total: 27:55

Intentando rompernos el corazón

Yankee Hotel Foxtrot (Wilco, 2001)

ART AMERICANAPocas veces se alinean los astros para iluminar el parto de una criatura tan bella como este cuarto disco de Wilco. Si bien ya habían dado buena muestra de su genio en momentazos previos como Being There (1996) o Summerteeth (1999), es con este Yankee Hotel Foxtrot con el que rompen la baraja y llevan sus ansias experimentadoras a otra dimensión.

Todas estas ganas de innovar en el terreno aparentemente limitado del country alternativo quedan registradas para la posteridad en ese magnífico documental que sería I Am Trying to Break Your Heart (Sam Jones, 2002). En él podemos apreciar la aridez de unas sesiones en las que no dejaban de surgir problemas y desacuerdos, en las que cambiaron un par de veces de batería y que acabarían con el abandono del grupo por parte una de sus fuerzas motrices hasta ese momento, el multinstrumentista y compositor Jay Bennett.

Esto dejaría el camino libre para que Jeff Tweedy se adueñara de la banda por completo, pero en este disco siguen bullendo las ideas demócratas que habían hecho de Wilco la sensación más prometedora y ya palpable de la americana del cambio de siglo. El secreto puede buscarse en la variedad instrumental, en la miríada de matices y detalles o en la producción inmaculada del disco, pero lo cierto es que a poco que se le deje hablar, nos dejará bien clarito que si es grande, lo es simplemente por la calidad y la emoción de las canciones que lo componen.

"Kamera", "Jesus, Etc.", "Ashes of American Flags", "Heavy Metal Drummer", "Pot Kettle Back"... Las razones son demasiadas. Razones cargadas de melancolía y una cotidianidad que Tweedy y los suyos convierten en algo mágico. En la escuela de joyas de otro mundo como In the Aeroplane Over the Sea (Neutral Milk Hotel, 1998), pero con un sello propio que incide más en la vida sin metáforas, con sus reveses y sus trocitos iluminados. Un disco que celebra el renacimiento diario, el viento fresco y el cielo brillante para disfrutar de nuestro sufrimiento.

★★★★★

1 I Am Trying to Break Your Heart 6:57
2 Kamera 3:29
3 Radio Cure 5:08
4 War on War 3:47
5 Jesus, etc. 3:50

6 Ashes of American Flags 4:43
7 Heavy Metal Drummer 3:08
8 I'm the Man Who Loves You 3:55
9 Pot Kettle Black 4:00
10 Poor Places 5:15
11 Reservations 7:22

Total: 51:34

El disco fue pionero en la relación de la música con internet, siendo lanzado el 18 de septiembre de 2001 en la web oficial de la banda. No salió en formato físico hasta abril de 2002, en un experimento, efectivo pero forzado por las circunstancias, en el que la banda pudo comprobar cómo sus seguidores cantaban a pleno pulmón unas canciones que todavía no habían visto la luz en CD, el formato más extendido y demandado en la época.

 

Por otra parte, he puesto la fecha de lanzamiento en streaming en negrita porque, curiosamente, la fecha inicial que se preveía era el 11 de septiembre, el mismo día de los atentados contra las Torres Gemelas de Nueva York. Algo que no deja de ser luctuoso. Máxime si lo unimos a una portada que no podía ser más (des)afortunada y a un contenido lírico que incitaba al morbo de unas coincidencias para nada buscadas, pero terriblemente inquietantes. Una parafernalia que ni opaca ni daña el aura de un disco maldito desde que la discográfica lo rechazó en un primer momento, pero un disco también luminoso y sanador en su música y en unas canciones nacidas para ser himnos generacionales del cambio de siglo.

El arca de Noé

Arkology (Lee "Scratch" Perry / VV.AA., 1997) [RECOPILATORIO]

 

DUB. He aquí el santo grial de la música jamaicana. El tesoro de un loco que trabajó el sonido como si de materia viva se tratara. 

Lee "Scratch" Perry: productor, artista, músico y CREADOR, así, con mayúsculas. El verdadero arquitecto del dub, el alquimista del ritmo. En sus producciones, creaciones más bien, la melodía se disolvía en el magma que formaban los bajos, gruesos y gomosos, las percusiones, tintineantes y metálicas, y unas voces que parecían nadar en un eco casi ultraterreno. Un eco que no solo producía de manera electrónica, con su Space Echo Roland RE-201, sino que también amplificaba de manera natural, mediante tanques de muelles, cubos de agua o mangueras metálicas.

Todo este trabajo lo realizó, principalmente, en su estudio de construcción propia, el mítico Black Ark. Un espacio minúsculo en el que el músico de turno tenía que pelear con el calor sofocante para sumergirse en la atmósfera que Perry creaba a base de incienso, velas y cualquier recurso que le sirviera para dar tridimensionalidad a una grabación que, más que algo técnico, se convertía en una verdadera ceremonia sagrada. Rituales de los que han salido algunas de las mejores grabaciones de música jamaicana que se hayan hecho jamás. Algo que no deja de maravillar a técnicos de todo el mundo, dada la precariedad del equipo con el que trabajaba el genio de Hanover.

Pues de todo ese trabajo en su estudio, que incendió en 1979 para exorcizar los malos espíritus que decía que lo habitaban, esta caja de tres CDs es el santo grial. En Arkology vas a encontrar lo más jugoso de la pléyade de artistas que ayudó a encumbrar Lee Perry. También canciones escritas e interpretadas por él. Temas conocidos, rarezas y remezclas hasta que no puedas más. Dispuestos de tal forma que no vas a poder despegarte de su fluir sedoso e inexorable. Piezas que respiran y burbujean hasta formar suites en las que la repetición se convierte en trance. Piezas que te convencen de que la música no necesita ni de estribillos ni de una estructuración que no deja de ser limitación y encorsetamiento.

Nada de esto último encontrarás aquí. Si has pensado alguna vez que la música debe ser siempre un ente libérrimo y absolutamente inaprensible, esta es tu obra de referencia definitiva. Tres CDs en los que detecto cosas con las que estoy mucho más familiarizado, como los Clash más cosmopolitas, el post-punk inclasificable de P.i.L. o el hardcore salvaje de Bad Brains. Sin embargo, por mucho que a mí me valgan estas referencias, no diría que son las más directas. De estas atmósferas ha bebido sobre todo la música electrónica. De Massive Attack al ambient. De los Beastie Boys a DJ Shadow, pocos escapan al influjo de este sonido. Y los que lo hacen seguro que también tienen más de una deuda a nivel técnico en cuanto a cómo usar el estudio para que tu música suene viva y con capacidad para hincharse y llenar la habitación, como lo hace aquí Perry con cada tema y cada sonido.

No creo que haya que decir nada más. Si has llegado hasta aquí sin conocer esta música, no entendería que no estés buscándola con ansia. Y tendrías razones para ello porque la recompensa será inmensa. Pero no me creas, compruébalo por ti mismo.

★★★★☆

Reel I: Dub Organiser
1.1 Lee Perry & The Upsetters - Dub Revolution (Pt. 1) 4:44
1.2 Max Romeo - One Step Forward 3:52
1.3 The Upsetters - One Step Dub 4:06
1.4 Devon Irons - Vampire 3:17
1.5 The Upsetters - Vamp a Dub 3:16
1.6 The Heptones - Sufferers Time 3:55
1.7 The Upsetters - Sufferers Dub 4:17
1.8 Junior Dread - Sufferers Heights 4:32
1.9 The Congoes - Don't Blame on I 4:05
1.10 The Meditations - Much Smarter 3:56
1.11 The Upsetters - Much Smarter Dub 4:42
1.12 The Meditations - Life Is Not Easy 4:46
1.13 The Upsetters - Life Is Not Easy Dub 5:07
1.14 Junior Murvin - Tedious 5:04
1.15 Max Romeo - War in a Babylon 4:51
1.16 The Upsetters - Revelation Dub 5:01
1.17 The Heptones & Jah Lion - Mr President 4:13
1.18 Max Romeo - Chase the Devil 3:28

Reel II: Dub Shepherd
2.1 Lee Perry - Dreadlocks in Moonlight 3:46
2.2 Mikey Dread - Dread at the Mantrols 3:47
2.3 Errol Walker - In These Times 4:39
2.4 The Upsetters - In These Times Dub 3:24
2.5 Max Romeo & The Upsetters - Norman 8:42
2.6 Junior Murvin - Police & Thieves 3:40
2.7 Glen DaCosta - Magic Touch 4:03
2.8 Jah Lion - Soldier & Police War 4:09
2.9 The Upsetters - Grumblin' Dub 3:18
2.10 Junior Murvin - Bad Weed 4:02
2.11 Errol Walker - John Public 4:21
2.12 Enos Barnes & Errol Walker - John Public (Version) 4:23
2.13 Junior Murvin & Dillinger - Roots Train 8:59
2.14 The Meditations - No Peace 3:30
2.15 Upsetters - No Peace Dub 4:20
2.16 Raphael Green & Dr. Alimantado - Rasta Train 4:54
2.17 The Upsetters - Party Time (Part 2) 4:34

Reel III: Dub Adventurer
3.1 Augustus Pablo meets The Upsetter - Vibrate On 4:40
3.2 The Upsetters - Vibrator 4:35
3.3 The Upsetters - Bird in Hand 3:30
3.4 The Congoes - Congoman 5:52
3.5 The Upsetters featuring Full Experience - Dyon Anasawa 3:39
3.6 The Upsetters - Rastaman Shuffle 5:16
3.7 The Heptones & Lee Perry - Why Must I (Version) 4:57
3.8 The Heptones - Make Up Your Mind 3:44
3.9 Upsetter Review featuring Junior Murvin - Closer Together 6:15
3.10 Keith Rowe - Groovy Situation 3:26
3.11 The Upsetters - Groovy Dub 3:33
3.12 George Faith - To Be a Lover (Have Some Mercy) 7:56
3.13 Lee Perry - Soul Fire 3:58
3.14 Lee Perry - Curly Locks 4:09
3.15 The Congoes - Feast of the Passover 3:36
3.16 Lee Perry - Roast Fish & Cornbread 4:26
3.17 Upsetters - Corn Fish Dub 4:26

Total: 233:41 

miércoles, 5 de noviembre de 2025

Viendo la nada crecer / Esperando a verla desaparecer

Requiem for an Almost Lady (Lee Hazlewood, 1971)

 

COUNTRY DE AUTOR. Ya es bastante duro el escribir y habitar un disco de divorcio. No todos los que se han tirado al barro han salido airosos en el intento. Menos aún cuando la tarea incluye más de un álbum de esas características. En este ámbito, Lee Hazlewood parece moverse como pez en el agua. Con una facilidad pasmosa, utiliza diferentes obras para narrarnos la ruptura en sus diferentes fases. Ese divorcio inminente que prácticamente se puede tocar con las manos (Love and Other Crimes, 1968); el duelo inconsolable tras la consumación de la ruptura (Requiem for an Almost Lady, 1971); la huida y el exilio como expiación (Cowboy in Sweden, 1970); y el balance amargo ya en frío (Poet, Fool or Bum, 1973). Fases dolorosas de un fracaso que el de Oklahoma radiografía con una pericia y una naturalidad que hace de estas obras retratos incomparablemente hermosos y dolorosamente auténticos. 

Cuando Hazlewood escribió esta oda a la desintegración de su vida en común con Suzi Jane Hokom, el cowboy ya se había trasladado a Suecia y grabado ese pastiche que fue Cowboy in Sweden (1970). Un disco que era la banda sonora de la película del mismo título y que se componía de canciones nuevas y viejos temas remozados para la ocasión. Un intento de lamerse las heridas que necesitaba del intimismo y el detallismo de este, inmediatamente posterior, Requiem for an Almost Lady. Una obra mucho más milimétrica y cruda. En ella el cantautor vuelca su mirada serena pero todavía llena de unas heridas que no habían cicatrizado del todo.

El disco empieza con una confesión devastadora y a quemarropa en la que Lee nos cuenta que al principio no había nada, pero que era divertido ver como esa nada crecía. Al final, después de hacer balance de los buenos y los malos momentos, de las victorias pírricas y las derrotas aplastantes, pone un colofón aún más amargo al decir que al final seguía sin haber nada, pero que tampoco había diversión alguna en el hecho de esperar que esa nada terminara. Un final en el que no ofrece esperanza ni reconciliación siquiera consigo mismo. Algo que hace de este disco un asunto muy incómodo para el oyente, pero que a la vez lo reviste de una verdad absolutamente irrefutable. Puede que prefiramos los finales felices. Sin embargo, Lee demuestra que sabe de qué va esto de vivir. No siempre se gana, y lo que es más importante: no siempre podemos encontrarle el lado bueno a las derrotas. A veces simplemente no lo hay.

★★★★☆

A1 I'm Glad I Never... 1:02
A2 If It's Monday Morning 3:53
A3 L.A. Lady 2:19
A4 Won't You Tell Your Dreams 3:51
A5 I'll Live Yesterdays 2:50
B1 Little Miss Sunshine (Little Miss Rain) 2:31
B2 Stone Lost Child 2:00
B3 Come On Home to Me 2:51
B4 Must Have Been Something I Loved 1:38
B5 I'd Rather Be Your Enemy 2:12

Total: 25:07

Xxx

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domingo, 2 de noviembre de 2025

A brochazos

Self Portrait (Bob Dylan, 1970)

COUNTRY/FOLKDylan combate la sequedad de ideas con la que inauguró la década con un disco extraño y contrahecho. Uno de los momentos más discutidos de su abultada discografía. Un disco que cuenta con unos pocos admiradores, pero que pierde la cuenta de sus millones de detractores. No es de extrañar. A pesar de su encanto, que lo tiene en algunos instantes, está desequilibrado y carece de sentido o unidad en su conjunto.

La idea no era mala a priori. Al menos fustigaba la curiosidad ante lo que podía salir de aquí. Dylan trató de combatir la falta de inspiración completando el disco con versiones de baladones de gente como G. Lightfoot, Curtis/DeLanoë/Bécaud, Simon & Garfunkel o Hart & Rodgers, entre otros. Los mejores embajadores de ese Tin Pan Alley que el de Duluth había denostado y contra el que había luchado en sus inicios. Curiosamente, con su tono nasal, con esa entonación a lo Sinatra que había inaugurado en Nashville Skyline (1969), pero mucho menos impostada, consigue emocionar y entrega el mejor lote de canciones del álbum.

Y esto es así sencillamente porque las canciones de su puño y letra no salen en su mayoría de la mediocridad más absoluta. Menos aún las versiones en directo de "Like a Rolling Stone" o "She Belongs to Me", con un bañito de country que nadie había pedido. Con esto acaba de hundir un álbum que al menos le sirvió para tomar aire y ordenar las ideas. Tardaría en alcanzar la excelencia, pero al menos se sobrepondría en cierta forma ya en el siguiente, un New Morning (1970) defectuoso, pero que le servía para volver a las formas que lo habían hecho grande.

★★☆☆☆

A1 All the Tired Horses 3:11
A2 Alberta #1 2:55
A3 I Forgot More Than You Will Ever Know 2:22
A4 Days of 49 5:42 🕱
A5 Early Morning Rain 3:31
A6 In Search of Little Sadie 2:26
B1 Let It Be Me 2:58
B2 Little Sadie 1:58
B3 Woogie Boogie 2:06
B4 Belle Isle 2:28
B5 Living the Blues 2:41
B6 Like a Rolling Stone 5:14

C1 Copper Kettle 3:32
C2 Gotta Travel On 3:04
C3 Blue Moon 2:26
C4 The Boxer 2:45
C5 The Mighty Quinn (Quinn the Eskimo) 2:54
C6 Take Me as I Am (Or Let Me Go) 2:59
D1 Take a Message to Mary 2:44
D2 It Hurts Me Too 3:16
D3 Minstrel Boy 3:29 🕱
D4 She Belongs to Me 2:42
D5 Wigwam 3:08
D6 Alberta #2 3:20

Total: 73:51 

Xxx 

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Ofrenda al que todo lo ve

ᛏᛉᚱ [Tyr] (Black Sabbath, 1990)

HEAVY METAL. Parece ser que el regreso radical a los postulados más nigrománticos de la banda en el disco anterior fueron cosa de Tony Martin, su vocalista y letrista. Algo que no acabó de convencer a los demás miembros, Tony Iommi a la cabeza. Demasiado burdo, demasiado in your face como para sonar creíbles, pensaba el guitarrista y líder del combo. Seguro que ese fue el motivo del giro que Martin aplica en este disco al teñir su impostada oscuridad de las leyendas y la mitología escandinava.

Un toque vikingo que no es tan profundo como para que hablemos de obra conceptual alguna. Sin embargo, tampoco lo veo tan leve como algunos fans pregonan. Solo mirando al título de las canciones, podemos observar que Odín y Freya han paseado por los sueños de un Martin, que, quizás espoleado por toda esta ambientación, vuelve a despendolarse hasta sus extremos habituales. Una hiperexpresividad que cabalga a lomos de unas baterías brutales. Bestiales desde el mismo sonido apabullante con el que están mezcladas. No es de extrañar, teniendo en cuenta que el propio Cozy Powell coproduce esto junto a Tony Iommi.

¿Y qué sale de todo esto? Pues un disco de heavy metal que podría ser perfectamente el molde del género que había florecido en los 80. Black Sabbath inician la nueva década poniendo un colofón rotundo a la anterior más que iniciando nuevo camino alguno. De hecho, y perdónenme el atrevimiento, diría que en lugar de impartir magisterio, han seguido los designios de alumnos aventajados, como Iron Maiden. El frenesí, el galope tendido, esas armonías más épicas que tenebrosas y sobre todo la voz de Martin hacen que esto suene poco a Sabbath y mucho a NWOBHM. A tres segundos del estallido del grunge, eso sí.

No sé si todo esto explica el bache que empezaba a sufrir el género, necesitado de nuevos aires. Lo que sí tengo claro es que lo de Black Sabbath desde el principio de los ochenta en adelante no tiene nombre ni defensa posible. Y eso que este disco mantiene los ligerísimos aires de recuperación que ya anunciaba el anterior. Poca cosa, seamos claros.

★★☆☆☆

1 Anno Mundi 6:12
2 The Law Maker 3:53
3 Jerusalem 3:59
4 The Sabbath Stones 6:46
5 The Battle of Tyr 1:08
6 Odin's Court 2:42
7 Valhalla 4:41
8 Feels Good to Me 5:44
9 Heaven in Black 4:05

Total: 39:10