domingo, 28 de diciembre de 2025

Música a escala monumental

 
Título: Sinfonía nº 3 en re menor

 Título original: „Sinfonie Nr. 3 in d-Moll“

Autor: Gustav Mahler

Año de composición: 1893-96

Género: Romanticismo tardío
  

Grabaciones de referencia:

  • Symphony No. 3 in D minor (New York Philharmonic / Leonard Bernstein, 1962) ★★★★☆

Mahler siempre ha sido analizado como un continuador de las enseñanzas de Liszt, Wagner o Brahms. También de la poesía y la filosofía, con figuras del calibre de Nietzsche permeando algunos matices de sus obras. Este filósofo es especialmente importante para el trasfondo de esta sinfonía. Sin embargo, si tenemos que nombrar a una figura capital para el aprendizaje sinfónico de Mahler, ese sería sin duda Beethoven, una verdadera referencia para la arquitectura monumental que el austriaco fue desarrollando en esta forma musical.

En cuanto a esta tercera sinfonía, nos encontramos ante la que puede ser su obra más ambiciosa, dramática y colosal. Lo que sí está claro es que, si nos centramos en sus sinfonías, esta es la más gigantesca. No solo por su duración, la cual oscila entre los 90 y los 105 minutos, dependiendo de la interpretación, sino por su enorme complejidad tanto orquestal como, sobre todo, emocional. Esto no hace especialmente fácil sentarse a disfrutar de esta música, pero sin duda es un esfuerzo que será altamente recompensado. Solo hay que dejarse vapulear por esta música tumultuosa, en el lado opuesto del minimalismo y absolutamente subyugante si la dejamos crecer como nos propone.

Y para someternos como es debido, tomaremos una grabación clásica que tasa muy alto en el inconsciente colectivo. Me refiero a la que realizó Leonard Bernstein al frente de la Sinfónica de Nueva York en 1962, obra que, a pesar de los años, sigue manteniendo la adoración casi intacta. Los motivos saltan a la vista: Bernstein introdujo a Mahler en un repertorio, el estadounidense, en el que no había tenido cabida con la suficiente profusión hasta entonces; y luego está el toque secreto del director norteamericano, a partir del cual consigue sacar toda la carga filosófica y emocional de una pieza en la que amplifica los tempos lentos y aporta esa sonoridad cálida y potente en los nubarrones que enmarcan la tempestad. 

Al fin y al cabo, todo lo que ha sido siempre Bernstein: sentimiento, contraste y emoción a flor de piel. Algo que siempre agradeceré en la interpretación de los clásicos porque creo que es la única forma de hacerlos eternos. Y algo que con Mahler se hace imprescindible. No me extraña que cambiara la percepción del compositor austriaco para siempre. No solo en su país, sino en todo el mundo.  

♪♪

1. Kräftig. Entschieden
2. Tempo di menuetto
3. Comodo (Scherzando)
4. Sehr langsam - Misterioso
5. Lustig im Tempo und keck im Ausdruck
6. Langsam - Ruhevoll - Empfunden

Sonrisas como ríos

Leon Russell and the Shelter People (Leon Russell, 1971)
 

PIANO ROCK SUREÑO. Leon Russell sigue ahondando en la tradición en su segundo disco, continúa floreciendo para desplegarse en todo su esplendor. Ese brillo que surge de su ego desmedido en lo creativo, de su profundísimo conocimiento y de unas habilidades que siempre fotografía desde el mejor ángulo.

Así las cosas, no había demasiadas posibilidades de que este álbum, continuación de su rozagante y furiosamente roots debut, fuera malo. Cosa que se confirma, no a la primera escucha, pero sí que acaba quedando muy claro conforme se le dedica el tiempo que requiere. Porque aquí Leon sigue sonándonos a Elton John, sigue recordándonos a Joe Cocker, siquiera en espíritu, y sigue invocando a Bob Dylan para que lo salve de todo mal.

Cosas buenas o regulares, según la perspectiva y el oído de cada uno. Lo de Elton John es inevitable. Este rock al piano te va a llevar al inglés en cuanto te descuides. Lo de Joe Cocker igual: no podemos olvidar que este álbum nace después de la implicación profunda de Russell en la gira Mad Dogs & Englishmen del cantante británico, a la cual dedica aquí una canción inspirada en la misma. Y lo de Dylan parece ser algo que va en el mismo ADN del cantautor de Oklahoma. Sin embargo, esta última obsesión me parece la peor resuelta en el álbum. Tanto que las dos versiones del Bardo que ofrece me parecen muy personales pero no tan pertinentes. Es cierto que "It Takes a Lot to Laugh, It Takes a Train to Cry" gana con las escuchas y termina convenciendo al más suspicaz. Sin embargo, "It's a Hard Rain Gonna Fall" me suena forzada y definitivamente no fluye al ritmo del disco.

Eso junto a la incomprensible y desubicada "Beware of Darkness" sería lo más pobre de un álbum que nos sigue ofreciendo un bloque sólido como la roca. Momentos de excelente blues rock sureño con la nostalgia tiñendo buena parte del álbum. Ahí quedan para la posteridad gemitas como "Stranger in a Strange Land", "Home Sweet Oklahoma", "The Ballad of Mad Dogs and Englishmen" o "She Smiles Like a River". Canciones cuasi perfectas que dan lustre y peso específico a toda una carrera y que, a pesar de todo, consiguen elevar al disco a los altares de lo inolvidable.

★★★★☆

A1 Stranger in a Strange Land 3:58
A2 Of Thee I Sing 4:21
A3 It's a Hard Rain Gonna Fall 5:10
A4 Crystal Closet Queen 2:57
A5 Home Sweet Oklahoma 3:25
A6 Alcatraz 3:50
B1 The Ballad of Mad Dogs and Englishmen 3:55
B2 It Takes a Lot to Laugh, It Takes a Train to Cry 3:47
B3 She Smiles Like a River 2:56
B4 Sweet Emily 3:19
B5 Beware of Darkness 4:34 🕱

Total: 42:12

sábado, 27 de diciembre de 2025

Guerra de guerrillas y salmos de amor calcinado

Amour anarchie — Ferré 70 / Amour anarchie — Ferré 70 Vol. 2 (Léo Ferré, 1970)

 

CHANSON INCENDIAIRE. Para contextualizar el estado de forma en el que estaba Léo Ferré en 1970, se me hace necesario hacer un repaso por la situación artística de sus coetáneos. Con Jacques Brel retirado de los escenarios y prácticamente en coma como creador; con Serge Gainsbourg en crecimiento pero sin explosionar del todo; con un Georges Brassens gigantesco pero absolutamente pegado a la tradición... Ferré fue el primero en inflamar su arte en busca de nuevas cotas. El único entre ellos que toma el testigo del shock del 68 y electrifica su música para convertirla en una granada contra el acomodo y la estulticia.

Una labor en la que se emplea a fondo a través de dos álbumes hermanos paridos con apenas seis meses de diferencia. Dos discos en los que el amor se incendia hasta convertirse en la forma definitiva de anarquía, como un monstruo sagrado e incontrolable, en canciones inflamadas por el verso libre y casi automático —"Le chien", "Poètes vos papiers!", "Psaume 151", "Écoute-moi"...— y en tonadas tocadas por un romanticismo encantador o desatado, estruendoso o de ternura infinita—"Petite", "Rotterdam", "La mémoire et la mer", "La folie", "Cette blessure"...

Dos caras de una moneda con la que Ferré pone precio a lo que iba a ser su arte a partir de este momento. Amor y anarquía, lo tierno y lo alambrado, la ideología y el sentimiento. Extremos que, más allá de tocarse, se entremezclan en una disolución deliciosa y potente para convertirse en la gasolina con la que el  cantautor iba a alimentar sus nuevas canciones, siempre entre el éxtasis y el paroxismo. Porque si Ferré ya era grande antes de esta dupla discográfica, no nos podíamos imaginar hasta dónde llegaría tras ellos.

Por todo este aparataje conceptual, emocional y sónico, diría que estamos ante el mejor Ferré hasta ese momento y, más que posiblemente, ante el mejor Ferré de toda su carrera. Aun siendo esta afirmación más o menos aceptable, creo que es innegable la potencia eléctrica del monegasco en estos dos discos. Ya sea acompañado por el jazz rock crudo de Zoo, en el primer volumen, o por los arreglos precisos, tensos y poderosos del segundo, obra de Jean-Michel Defaye y el propio Ferré, queda claro a la primera escucha que el cantautor se hace descomunal en estos trabajos. Hasta el punto de haber alcanzado una meta que llevaba persiguiendo desde que empezara casi veinte años antes y que había ido tomando forma con los diferentes hitos que había ido publicando, aunque sin el alcance artístico de una obra —o un par de ellas— que sale claramente de sus mismas entrañas.

Con Amour anarchie, Léo Ferré no solo electrifica su música, sino su propia figura. Hasta el punto de que deja de ser observador callado para convertirse en el espacio en el que dirimir el conflicto del amor, la vida y las relaciones de poder. Desde este mismo momento deja de cantarle a la herida para ser la llaga en sí misma. En un movimiento irreversible y de consecuencias tan inesperadas como devastadoras. 

★★★★★ 𜰥☆★★★★

Amour anarchie — Ferré 70

A1 Le chien 6:52
A2 Petite 4:12
A3 Poètes vos papiers! 4:58
A4 La lettre 5:20
B1 La the nana 4:28
B2 La mémoire et la mer 5:24
B3 Rotterdam 3:00
B4 Paris je ne t'aime plus 5:12
B5 Le crachat 3:38

Accompagné par les Zoo

Total: 43:04

Amour anarchie — Ferré 70 Vol. 2 

A1 Psaume 151 11:58
A2 L'amour fou 4:44
A3 La folie 3:02
B1 Écoute-moi 3:58
B2 Cette blessure 3:58
B3 Le mal 2:24
B4 Paris, c'est une idée 1:46
B5 Les passantes 3:18
B6 Sur la scène 3:12

Total: 38:20

 

Avec le temps / L'adieu (Léo Ferré, 1971) [SINGLE]

CHANSON.

"Con el tiempo, ya ves, todo se va
y uno se siente encanecido como un caballo reventado
y uno se siente helado en una cama de azar
y uno se siente muy solo, quizá, pero tranquilo
y uno se siente estafado por los años perdidos

Entonces, de verdad,
con el tiempo,
ya no se ama."

Así termina, y perdonen la torpe traducción, la canción más famosa, querida y versionada de Léo Ferré. Una canción que grabó y publicó como single poco después de su titánico tour de foce Amour anarchie (1970) y que prologa otra cumbre del monegasco, La solitude (1971). Un momento de inspiración prístina que llega a sobresalir incluso en medio del periodo artístico más fértil y mayúsculo del cantautor.

Algo que consigue en base a una música sencilla y sentida, de esas que acompañan sin avasallar a unas palabras que, como pueden ver en su negro cierre, son absolutamente devastadoras. Porque suenan a sentencia irrevocable. Porque hablan de algo que nos importa a todos: el desgaste al que el tiempo somete a un amor que todos creíamos indestructible. Un desgaste terminal y sin esperanza. Un dolor que Ferré nos expone sin dramatismos ni grandilocuencia. Con la sequedad del que lo ha vivido en sus carnes.

Casi nada, la "cancioncilla" que se marca el cantautor. Algo que diluye demasiado la cara B, una "L'adieu" que no deja de ser bonita y elegante, pero a la que nos cuesta prestar atención tras la salvajada emocional que acaba de derribarnos de un empellón. Una canción demasiado grande como para perderse dentro del rebaño de un LP completo. Eso lo entiende cualquiera que se haya detenido a escucharla como merece.

☆★★★★

 A Avec le temps 4:28
B L'adieu 2:10

Total: 6:38 

DISCOS RELACIONADOS

Piel de toro radiografiada

 

Ante la vastedad y la riqueza del arte patrio, no queda otra que tratar de ordenar las diferentes tendencias, raíces y muestras irrefutables de la música popular en el estado. De manera constitucional, por autonomías, y según su presencia en mi poco exhaustivo y maltrecho catálogo. Manda el terruño, lo advierto, y con él empiezo, aunque también es cierto que hay algunas comunidades autónomas —o realidades nacionales— que están sorprendentemente bien representadas. Otras no. Asignatura pendiente que trato de resolver incluyendo al menos un álbum destacado de esos lares. Algo que, espero, vayamos ampliando en el futuro.


ANDALUCÍA
 
   

10 Para quienes aún viven (Exquirla, 2017)

9 Fuente y caudal (Paco de Lucía, 1973)

8 El fuego amigo (Sr. Chinarro, 2005)

7 Blues de la frontera (Pata Negra, 1988) 

 

   

6 Encuentros (El Lebrijano y la Orquesta Andalusí de Tánger, 1985)

5 El patio (Triana, 1975)

4 Una semana en el motor de un autobús (Los Planetas, 1998)

 

  

3 Veneno (Veneno, 1977)

2 Omega (Enrique Morente & Lagartija Nick, 1996)

 

1 La leyenda del tiempo (Camarón, 1979)

Desde una tierra apaleada, ninguneada y tomada a risa, este disco representa demasiado para cualquiera que se pare a escuchar, pero para un andaluz es simplemente su agua y su sustento. Una obra que no solo nos representa, sino que rebate todos los tópicos, tan injustos ellos, que nos endosan. Un trabajo que te hace sentirte orgulloso de tus orígenes. Retador, insolente, valiente, certero, poético, elevado y a la vez popular. En serio, guárdense su condescendencia. Tráguense su menosprecio. Ante esto toca callar y agachar la mirada.  Porque tras una primera escucha ya queda claro que estamos ante uno de los mejores álbumes de todos los tiempos y de todos los espacios posibles.

 

COMUNIDAD DE MADRID


    

10 Entre el cielo y el suelo (Mecano, 1986)

9 Las golondrinas, etcétera (Josele Santiago, 2004)

8 ¡Corre, corre! (Leño, 1982)

7 Cecilia 2 (Cecilia, 1973)

 

   

6 La vida mata (Los Enemigos, 1990)

5 Deseo carnal (Alaska y Dinarama, 1984)

4 Mujer y sentimento (Los Coyotes, 1985)

 

 

3 Señora azul (Cánovas, Rodrigo, Adolfo y Guzmán, 1974) 

2 Heliotropo (Vainica Doble, 1973)

 

 

1 La canción de Juan Perro (Radio Futura, 1987)

 

Definir a qué suena Madrid siempre ha sido tarea fútil. Tierra de acogida, comunidad autónoma de adopción para miles de personas, su música bebe de demasiadas fuentes, sin contar con la eterna influencia anglosajona de marras. 

A pesar de esa variedad, siempre se ha colocado el big bang en una Movida ochentera que no por hiperbólica en loas deja de ser importante para el desarrollo del pop rock patrio. He aquí un ejemplo tardío, de cuando el movimiento empezaba a decaer. Un álbum postrero de una banda que empezó abanderando el movimiento para renegar pronto de él y acabar embadurnada de unas especias afrolatinas que ya están muy presentes en la que puede ser, con poca discusión, su obra maestra.

    

    CATALUNYA / PAÍS VALENCIÀ / ILLES BALEARS 

    

10 Enemigos de lo ajeno (El Último de la Fila, 1986)

No sólo de rumba vive el hombre (Albert Pla, 1992)

8 Dioptria (Pau Riba, 1978)

7 Échate un cantecito (Kiko Veneno, 1992) 

 

  

Peret (Peret, 1967)

El mal querer (Rosalía, 2018)

4 La Banda Trapera del Río (La Banda Trapera del Río, 1979) 

 


3 4.02.42 (Ovidi Montllor, 1980)

2 Qualsevol nit pot sortir el sol (Sisa, 1975)

 

1 Mediterráneo (Joan Manuel Serrat, 1971)

 

Los Països catalans se despliegan en mil colores, en su lengua o en la de todos, en la rumba, el rock y el folk. Y en una canción de autor que nos entrega una de las joyas más inmarchitables de la música popular en castellano. Sí, no hay contradicción. Sisa o Pau Riba nos deleitan en catalán, pero es Serrat el que se acaba imponiendo con esta lección de maestría en eso de engarzar verbos y adjetivos en la lengua de Cervantes. Sobre una música absolutamente inigualable, que no se me olvide mencionarlo.

 

 

EUSKADI / NAFARROA

 

   

10 In Bitter Pink (Los Bichos, 1991)

9 Armarios y camas (La Dama se Esconde, 1986)

8 Borreroak baditu milaka aurpegi (Negu Gorriak, 1993)

7 Habiak (Anari, 2000)

 

   

6 Moor Room (Cancer Moon, 1994)

5 Animalia lotsatuen putzua (Lisabö, 2011)

4 Anti todo (Eskorbuto, 1986)

 

  

3 Hallelujah! (La Buena Vida, 2001)

2 Un soplo en el corazón (Family, 1993)

 

 

1 Bat-Hiru (Mikel Laboa, 1974)

 

Euskal Herría suena a tierra y a lluvia, a rock fuerte y a tradición ancestral, pero también a pop melancólico y precioso. Y por encima de todos los géneros está el padre de todo, Mikel Laboa, el restaurador de una tradición al borde del precipicio, pero también el espoleador de nuevas tendencias, de nuevos barnices para que se mantenga viva mientras se proyecta hacia el futuro. No hay palabras para poner en valor la importancia del gigante donostiarra, si bien escuchar Bat-Hiru con el respeto y la adoración debidas es un buen comienzo para poner las cosas en su sitio.

 

 

ASTURIAS 

 

  

5 Manual de romería (Rodrigo Cuevas, 2023)

4 Sangrín (Pablo und Destruktion, 2014)

3 Ilegales (Ilegales, 1983)

 

 

2 Popemas (Nosoträsh, 2002)

  

1 Desaparezca aquí (Nacho Vegas, 2005)

 

Asturias es la mina, el mar, el monte, la lluvia y la romería. Es folk y herrumbre, pop y brisa marina. Y todos estos olores, toda esta humedad queda coronada por el que puede ser el artista más definitivo que hayan dado esas tierras en este siglo XXI. Si Jorge Ilegal puso algunas de las primeras piedras, Nacho Vegas ha sido el que ha construido el cancionero que a mí más me llega. Por profundidad, profusión y alcance. Algo que dejó en lo más alto con su tercer álbum en solitario después de foguearse en las mieles del noise con Eliminator Jr. y en las dinámicas más angulosas con Manta Ray. Desaparezca aquí es un monumento mortuorio imponente, pero también un álbum rebosante de vida y de experiencias. Una obra que por más que escucho no consigue cansarme. Porque seguramente no lo hará jamás.

 

 

GALICIA/GALIZA

  

5 Maleza (Bala, 2021)

4 Salve discordia (Triángulo de Amor Bizarro, 2016)

3 ¿Cuándo se come aquí? (Siniestro Total, 1982)

 

2 A Santa Compaña (Golpes Bajos, 1984)

 

 

1 oɹɹɐzıqɹoɯɐǝpolnƃuɐıɹʇ [triangulodeamorbizarro] (Triángulo de Amor Bizarro, 2020)

En cuanto a música, Galicia siempre ha sido sinónimo de insolencia, mala leche y locura absoluta. Al menos en el terreno del pop rock. También de rock crudo y coleante, que es lo que domina en esta selección coronada por el álbum negro de Triángulo de Amor Bizarro. Un auténtico de banquete para los mendigos de una época tan oscura como la portada. Esta banda sonora de la pandemia se nos presenta llena de electricidad borboteante y belleza desatada. Por cómo me llegó o por cómo se desenreda, para mí siempre va a ser uno de los mejores discos de su década en dura pugna con cualquier obra que venga del extranjero.

 

 

CASTILLA LA MANCHA

  

3 EXJP (Joaquín Pascual, 2018)

2 Tejido de felicidad (Chucho, 1999)

 

 

1 Hermanos carnales (Surfin' Bichos, 1992) 

Castilla la Mancha es mucho más que el secarral que nos pintan. También mucho más que estos tres ejemplos tramposos. Mi alcance no ha pasado de la familia de Surfin' Bichos, con Chucho, Mercromina, Fernando Alfaro y Joaquín Pascual como ejemplos de lo mejor que se cuece en esas tierras de Castilla. Una foto en primerísimo plano que requeriría de un gran angular para ser más justa, más variopinta y más certera, pero que de momento es lo que hay. 

El elegido para encabezar, eso sí, no es moco de pavo. Hermanos carnales, un mito más que un disco rock y poesía en su estado más crudo y visceral en un álbum doble que está entre lo mejor de nuestra historia en cualquier género. Un disco interminable y eterno en un estilo poco dado a profundidades, pero que cuando las alcanza, como aquí, no tiene parangón. 

 

ARAGÓN

1 El escarabajo más grande de Europa (El Niño Gusano, 1998)

  

CANARIAS

 


1 Plus Ultra (Pumuky, 2011)

 

EXTREMADURA

 

1 La ley innata (Extremoduro, 2008) 

 

LA RIOJA

 

1 Fruta y verdura (Espanto, 2016) 

 

 

 

REGIÓN DE MURCIA 

 

1 Tu hoguera está ardiendo (klaus&kinski, 2008)