sábado, 3 de octubre de 2020

Bailando arquitectura

Frank Zappa

Baltimore, MD, USA, 1940 - Los Angeles, CA, USA, 1993 

Frank Vincent Zappa fue un músico que sobrepasó los límites del oficio. Aunque cultivó una música cercana siempre al rock por muy vanguardista que este fuera, el estilo siempre se le quedó pequeño. No es de extrañar, ya que este compositor, guitarrista, director de orquesta, cantautor, multinstrumentista y casi diría que pensador en el sentido amplio del término, siempre jugó a explorar los límites de todo y se empecinó en cultivar una miríada de estilos inabarcable a la que siempre añadía un componente de heterodoxia que convertía todo lo que tocaba en algo a la vez único y absolutamente alejado de la corriente popular imperante.

Así, nos encontramos que en sus más de treinta años de carrera, Zappa, en solitario o con The Mothers of Invention, tonteó, exploró y se imbuyó de rock, doo-wop, free jazz, música concreta, funk, jazz fusión, collages sonoros, experimentos orquestales y multitud de abstracciones que hacían que se le pudiera considerar tanto un genio como un loco. Y esa dicotomía, lejos de importarle, era lo que le espoleaba para seguir siempre adelante. Al fin y al cabo, Zappa siempre contó con un ego sobrehumano que le hacía estar convencido de que el mundo nunca iba a estar preparado para su música.

 

 No, este fanático de Edgar Varèse e Igor Stravinsky nunca fue una persona de trato fácil. Es famoso por su autoritarismo para con los miembros de sus bandas, su machismo recalcitrante y su obsesión compulsiva por trasladar su visión a su música a toda costa. Esto acabó haciéndole enclaustrarse en sí mismo dejándose acompañar solo por sus acólitos más fanáticos, esos que siempre iban a reirle sus gracias. Algo que puede sonarnos de gente como John Lennon, Prince, James Brown o Fela Kuti. Genios como él, de eso estoy seguro por mucho que este ser insoportable haya compuesto música más hermética que disfrutable.

Los datos hablan con claridad. Más de sesenta discos en vida y más de cincuenta a título póstumo engrosan una discografía inabarcable. Lo que no quita que sea imprescindible conocerla para cualquiera que pretenda saber algo sobre el rock de vanguardia en el siglo XX. La influencia de Zappa es sencillamente imposible de menospreciar y casi de rastrear, no solo en la música, sino en la cultura popular. Su sentido melódico, su estilo guitarrístico y una visión que supera el aquí y el ahora lo hacen uno de los artistas más definitivos y más importantes de la historia. Por mucho que cueste, que lo hace.

DISCOS RUID0

ARTISTAS RELACIONADOS

  • The Mothers (of Invention)
  • Captain Beefheart

UNA CANCIÓN

Elegir entre la barbaridad de piezas que compuso el de Baltimore es una odisea, y si bien podría haber seleccionado alguno de sus temas más intrincados o progresivos o alguno de sus famosos solos de guitarra, opciones ambas muy representativas de su sonido y su idiosincrasia, me quedo con una tonada de apariencia amable y ligera como "Let's Make the Water Turn Black". Un espejismo que no llega a los dos minutos y que nos muestra al Zappa más juguetón, con una melodía paladeable y muy clara. Pop superlativo para narrar situaciones y vivencias autobiográficas entre las que se pasean personajes de su infancia en una deliciosa parada de monstruos que acaba siendo más que reveladora y descriptiva de la personalidad de este artista.

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