JANGLE POP. Si en el 85 parecía que ya habían tocado el cielo, este disco demostró que se podía llegar aún más lejos. Su obra maestra absoluta, uno de los mejores discos de los 80 y de la historia iba a significar un punto y aparte. Casi un punto y final. Mataron a la reina con canciones poderosas, un sonido absoluto y unas interpretaciones irrepetibles.
Esa reina podía referirse a los atisbos de amaneramiento o a la monarca británica. O a los dos. Los primeros empezaban a molestar porque hacían que los fans se distrajeran del meollo de las canciones. La segunda se lo tiene merecido desde que Morrissey cantara eso de "los pobres y necesitados son egoístas y avariciosos según sus términos (de la reina)". Bueno, íntegro, sobresaliente de pe a pa.
La pe, otra maravillosa portada, tal vez la mejor, esa instantánea fantasmagórica que transmite casi más paz que angustia, sacada de la película L'Insoumis (1964). El envoltorio que, como en los mejores discos del mundo, explica y se ajusta al contenido como un guante. Diseñada por Morrissey, nos muestra a un Alain Delon en lo que parece su lecho de muerte. Un momento de expiación y epifanía que es un icono de la historia de la música grabada.
La pa, la música, las letras, el nudo en la garganta. Lo inexplicable de un sonido que revienta de romanticismo y que, sorprendentemente, no se ahoga en la pompa y el boato. Quizás porque The Queen Is Dead hable de todo lo que nos importa. De lo bueno y de lo malo. Quizás triunfe porque habla de amor y crueldad, de deseo e injusticia. Como Shakespeare, este disco habla del ser humano con todas sus heridas, sus pasiones y su falta de misericordia. Así de absoluto es el disco favorito de media humanidad.
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Con este disco podemos tirar por varios caminos a la hora de relacionarlo con algún trozo de cultura extramusical. Una cultura más que elevada en todos los casos, por supuesto. De una portada extraída de la película L'Insoumis (Alain Cavalier, 1964) en la que Alain Delon se nos aparece en lo que parece su momento postrero, a cualquier película de Carl Theodor Dreyer, que es lo que a mí me sugiere. De La pasión de Juana de Arco (1928) (en la imagen) a La palabra (1955), el ambiente solemne y luctuoso entre lo ritual y la severidad de las normas más estrictas creo que se derrama en una portada para la historia.
También hay que fijarse en el título, un trasunto misterioso y que se te escapa de las manos, tal y como siempre les ha gustado a Morrissey y Marr. ¿Habla de la muerte literal de la Reina, a la que no es que admirara el cantante precisamente? ¿Es un deseo, un anuncio, una broma? ¿Se referirán a la homosexualidad? "Queen" es un término que se solía usar de manera despectiva hacia los gays, sobre todo en esa época. No se sabe bien. Ni falta que hace, porque todas estas elucubraciones no hacen sino aumentar el aura de un disco que ya sin ellas es lo suficientemente misterioso e incomparable.